Agradezco al “Blog de Lidia” su divertida iniciativa que nos desafía con la propuesta “Escribir jugando”. https://lidiacastronavas.wordpress.com/2021/10/01/escribir-jugando-octubre-21/
La idea es escribir un microrrelato o una poesía de no más de 100 palabras (sin incluir el título), en el que aparezca la palabra y el objeto correspondientes al mes. Cada mes un nuevo reto. En este caso para el mes de Octubre las consignas son: una carta, el dado «escarabajo» y como opcional: el descubrimiento de las huellas dactilares (año 1902, huellas o descubridor).
Su regalo de despedida
Aunque sus hermanas le insistían todos los días, Pilar se resistía a vender la casa de la abuela.
Ese martes, por fin, allí estaban las tres eligiendo lo que querían guardar.
El perfume la invadió de golpe y sacó del fondo del armario un cofre forrado de terciopelo violeta.
Una tarjeta, con su letra, decía “Para Pilar de Memé – 1902”. Dentro, sus cartas del tarot, un bellísimo frasco con su perfume y un alhajero con un ámbar que contenía un escarabajo.
Acarició tiernamente el pequeño escarabajo protector, que Memé le regaló al nacer y que siempre llevaba al cuello.
Cuánto misterio hay entre esas frases. Me gusta la puesta en escena (debo confesar que las antigüedades, más si son familiares, me atraen mucho). Esa caja de terciopelo, las cartas del tarot, el ámbar… Es todo muy esotérico. Pero lo que más me ha hecho vibrar es esa cotidianeidad que muestra la protagonista, que parece recordar algo que no forma parte de su vida actual. Me ha encantado leerte. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Te mando un abrazo grande.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Qué bonito comentario Lidia! ¡Gracias! A mí también las antigüedades familiares me atraen muchísimo. Creo que conservan una energía que percibo claramente. Y que tiene que ver con recordar lo que es imposible que puedas recordar. ¡Qué poco nos conocemos! Un abrazo fuerte.
Me gustaMe gusta
Siempre es grato encontrarse algo que un ser querido dejó atrás en este mundo y que lleva dedicatoria para uno. Tu relato conjura ese sentimiento y se siente mucho amor porque a pesar de que la persona ya no existe hay algo que nos ayudará a recordarla. Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Ana por tu comentario. Me alegra que el amor y los sentimientos que intenté transmitir, te hayan llegado. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Me gustaría haber tenido oportunidad de elegir algo de mi abuela, pero con tantos hijos que tenía, a los nietos ya no nos tocó ni echar un vistazo. Me gusta mucho que el lugar de los objetos en tu relato es totalmente inesperado y al mismo tiempo, bien relacionado.
😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por pasarte por aquí, Julieta. Yo tuve una muy fea experiencia. Mi abuela, a quien adoraba, me dejó en herencia un precioso guardapelo antiguo de plata, que era mi tesoro. Lo usaba en ocasiones especiales y cuando necesitaba tenerla cerca. Pero un día entraron en casa ladrones y se llevaron todas mis joyas, incluyendo el recuerdo de mi abuela. ¡No sabes cómo lo lloré! Ya sé, son cosas materiales, pero a veces esos objetos significan mucho más y forman parte de nuestro pasado y de nosotros mismos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ufff.. pero tenía valor sentimental para ti, eso es lo que re robaron más allá del objeto. A mí se me borraron 3 años de fotos de mis hijas, de cuando eran bebés y todavía les lloro a las fotos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Vaya, pues no sabía lo que era un trujaman.
La abuela tenía un amor especial, supongo espiritual, por los escarabajos y se ve que es hereditario.
Saludossd
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por tu comentario. En la mitología egipcia, el escarabajo es la representación del dios Khepri y simboliza la resurrección y la vida eterna. Tal vez lo que quería transmitir a su nieta era que siempre estaría a su lado. Un hermoso mensaje. Saludos.
Me gustaMe gusta
Hola, Marlen. Un micro enigmático y lleno de nostalgia. Buena combinación como el aroma de la casa y sus recuerdos; así que, de venderla, nada.
Saludos 🥂🖐🏼
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario, JM. Los detalles se me cuelan en mis relatos: olores, sabores, sutiles toques a los sentidos que rememoran momentos o personas. Por eso me cuesta acortar mis cuentos. ¡Ah y que sepas que después de este episodio, Pilar compró su parte a sus hermanas y se quedó con la casa de su amada abuela, donde vive ahora! Me lo contó la otra noche, en un precioso sueño. Un abrazo.
Me gustaMe gusta