VadeReto (octubre)

VadeReto, ¿Jugamos a Inventar Historias? En el blog “Acervo de letras” de Jose Ant. Sánchez, existe este juego que me encanta. Es una invitación a escribir, sólo un tema cada mes que puedes desarrollar como más te guste. Así que, aceptando el desafío de Jose, aquí os presento mi relato que este mes va de ¡¡Un otoño de miedo!!

Kevin, el ejecutivo

Kevin se despertó sudando y con mal sabor de boca. Debía de haberle caído mal la cena, las sábanas retorcidas daban buena cuenta de las pesadillas que, una vez más, se colaban en las noches cálidas de ese otoño porteño.

Su mujer aún dormía. Desde que habían decidido dormir en cuartos separados, por lo menos ella no se despertaba asustada por las pesadillas de su marido.

La casa aún no se había puesto en marcha. En una hora todo cambiaría. Los ruidos en la cocina de Ethel preparando el desayuno, planchando su camisa o la blusa de su mujer. Los gritos de sus hijos, Kim preguntando por el uniforme de kárate o Edgar buscando sus zapatillas de básquet.

Estaba convencido que su mujer mimaba tanto a los niños que nunca aprenderían a ser independientes, pero ese tema ya lo había dejado por imposible. No quería broncas en casa, pretendía que su hogar fuera un modelo de calma y buenas costumbres y nada iba a trastocar esos deseos de buen esposo y buen padre.

Se acordó del Padre Joseph y su sermón del domingo pasado. La voz del Padre Joseph apaciguaba todos sus pensamientos, le infundía una tranquilidad que daba sentido a todo en esta vida y era indulgente con sus pecados.

Mientras bajaba las escaleras, recordó que debía llamar a sus padres para invitarlos al asado del próximo domingo. Se estaban haciendo mayores y le preocupaba la cada vez mayor dependencia de médicos y kinesiólogos que estaban adquiriendo.

Tal vez sería conveniente que vendieran el departamento de la calle Alvear y se mudaran más cerca de ellos. Seguro que se resistían a dejar su barrio Norte de toda la vida. Pero había que adaptarse a las nuevas circunstancias.

Mientras degustaba el desayuno preparado por Ethel, le pidió que avisara al jardinero que rastrillara el parque. Los senderos se estaban llenando de hojas caídas. En esta época había que cuidar ese aspecto desprolijo. 

Leyó los titulares del periódico. Paros, toma de escuelas, manifestaciones en el centro… A este país no lo arreglaba nadie. Gobiernos corruptos, dirigentes populistas, jóvenes descarriados a quienes importaba más cómo conseguir la coca, que las materias que tenían que cursar en la facultad.

Desde luego, no estaba dispuesto a cambiar de opinión respecto a ese tema. Sus hijos estudiarían en el exterior, alguna universidad respetable de Estados Unidos para que les entrara la seriedad y para que el título les sirviera luego para un puesto apropiado. Tendría que hacer algunas llamadas, pero su futuro estaría asegurado.

Se despidió con un beso de su mujer, que entraba en la cocina, y salió al jardín para subir al coche y llegar temprano al trabajo.

Prendió la radio del coche y sonrió con los compases de un magnífico Wagner. Ningún atasco ni problema en la Panamericana podía estropearle el viernes.

Llegar cada día al Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, le producía una satisfacción increíble. Aunque prefería el nombre antiguo y simple: Cárcel de Devoto.

Entrando en el edificio, Kevin volvió a revivir las imágenes del 14 de marzo de 1978. En el motín de los colchones, 65 internos habían muerto por asfixia, por quemaduras o porque sus empleados los balearon y 85 quedaron heridos por la combustión generada por la quema de los colchones que ellos mismos habían encendido. ¡Un espectáculo dantesco!

Afortunadamente, ellos quedaron exculpados, sólo cumplían con su deber.

Ahora todo estaba más tranquilo. Con el Proceso de Reorganización Nacional que se había instituido, podían combatir la corrupción, la demagogia y la subversión, y podían lograr ubicar a la Argentina en el mundo occidental y cristiano.​

Kevin llegó a su oficina de Director, con aire de ejecutivo serio que no mata ni una mosca. Allí lo esperaba Jorge, su ayudante, con el parte de incidencias. Por supuesto, como todos los días, preguntó especialmente por los subversivos del Pabellón de la Muerte.

Le comunicó a Jorge que tenían que llevar a Carlos X a la sala y que quería participar en el interrogatorio. El muy hijo de puta había resistido las torturas, pero él no iba a permitir que se burlara de la institución y no cantara la lista de amigos con teléfonos y direcciones. ¡De hoy no pasa! se dijo.

Preguntó por Vicente, Cacho y Pablo, los tres cuerpos de los que había que deshacerse porque habían pasado a las listas de desaparecidos.

También le señaló en la lista, al resto de los otros nueve terroristas que tenían que ser apretados. Esos maricones se estaban riendo de ellos y él no lo iba a permitir.

Y que agregara alguno de los chicos más jóvenes, porque hoy se había levantado con ganas de jugar un poco.

Por último, le dijo que antes de la comida le llevara a Rosa X a la sala. De esa se quería encargar personalmente y a solas. Era una morocha de grandes ojos negros y mirada de odio. Le iba a bajar esos humos de gran señora.

Antes de bajar a la sala, Kevin se acordó de llamar por teléfono a sus padres. No quería que el domingo, después de misa, se perdieran el asado.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

15 comentarios sobre “VadeReto (octubre)

  1. WwoooowW
    Buen y terrorífico dominguete, Marlen.
    Has interpretado perfectamente las intenciones del VadeReto de este mes.
    Se me puso la carnesita como el cepillo de adecentar caballos. (No he cepillao un caballo en mi vía, osé).
    Esto da muchísimo más miedo que los vampiros, zombis y fantasmas de jaloguín.
    Los justicieros de traje y corbata que se creen mantenedores de la moral y tranquilidad de sus territorios son monstruos más grandes que los jolibudenses. Además, como suele suceder, escondidos tras su hipócrita religiosidad y amor fraternal hacia los suyos.
    El ritmo del relato es maravilloso porque nos vas adentrando en ese mundo tan oscuro y brutal del protagonista sin que nos demos cuenta. Además, sin necesidad de narrar los grotescos y desagradables detalles de su disfrute, nos haces usar la imaginación para «vivirlos» con mayor atrocidad y amargura.
    Enhorabuena. Un verdadero cuento de terror que no deseo que tenga continuación. 😅😂
    Gracias por el miedito, amiga.
    Un abrazo.

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    1. Buenas noches, Jose.
      ¡Te lo advertí! Nada de criaturitas que quitan el sueño, me he decantado por el MIEDO con mayúsculas. Porque no hay nada que de tanto miedo como una persona con apariencia absolutamente normal, buena gente, que tenga un interior tan oscuro como el de un torturador/violador. Por lo menos, para mí.
      Buen esposo, buen hijo, buen padre, católico practicante, machista (su mujer es la única que no tiene nombre en el relato, es sólo «su mujer»). De familia de barrio Norte (en el que viven las familias más rancias de la ciudad), obsesionado por un hogar modelo de calma y buenas costumbres. Y por supuesto, enamorado de Estados Unidos y sus famosas universidades.
      Lo que se llamaría «un pilar de la sociedad tradicional».
      ¡Y mire usted por dónde, lo que escondía!
      Es cierto, no he querido dar ningún tipo de detalles de sus perversiones. El lector seguro que puede imaginar escenas muchísimo más escabrosas de las que hubiera podido y querido narrar.
      Y te aseguro que no tengo la menor intención de continuar este relato. ¡Bastante me costó dormirme anoche!
      Pero confieso que me gustó jugar con el lector y meterlo despacito en escenas cotidianas de lo más normalitas, sin estridencias, sin sustos, hasta que llega a su trabajo y se pone el uniforme de monstruo.
      Seguro que, de no haber estado esperando el miedo, el relato hubiera impactado más.
      Gracias por tu comentario, amigo. Me voy a descansar, que ya es hora… si puedo.
      Ondo lo egin, eta ez egin amets.

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  2. Excelente aporte, me gusta cómo vas presentándonos al personaje, una persona aparentemente común y corriente con buenas intenciones (ser buen marido, padre, hijo) hasta el monstruo de la prisión. Me hiciste recordar a los jefes de los campos de concentración nazis, que vivían en ellos con sus familias y compaginaban su doble vida de monstruos y hombres de familia. Desgraciadamente lo que has escrito no es ficción, es una realidad y eso da miedo, mucho MIEDO. Excelente detalle el de las pesadillas. Saludos.

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    1. Buenas noches Ana.
      Gracias por pasarte a leer y comentar.
      Si te hice recordar a los jefes de los campos de concentración nazis, es que el relato salió bastante bien.
      En realidad, yo tenía un modelo más cercano en los represores y torturadores del golpe de estado que se instaló en el poder en Argentina. Una dictadura cívico-militar que se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional y se caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo de Estado, que permaneció en el poder desde el 24 de marzo de 1976 hasta diciembre de 1983. Y que, formando parte del Plan Cóndor, un sistema clandestino de represión entre países latinoamericanos, promovido por Estados Unidos como parte de la doctrina de la seguridad nacional, generalizó las dictaduras en América Latina (especialmente Argentina, Chile y Uruguay) con el fin de mantener el control sobre esos países durante la Guerra Fría.
      Algunos detalles del relato están basados en la realidad, el resto es una ficción, muy cercana a esa realidad de un período horrible. Y tienes razón, da mucho MIEDO.
      El detalle de sufrir pesadillas es el mal menor que les deseo a esos monstruos y a otros que pululan por la tierra.
      Saludos para ti también.

      Le gusta a 2 personas

  3. Espero que hayas descansado, amiga. Que no te hayan importunado Ingumas o galtxagorris.

    Impresionante la mitología vasca. Indagando he descubierto este precioso cuento: https://samuelvernal.com/galtxagorri-el-duende-de-la-mitologia-vasca/.
    He recordado, además, una forma de llamar a tu tierra hermanándola con la mía: EusKádiz (https://www.euskadiz.com/). 😜😍
    Tengo guardada la lista de los libros de relatos que me recomendaste sobre el tema y en algún VadeReto futuro se erigirán en protagonistas estos duendes patrios. 😉👌🏼

    El tema de los cruzados de la moral y la decencia, civiles y religiosos, va por barrios. Como bien dice Ana, tu personaje recuerda a los salvaguardas del patriotismo nazi, también, como dices tú, a los abanderados con la bendición yanqui para adecentar tierras Iberoamericana y a mí me recordó a los decentes defensores de nuestros símbolos patrios, los que levantan la mano y no para saludar.
    El problema es que, en lugar de extinguirse, estos especímenes vuelven a brotar por todo el mundo y amenazan con hacerse más fuertes. Es que no aprendemos ni a guantazos.
    ¿Una invasión extraterrestre? Ya estáis tardando, alienitos.

    Un abrazo.

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  4. Pues si, he descansado y sin pesadillas, gracias a Inguma.
    ¡Ah!, ¿que no sabes cómo hacer para que Inguma no te meta pesadillas en tus noches?
    Pues verás. Pones un cuenco lleno de lentejas crudas en la mesilla de noche. Y cuando Inguma viene a visitarte, no puede evitar contarlas. Pero como sólo sabe contar hasta 100, tiene que volver a empezar. Así, contando y recontando, se le pasa la noche y no te asfixia para generarte sueños malos.
    A Samuel Vernal lo conozco, pero aún no he leído la Trilogía. He comprado el primero de los libros: El rencor de la montaña insomne, pero ¡¡¡necesito tiempo!!!, así que no puedo contarte lo que me parece. Si te diré que el tema de la mitología vasca me apasiona.
    En cuanto a «Euskadiz», nunca lo había escuchado y me parece una idea brillante juntar ambas identidades. Iré leyendo las entradas. Pero, por de pronto, cuando vaya a Donosti, me acercaré a «El pescaíto de la Bahía de Cádiz» y ya te contaré.
    Por último, el tema de los cruzados de la moral y la decencia, nos hace pensar en monstruos de diferentes «barrios» como bien dices. Lamentablemente, parece ser una pandemia que causa más estragos que el COVID, porque cada nueva cepa es peor que la anterior y se hacen cada vez más fuertes. Y lo que más les fortalece es el oscuro empeño por olvidar la historia. Alemania tuvo su «Proceso de Nüremberg», Argentina tuvo su «Punto Final» en el Juicio de 1985. ¿Y España? ¿Cómo era aquello de que quien olvida su historia está condenado a repetirla?
    Enfin, no quiero una invasión extraterrestre. Pero pido y exijo JUSTICIA para todos, sin prescripciones, sin excepciones, sin amnistías. Para que NUNCA MÁS los monstruos salgan a la luz y nos den nuevamente MIEDO.
    Un abrazo Amigo. Me voy a comer tranquila, mi sobrina ya ha cazado todos los Pokemon que había por la casa.

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  5. Hola Marlen. Excelente relato que recuerda varios sucesos en diferentes países y la doble vida que llevan los representantes de ese orden, que por casualidad siempre se llaman a sí mismo y con orgullo «representantes del nuevo orden» . Da terror que en la vida real, la historia de esos personajes se repitan con el consentimiento de muchos. Un abrazo 🐾

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  6. Buenos días, Rosa. Gracias por tu comentario.
    Tienes razón, los representantes de esas ideologías se llaman a sí mismos «representantes del nuevo orden», porque se sienten exactamente así: salvadores de un mundo que estaría perdido sin su actuación.
    Y, al mismo tiempo, tienen una vida absolutamente normal, aunque muchas veces impregnada por el autoritarismo que les embarga.
    Lo que también coincido contigo es que da terror que esta gente tenga «adictos al orden y a las buenas costumbres», que los eleven a puestos importantes en gobiernos y altos cargos de muchos países. ¿Tan necesitados estamos de que nos conduzcan por caminos ya recorridos, aún a costa de violencias y degradaciones?
    Un abrazo a ti también.

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  7. Hola Marlen , un relato muy bueno yo creo que es para quitarse el sombrero , yo creo que muchos de estos eran peor que los propios presos.
    Me a gustado tu relato , yo también participó en el vadereto.
    Te deseo una feliz tarde saludos de flor.

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    1. Hola Flor, buenas noches.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Sin duda, muchos de los que estaban afuera «organizando el país», eran peores que muchos de los que estaban adentro, sufriendo torturas o muriendo por el sólo hecho de defender sus ideales.
      Me alegro que te haya gustado el relato y me alegro que tú también participes en el VadeReto.
      ¡Bienvenida! Ya paso a leerte.
      Feliz viernes y saludos.

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