El viernes después del día de Acción de Gracias (que se celebra el cuarto jueves de noviembre en Estados Unidos), tiene lugar una jornada muy especial donde el consumismo se convierte en el protagonista principal. Millones de personas llenan los centros comerciales de todo el mundo, las tiendas ofrecen grandes descuentos para atraer clientes, las páginas de internet baten récords de ventas. Se trata del ya mundialmente conocido como Black Friday («Viernes Negro»), un ritual consumista que se repite cada año. Pero ¿Cuál es el origen del Black Friday? ¿Se trata de un invento moderno, o tiene raíces más antiguas?
Una de las teorías sobre el origen del Black Friday que se difundió en Estados Unidos y que hoy está totalmente descartada aunque sigue circulando por internet, es aquella que afirma que este día tiene un origen esclavista. Esta información falsa decía que los traficantes de esclavos negros bajaban sus precios el día de Acción de gracias, justo antes de la temporada de invierno. No existe ningún dato ni documento que confirme esta hipótesis. Aunque si así fuera, sería producto de una psiquis perturbada.
La expresión Black Friday se comenzó a usar y se popularizó muchos años después. Esto ocurrió en noviembre de 1975, cuando apareció impreso en el periódico americano «The New York Times». Su intención era referirse al problema de tráfico que se había generado en la ciudad norteamericana, a raíz de los descuentos del día posterior a Acción de Gracias.
Desde entonces su éxito ha subido y se ha popularizado. El marketing siempre dispuesto a sacar ventaja de estos hechos, las jugosas rebajas de los establecimientos y al ansia de compra consumista de cara a las Navidades, fue el caldo de cultivo perfecto para que el Black Friday haya ganado adeptos en todos los países. En Estados Unidos, en 2003, los famosos almacenes Walmart y Sears ofrecieron a sus clientes grandes descuentos ya antes de las cinco o las seis de la madrugada. En 2011, Walmart amplió aún más la jornada de compras abriendo sus puertas desde las diez de la noche del día de Acción de Gracias, hasta el final del Black Friday.
Internet no ha hecho más que fomentar este éxito. Cada año se superan las ventas online y, en 2021, todas las marcas esperan batir récords de ventas.
El país que más gasta durante el Black Friday es Estados Unidos, seguido del Reino Unido y Canadá. El cuarto país del mundo donde se realizan más compras en Black Friday es España.
¿Queréis saber algo curioso? En 1951 llamó la atención la gran cantidad de personas que no acudían al trabajo el día después de Acción de Gracias. Algo que se conoció como “Síndrome del viernes después de Acción de Gracias”. En 2015, 1,2 millones de canadienses estuvieron “enfermos” durante el Black Friday.
¿Y qué es lo que más se compra en este día? Yo hubiera pensado que este fin de semana de descuentos estaría asociado a compras en tecnología o informática, debido a que las ofertas hacen que la gente se espere para adquirir el producto que busca. Sin embargo, los datos indican otra cosa, ya que son los zapatos y la moda los número uno de ventas.
En España, el éxito del Black Friday llegó en 2012, de la mano de la cadena alemana Media Markt. Inicialmente parecía una frivolidad y la acogida no fue muy entusiasta. Sin embargo, en 2013, grandes empresas como El Corte Inglés o Amazon se sumaron a esta moda consumista. Desde entonces, cada vez más los comercios y grandes almacenes se han unido a la iniciativa, ofreciendo descuentos a los compradores. Y el Black Friday ha desplazado al sábado antes de Navidad, como el día en que se generan más compras en el país.
Ya en 2015 la popularidad de esta fecha estaba tan implantada en España, que más de dos millones de personas compraron ese día, gastando una media de casi trescientos euros por persona en un solo día.
Pero para completar el negocio, también se ha inventado una nueva jornada de compras desenfrenadas. Desde el año 2005 el Cyber Monday, se celebra el lunes siguiente al Black Friday y se dedica a las ventas por internet. Así no sólo se incita a comprar el viernes, sino que la cosa se alarga todo el fin de semana hasta el lunes, sumando cuatro días de compras sin parar. ¡Gastemos, gastemos que ya pensaremos luego cómo pagar!







Qué bueno que no tiene nada que ver con la venta de esclavos, sería asqueroso. Siempre me ha desagradado el consumismo de esas fechas, ese culto al comprar por comprar, «porque está en oferta». Una buena entrada, con información muy interesante. Saludos.
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Pues si Ana, a mí me encanta comprar pequeños detalles para regalar a familiares y amigos en Navidad. Pero detesto que me bombardeen en estas fechas. Así que suelo comprarlos y guardarlos durante el resto del año, cuando veo algo que pienso que le gustaría a alguno de ellos. Y me libro de las supuestas ofertas. Es una pequeña rebelión contra el Black Friday. Un abrazo.
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