Escribir jugando (noviembre 2022)

Agradezco al “Blog de Lidia” su divertida iniciativa que nos desafía con la propuesta “Escribir jugando”.

La idea es escribir un microrrelato o una poesía de no más de 100 palabras (sin incluir el título), en el que aparezca la idea y el objeto correspondientes al mes. Cada mes un nuevo reto. En este caso para el mes de noviembre, las consignas son: una carta Universal Fantasy Tarot, una amatista y como opcional: algo relacionado con la Angel’s Trumpet o floripondio.

El Gran Melquíades

Encerrado en su estudio, vistiendo sus ropajes rojos y su lupa, que le infunden entusiasmo por los descubrimientos, el Gran Melquíades estudia el mapa que sus dibujantes le han preparado con la visión que tuvo en ensoñaciones.

Tierras y mares, este es el mundo.

Nuevos inventos, árboles prodigiosos, remedios para la muerte, todo eso y muchísimo más.

Ahora sólo queda convencer al Príncipe de lo apasionante de la aventura y ampliar los horizontes.

El zumo del floripondio le ha permitido entrar en contacto con esas tierras lejanas.

Su amatista le ayudará a meditar la mejor forma de describir el proyecto. 

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

11 comentarios sobre “Escribir jugando (noviembre 2022)

  1. Buenos días, Marlen.
    Todos habéis respondido al reto con mucha poesía.
    Pero yo en el dibujo veo más bien a un nota al que han castigao a empapelá tol castillo. Como en aquella época todavía no había industrias de la decoración, le han encargao a él que pinte to los papeles a mano. Entretenío que va a está er chavea.
    😅😂🤣
    (espero que no sea necesario traducir el gaditano 😝).
    Abrazo desde el Sú.

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  2. Hola, Jose. ¿Se puede saber por qué San Google no traduce al andaluz? Nooooo, si ya sé que un chavea es un muchacho, pero es que contigo necesito un diccionario. 😂🤣😂
    No sé si yo estuve muy poetisa, lo que me parece es que Elcano y su gesta, me influenciaron y me hicieron volar a aquellos tiempos.
    Ahora que tu versión es mucho más divertida, aunque hacerse especialista en empapelados decorativos… ¡Qué bastinazo, miarma! Es que el jefe es muy fatiguita y mete mucha bulla al quillo.
    Iparraldetik besarkada bat.

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  3. ¿Y cómo se me ocurrió el nombre del protagonista? Ya sé, no me lo habéis preguntado, pero como me apetecía contarlo, aquí va la explicación.
    Primero, por influencia de Sebastián Elcano, de quien escribí una entrada hace poco, se me ocurrió que el personaje revisaba unos mapas para ir en busca de aventuras.
    Pero a la hora de ponerle nombre, el que me apareció fue Melquíades. ¡Menudo nombre! Melquíades es un personaje de «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez, que trae inventos y descubrimientos del mundo exterior a Macondo. Cuando se queda a vivir con los Buendía, escribe unos pergaminos en sánscrito. (Si, ya sé que no eran mapas, sino versos que tienen que ver con el destino de la familia, y que no pueden leerse hasta dentro de 100 años).
    Los inventos, los viajes, el espíritu aventurero y con algo de mago me fueron llevando por el camino para convencer al Príncipe de ampliar los horizontes. En cuanto a los remedios para la muerte, recordar que Melquíades afirmaba haber regresado de la muerte porque no había podido soportar la soledad.
    La mente va hilando una tela de araña increíble con sólo darle un hilito. ¿Os gustó?

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  4. que gran Microrrelato, me ha gustado, después si le puedes decir a tu amigo Melquíades que si llega a necesitar un ayudante o compañero podría acompañarlo, ya que me parece que va en busca de aventuras podré descubrír cosas interesantes en ese viaje, jaja
    un abrazo, que estés bien, y leí lo de como se te vino a la mente ese nombre, y me recordaste a mi mismo jaja, a veces pienso en algo y mi mente vuela sola jaja creo que así estoy escribiendo mi segundo libro también jaja

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    1. Perdona Wulfric, no había recibido la comunicación de este comentario, y recién lo descubro, releyendo la entrada. Así que, aunque tarde, no quería dejarte sin mi respuesta.
      Me alegro que te haya gustado el microrrelato. Yo también me divertí mucho creándolo. Sobre todo por la forma en que llegué al nombre del personaje. Me alegro en no ser la única cuya mente se lanza a volar en los momentos más extraños, para llegar a cosas que luego te preguntas: ¿Cómo se me pudo ocurrir? Si te sirve para escribir tu segundo libro, ¡genial! 😂😂
      ¡Ah, que conste que a Melquíades le gusta la idea de que le acompañes. Me dice que intuye un buen sentido del humor en ti, algo esencial como compañero de aventuras.
      Un abrazo.

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