Estalla la burbuja de las criptomonedas

Bitcoin en mínimos, mercado colapsado, despidos en start-ups del sector, el estado de El Salvador en números rojos… Todo el ámbito de las «criptos» sufre un auténtico crack.

“La semana pasada perdí más de 800€, ahora no me atrevo a mirar” dice Wael, de 20 años. El año pasado, invirtió en la criptomoneda UOS, creada por la empresa Ultra y respaldada por el gigante de los videojuegos Ubisoft. Este repartidor de Paris no lo oculta. Empezó con ánimo de lucro, con la esperanza de “ganar dinero fácil”, pero con cierta mesura. No puso todos sus ahorros, sólo unos 1.200€, con la idea de «subirse al carro de las criptomonedas antes de que se acaben». Sin embargo, ahora ha perdido la mayor parte de su participación, atrapado como muchos inversores, en el torbellino del colapso del valor de los criptoactivos. En noviembre pasado, bitcoin alcanzó un máximo de casi 69.000U$S. Hoy vale menos de 20.000U$S. Una caída libre del 70% para la reina de las criptomonedas. Y la corrección es aún más severa para miles de otras criptomonedas, algunas de las cuales han cerrado.

Este regreso a la realidad es brutal. En los últimos años, el aumento del valor del bitcoin, impulsado por especuladores egoístas, ha llevado a los interesados ​​en el tema a una especie de fe absoluta, como si estos activos digitales fueran la respuesta a muchos problemas financieros. Salvo que el desplome de todo el sector, dos veces más rápido que el Nasdaq (la Bolsa Tecnológica), en medio de un período de inflación, ha puesto en entredicho creencias y certezas.

Acabamos de experimentar el estallido de la criptoburbuja. Desafortunadamente, como ocurre con otras burbujas especulativas, la mayoría de los pequeños inversores llegaron justo antes del desplome y son los que más perderán.

Interesantes las reflexiones de alguno de los inversores: “Prefiero tomarlo filosóficamente, tal vez no era legítimo poder ganar tanto sin una habilidad real.” “Lo siento por creer a todos los que dijeron que era fácil convertirse en millonario con criptos.” “El mundo de las criptomonedas es bastante emocionante. Cuando ganas, te crees todopoderoso, y cuando pierdes, te dices a ti mismo que no es tu culpa y que vas a mejorar.” Un pensamiento cercano al juego. Sólo que, aunque los activos son virtuales, las pérdidas son reales.

¿Y qué pasa cuando esas finanzas y las actuales pérdidas son corporativas? A principios de 2021, el fabricante de automóviles eléctricos Tesla adquirió bitcoins por valor de 1.500 millones de dólares. Los mismos valen hoy 907 millones. En Block, la empresa de pagos de Jack Dorsey, su cartera ha descendido de 3.500 millones de dólares a finales de marzo de 2021 a 1.700 millones de dólares un año después. La empresa Gemini anunció que despediría a un centenar de sus empleados, Crypto.com despediría a 260 personas, BlockFi perdería a 170 empleados, Bybit reduciría del 20 al 30% de su plantilla, mientras que el fondo de inversión de Singapur Three Arrows Capital está en liquidación. Lo último es que el gigante Coinbase ha formalizado el despido de 1.100 empleados. 

Pero no sólo son los inversores y las empresas, los únicos que han confiado en las criptomonedas. La píldora es aún más difícil de tragar para la gente de El Salvador. Bajo el impulso de su joven presidente, Nayib Bukele, el país ha hecho del bitcoin su moneda oficial, con una doble ambición. En primer lugar, liberarse del dólar estadounidense, que reemplazó a la moneda local hace veinte años, y ahorrar las comisiones bancarias por las transferencias de dinero de los salvadoreños que trabajan en el exterior. Luego se trató de atraer inversionistas, haciendo de esta pequeña nación centroamericana un paraíso para la criptocomunidad.

Pero, más allá de este impulso, Bukele también ha decidido convertir en bitcoins más de 105 millones de dólares de la reserva monetaria del país. Monto que desde entonces ha perdido más de la mitad de su valor, situándose en 48 millones de dólares. Sin mencionar que el conjunto de esta implementación como moneda de curso legal, costó alrededor de 425 millones de dólares.

Es obsceno el comentario de Bukele: “Veo que algunas personas están preocupadas por la caída del precio del bitcoin. Mi consejo: deja de mirar curvas y disfruta de la vida. Si ha invertido en bitcoins, su inversión es segura y su valor aumentará enormemente después de que el mercado baje. La paciencia es la clave.”  El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que El Salvador está en un camino insostenible, con necesidades de financiamiento muy grandes y una deuda pública que explota.

Aunque El Salvador no es el único país que ha hecho esta apuesta, ya que la República Centroafricana (RCA) también decidió adoptar bitcoin como moneda de curso legal. Una decisión descabellada a primera vista para este país en plena guerra civil, y donde sólo uno de cada diez habitantes tiene acceso a internet, y uno de cada seis a la electricidad. Pero ahí, la ambición no es financiera, sino aprovechar la ausencia de normativa para «pagar a Wagner», ese grupo de mercenarios rusos que actúan en el país y cuyos bienes fueron congelados en diciembre tras el estallido de la guerra en Ucrania. » Bitcoin nunca fue para la gente, que no tiene nada y sufre las consecuencias de la continua inversión insuficiente en infraestructura. Es sólo para lavar dinero con los rusos.”

Queda una pregunta crucial: ¿este es el fin de las criptomonedas? Todo dependerá de la mentalidad de quienes las tienen. Si deciden detener las pérdidas y vender, todo el mercado podría colapsar. El bitcoin fue percibido como un refugio seguro, en tiempos de aumentos de precios generalizados. Pero la criptomoneda, dejando boquiabiertos a muchos analistas, no ha jugado este papel de «oro digital». Son objetos puramente especulativos, que nunca tendrán la estabilidad del oro.

Este crypto-crash ha permitido un moderado retorno a la razón, al menos recordándonos que las criptomonedas siguen siendo frágiles.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

2 comentarios sobre “Estalla la burbuja de las criptomonedas

  1. Buenos días, Marlen.
    Aunque no te lo creas, siendo y ejerciendo durante muchos años como profe de mates, todo estos tinglaos financieros se me hacen imposibles e inexplicables. Será que me encantan los números, pero no la forma en que se juega con ellos para determinados menesteres.
    De todas estas cosas se encarga mi mujé, así como de la contabilidad general de la casa. ¡Afortunadamente! Cada vez que me intenta explicar este mundo nuevo de las «criptos» desiste ella misma al verme la cara. 🤦🏻‍♂️😂
    Es de todos sabidos que el dinero mueve el mundo. Política, religión, sociedad… no son más que esclavos e intermediarios de este. Supongo que por eso cuando surgen estas nuevas formas de «ganar dinero fácilmente» a todos se les pone los ojitos en blanco y creen en el milagro de pasar de la clase baja (o normal) a la VIP, sin pagar por la aduana de la media.
    Para uno que tiene millones perder unos cientos o miles es un juego, para el que solo tiene esos cientos ahorrados es, no solo una temeridad, sino una buena forma de reventarse el futuro.
    Yo, como no juego ni a la lotería, ni por asomo invierto en estas cosas. No creo en los milagros del dinero caído del cielo. Creo que solo se consigue trabajando muy duro y muchas horas al día. Aunque también, por supuesto, como lo hacen nuestros políticos y similares. Pero lo segundo solo está al alcance de los que tienen la cara muy dura y tan bajísima catadura moral que asquean (Aunque proliferen como las cucarachas).
    Creo que «ganar dinero» y «fácil» en la misma frase es un desastroso Oxímoron.
    Desde mi punto de vista las tres premisas más importantes sobre las que se intenta sustentar la actual sociedad son: El consumismo, la ambición y el odio. Vaya trío para crear un mundo saludable.
    Entre esto, el cambio climático (que todavía hay ilustrados que se empeñan en vociferar que es fantasía), la rebeldía de la Pachamama (que ya está hasta el mismísimo de que la humillen), la despreciable y continuada forma de discutir las cosas a tiros y el desprecio insolente de buscar otros mundos cuando tenemos un paraíso desperdiciado, veo el futuro de nuestros niños totalmente virtual, porque físicamente no va a ser posible disfrutarlo.
    Lo siento, Marlen. Aunque es Domingo, no maltrecho Lunes, me ha quedado otro comentario negativo. Será la caló. 🤷🏻‍♂️😜
    Feliz dominguete. Hidrátate, ponte el sombrero y no abuses del triquini. 😂
    Un Abrazo 🤗😊👍🏼

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  2. Buenos días Jose.
    A mí me parecieron inteligentes los comentario: «…tal vez no era legítimo poder ganar tanto sin una habilidad real.” Eso lo aprendimos de chicos, nosotros los de… taitantos. Primero había que estudiar, en la escuela, como aprendiz o como pudieras, para lograr esa formación que te permitiera una habilidad «real». Y luego «trabajando y con esfuerzo» era posible ganar mucho o poco, pero legítimamente. ¿Se sigue entendiendo la ecuación?
    Y “Lo siento por creer a todos los que dijeron que era fácil convertirse en millonario con criptos.» ¿Nadie te explicó, nunca pensaste que si ganas muchísimo dinero, alguien lo está perdiendo? ¿Sabes que los trucos de magia son para disfrutarlos, entretenerte, encandilar, pero no para usarlos en la vida normal? ¿Que los milagros quedan muy bien en los cuentos y nada más?
    Enfin, que en este mundo en que todos saben todo, o por lo menos, creen saberlo, me maravilla que exista tanta ingenuidad e inocencia. Porque a los personajes de «bajísima catadura moral que asquean», sean políticos, reyes o vividores, no pienso ni referirme.
    A mí también me encantan los números, pero odiaba la contabilidad, hasta que me tocó llevar el Departamento de Administración de la empresa y no me quedó más remedio que zambullirme en ella. Llegué a comprender que la parte organizada y lógica de mi mente, se la pasaba genial. Desde entonces, no se me escapa un céntimo. 😂🤣
    Totalmente de acuerdo contigo en las tres premisas sobre las que ciertos grupos de poder intentan sustentar la actual sociedad, de acuerdo también en que estamos dejando un lamentable futuro a nuestros niños. Y si, hablo en plural, porque aunque mi conciencia goza de muy buena salud, no sé si hemos hecho lo suficiente para convencer, para cambiar, para educar. Tal vez somos menos de lo que creemos, tal vez somos más silenciosos y se nos da mejor seguir trabajando y enseñando con el ejemplo, que aparecer en los medios, tal vez la inmensa ola nos está arrastrando sin poder reaccionar. Lo que sé es que no pienso darme por vencida y que pienso seguir escribiendo y hablando, con grandes, pero sobre todo con chicos y adolescentes. Granos de arena en una inmensa playa infernal.
    Y eso que hoy es lunes, y hace calor. ¡No te quejes que estamos a 37º y en Cai estáis a 27º! Así que ánimos, amigo. Cervecita y un abrazo.

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