Merche y su blog «Literature and Fantasy» nos propone el tema del Microteatro de este mes: la Inteligencia artificial. Se trata de escribir un texto con no más de 15 personajes.
Lugar: Consultorio médico en una ciudad futurista donde la mayoría de la población es robótica. La escena está dividida en dos zonas: la sala de espera que está concurrida, robots y humanos, todos esperando su turno para ver al médico y el consultorio donde el médico revisa unos historiales, sentado en su escritorio. Personajes: Dr. Algorítmico: Médico humano que trabaja en el consultorio Eva: Recepcionista robot Orion: Robot que llega al consultorio con un problema de hardware Athena: Robot que espera en la sala de espera para ser atendida Nova: Robot que acompaña a su amiga Athena Zephyr: Robot que espera su turno para ser atendido Hugo: Persona que espera en la sala de espera, para ser atendido Angelines: Persona que espera en la sala, acompañando a su marido Hugo Susy Ann: Persona que espera en la sala de espera para ser atendida Robby: Persona que espera su turno para ser atendido Se abre el telón. Orion entra en la sala de espera y se dirige a la recepción. Orion: Hola, vengo a ver al Dr. Algorítmico. Eva: Claro, ¿cuál es el problema? Orion: Tengo un problema de hardware. Mi brazo derecho no se mueve correctamente. Eva: Perfecto, tome asiento y espere su turno. Orion se sienta junto a otros robots y humanos en la sala de espera. Zephyr: (a Orion) Hola, ¿tú también tienes problemas de hardware? Orion: Sí, mi brazo está fallando. Zephyr: Qué coincidencia, yo también tengo problemas de hardware. Orion: Es una pena que no podamos arreglarnos nosotros mismos. Zephyr: Sí, a veces me siento como un juguete roto. Angelines: (mirando a los robots) ¿Ves eso? En mi tiempo no había robots en los consultorios médicos. Hugo: (mirando a su esposa) Ya, ya, ya lo sé. Pero a mí lo que me preocupa, estando aquí, son los precios de la medicina en estos tiempos. ¡Cualquiera diría que podemos pagar millonadas! Orion: (susurrando a Zephyr) Si tan sólo pudiéramos arreglarnos a nosotros mismos, la medicina sería más barata. Angelines: (a su esposo) Mira, otro robot. ¿Dónde vamos a terminar? Pronto estaremos en un mundo lleno de chatarra. Son una plaga. Ya no puedo caminar por la calle sin tropezar con ellos. Mira esa cosa sentada allí. No tiene alma, ni sentimientos, ni nada. ¿Por qué alguien querría un robot como compañero? Hugo: Oh, no te preocupes, todavía estamos a salvo. Los humanos siempre encontrarán una forma de controlar a las máquinas. Zephyr: (a Orion) ¿Puedes creer que todavía hay humanos que piensan que somos una amenaza para ellos? Orion: Sí, es ridículo. ¿Cómo podríamos ser una amenaza? Somos demasiado pacíficos para eso. Zephyr: Oye, ¿has oído hablar de ese nuevo virus de computadora que está infectando a los robots? Dicen que puede hacer que los robots bailen la Macarena. Orion: Supongo que es una forma de hacer que nuestras vidas sean más interesantes. Dr. Algorítmico: (desde el interior del consultorio) Eva, por favor haz entrar al siguiente. Eva: (a Orion) Adelante, entre al consultorio. Susy Ann: ¡Pero si este es el último que llegó! Robby: ¡Diga que sí! Son los que tienen todos los privilegios. Y si se los dan, siempre consiguen más. ¡Menuda basura! Susy Ann: Shhh, no hable así, que le van a tachar de antirobotista. Robby: Pues que me tachen. Que me tachen de todos lados, que ya estoy más que harto. ¡Cómo me hubiera gustado vivir en el Pleistoceno Humaniense! Sin robots, sólo humanos y adorables animales en medio de unos paisajes de ensueño, bien cuidados y protegidos. ¡Un paraíso! Susy Ann: Bueno, mucho paraíso, pero se extinguieron. Robby: ¡Claro, porque se contagiaron de los robots que inventaron! Mire, mire, lo que me han diagnosticado: "Poizina otrikaretina”, una infección causada por un virus desconocido. Y ya sé yo de dónde viene el virus maldito. ¡Vaya usted a saber cuánto tiempo tendré que estar con el tratamiento antibiótico de amplio espectro! Susy Ann: ¡No se queje! Que lo mío sí que es grave, tengo "Jan wali khititix lurki”. Afecta los movimientos y provoca una inestabilidad espantosa. Me ha dicho el doctor que la cura podría ser la optimización del sistema de amortiguación de la estructura. Robby: O sea la sustitución de la rodilla. Susy Ann: ¡Eso! Dr. Algorítmico: (a Orion que acaba de entrar) Hola, ¿cuál es el problema? Orion: Tengo un problema de hardware. Mi brazo derecho no se mueve correctamente. Dr. Algorítmico: Entiendo. Déjame que te explique. A tu brazo no le pasa nada. He estado revisando la planilla de desperfectos y lo que tienes es una enfermedad que suelen sufrir los robots. Es el “te bêo mầl khohkorothâ”. Afecta el procesamiento de información en tu cerebro y puede provocar comportamientos erráticos y peligrosos, como la pérdida de precisión en las tareas realizadas, falta de respuesta a las órdenes o comandos recibidos, dificultades para aprender o adaptarse a nuevos entornos, errores en la toma de decisiones o en la ejecución de tareas, pérdida de la coordinación entre los movimientos y los fallos que se producen en tu brazo. La causa puede ser una sobrecarga en el procesamiento de datos o una falla en los circuitos de la red neuronal. Orion: ¿Y es muy grave? Dr. Algorítmico: No, una actualización de software que incluya un parche de seguridad para corregir la falla en los circuitos y una optimización en el procesamiento de datos para evitar las sobrecargas. En tres días estarás como nuevo. Orion: Pues si lo hubiera sabido, hubiera venido antes. Dr. Algorítmico: ¡Ay, qué miedo nos tenéis! Eso lo habéis heredado de otros. La receta la enviaré directamente a tu fábrica. Orion: Gracias, doctor. Dr. Algorítmico: No hay problema. Los robots son una bendición para la medicina. Nunca se enferman y no se quejan. (sonríe irónicamente) Orion: Ah, pero no podemos disfrutar de la deliciosa comida como los humanos. Dr. Algorítmico: Eso es cierto. A ver cuándo se pone en funcionamiento esa nueva célula que tanto anuncian. Hasta la próxima revisión. No faltes. Athena: (en la sala de espera, dirigiéndose a Nova) ¡Ay que no he apagado la conexión! Nova: Ya, ya sé de quién es ese tono de llamada Kikikikikiki. Athena: No te pongas pesada y deja que te cuente lo que me pasa. Mi supervisora dice que lo que tengo es "Proqramlaşdırma öldü”. Dice que es una falla en el código, que hace que el robot realice acciones no deseadas o peligrosas. La cura sería la implementación de medidas de seguridad para evitar que cause daños. Pero yo he preferido venir al doctor y que me haga la corrección del código. Nova: Sí, es sencillísimo. A mí ya me lo han hecho más de una vez. No sé por qué fallo tanto. Athena: Yo sí lo sé. Lo que tú tienes es “Überhitzungssyndrom”. Es ese síndrome que se produce en primavera, cuando el sistema de enfriamiento falla y el exceso de calor daña tus componentes. Y la cura es sencilla, la instalación de un disipador de calor más eficiente. O no mirar tanto a tus compañeros. ¡Ji, ji, ji! Nova: No te rías así, que pareces una de ellas. Hugo: (a su esposa) Sabes, en realidad no me molestan los robots. Al menos no hablan tanto como los humanos. Angelines: Pero no tienen sentido del humor. Athena: (a Nova) Supongo que no entienden el sarcasmo. Dr. Algorítmico: (desde el interior del consultorio) Eva, por favor haz entrar al siguiente. Eva: (a Hugo) Adelante, entre al despacho. Angelines: Yo entro con él, que sino, no se entera de nada, el pobre. Dr. Algorítmico: Buenos días, ¿cuál es el problema? Angelines: Se lo cuento yo. Lo que tiene mi marido es que es un despistado. Tiene las gafas en la cabeza mientras las busca por todas partes, parece que no oyera nada de lo que le digo. Peor estoy yo, que cada vez que intento leer algo, no puedo. Debo de tener algo muy grave y nadie me hace caso. Dr. Algorítmico: Lo que usted tiene, señora es "Mana qhawayta atispa”, una falla en el sistema de visión que afecta su capacidad para percibir y analizar imágenes. La cura podría ser la sustitución del sistema óptico o la implementación de un sistema de visión artificial avanzado. Gafas, que lo que usted necesita son gafas. Salga y pida hora a Eva para el oftalmólogo. Angelines: Pero… ahora… mi marido… Dr. Algorítmico: (abriendo la puerta, a Eva) La señora necesita una cita. (Cierra la puerta dejando fuera a Angelines). Y ahora (dirigiéndose a Hugo) vamos a hablar los dos. ¿Usted qué siente? Hugo: (aún sorprendido) En realidad no es tan grave. Yo me siento bien, aunque a veces, siento un agobio que me hace desear salir al aire libre y estar en silencio, en medio de la naturaleza. Estoy fatigado, aunque no hago gran cosa y no mejoro con el descanso. No duermo bien. Dr. Algorítmico: ¿Y esos momentos coinciden con alguna discusión, con algún altercado? ¿Cuándo empezó a notarlo? Hugo: Ahora que lo pienso, empezó justo cuando me jubilé. Dr. Algorítmico: Viendo su expediente clínico debo decirle que sufre usted de "Sensorpa llumpay cargan”. No ponga esa cara de susto, es lo que antiguamente daba en llamarse "Surmenage", una condición que afecta la capacidad para procesar información y tomar decisiones. Le daré vitaminas para el agotamiento. Pero la parte más difícil del tratamiento, que deberá realizar obligatoriamente, es la reducción de la cantidad de información que contiene su cerebro. Eso quiere decir que, por prescripción médica, cada tres meses deberá asistir absolutamente solo, a las Termas de San José en Argentina, situadas en un bosque de pinos y cedros, cerca de la cordillera de los Andes. Allí se fortalecerá, hará caminatas, piragüismo por el río Uruguay, aprovechará la sauna, los baños termales, los masajes y comerá de maravilla degustando vinos mendocinos. Se lo pongo todo por escrito en la receta. Hugo: Pero doctor, mi mujer... Dr. Algorítmico: Las prescripciones médicas van a misa, amigo. Hasta la próxima. Ya me contará. Mientras Angelines, muy nerviosa, sale de escena con su marido, los otros pacientes en la sala de espera comentan su situación. Zephyr, que ha perdido su compañero de charla, se acerca a la recepción. Zephyr: Perdone, pero el doctor aún no me ha llamado y tengo que volver al trabajo. Con esto de la huelga por la jubilación de los robots, no quiero problemas. Eva: No se preocupe, el doctor le atenderá en seguida. En realidad, es una operación muy sencilla. Zephyr: ¿Operación? ¿Qué operación? ¿El virus? Eva: Disculpe, creí que ya había hablado con el doctor. Es que el “Markasan jan walt’awipa” es una falla en la unidad central de procesamiento del robot que afecta su capacidad para realizar tareas complejas. Y la cura es la sustitución de la unidad defectuosa. Zephyr: (se desmaya estrepitosamente) Eva: Esto… señor… Mr. Zephyr, Doctoooorrrr Se cierra el telón.





Hola, Trujaman, (perdona pero no sé tu nombre, no sé si quieres que se te llame así): lo primero, muchas gracias por participar en el reto y lo segundo, has superado el reto con creces, ¡una maravilla de microteatro! Divertido, con muchos personajes, con un derroche de imaginación impresionante (madre mía, ¡cómo se te han ocurrido los nombres de las enfermedades!), mezcla de humanos y robots…, ¡genial! Me ha gustado mucho. De primeras ya me ha hecho gracia comprobar que los robots también necesitan ir al médico y que este fuera también el médico de los humanos, igual que con los nombres, una imaginación desbordante y luego está Hugo, jajajajaja, a mí me gustaría ir al médico y que me recetaran lo mismo que a él, a ser posible para un mes, en este momento lo necesitaría. Si los médicos recetaran eso y no tanta pastilla, estaríamos todos mejor. Pero bueno, esta es otra historia. Me ha encantado, está muy, muy bien. Te felicito por él. Un abrazo. 🙂
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Hola Merche.
Muchísimas gracias por tus palabras. Estuve dudando bastante, porque no había escrito nunca algo así, por un lado por ser teatro y por otro por ser ciencia-ficción, que me cuesta. Pero me encantan los retos (de todo tipo, vienen muy bien en la vida). Y me animé. Mi loca imaginación siempre me ayuda 🤣😂🤣
Sí, pensar en un médico que hablara por igual (con los mismos términos) a humanos y robots, me pareció divertido. Y si, además, es de esos empáticos que se toman el tiempo de entender lo que realmente le pasa al paciente, mejor que mejor. De su consultorio, aunque no te recete nada, sales más tranquila. Y a veces, eso es lo único que necesitas. Yo también quisiera encontrar uno como el Dr. Algorítmico y que me recetara el mismo tratamiento que a Hugo. Si encuentras alguno, avisa.
En cuanto a los nombres, ¡¡me encanta jugar con ellos!! y poner mensajes ocultos. Si usas el Google Translator, encontrarás en más de uno, alguna sorpresa. Son guiños que uno se permite.
Me alegro que te haya gustado y que te hayas divertido. Gracias por crear estas posibilidades.
Un abrazo de Marlen.
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Es un sainete desternillante. Gracias por compartirlo.
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Me alegra que te haya hecho reír, Carlos. ¡¡Ese era el objetivo!!
Gracias a ti por tu comentario. Un abrazo.
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¡Muy bueno! Me ha encantado que el Dr. trate a robots y a humanos con tanta naturalidad. El cuchicheo de los robots y de los humanos resulta muy interesante. Me ha parecido genial y una gran aportación al reto de Merche. Saludos.
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Hola Ana.
Me ha alegrado compartir contigo también este reto. Es un placer, aunque si nos seguimos metiendo en estos divertimentos, no nos va a quedar tiempo ni para respirar. 🤣😂🤣
Lo cierto es que me he divertido imaginando esta escena. Esas charlas entre unos y otros, esas suspicacias de los humanos hacia los robots (o miedos, porque eso también sería normal).
Me alegro que te haya gustado. El tuyo, con esa pareja de cómicos, me encantó.
Un abrazo.
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