Pepe Cibrián y Ana María Campoy

Cuando era chica, en Buenos Aires, y la televisión era un entretenimiento moderno y glamouroso, a mi madre le encantaba una pareja que hacía películas y alguna telenovela. Ese placer de ver la buena actuación se me pegó muy pronto y recuerdo a Pepe Cibrián y a Ana María Campoy, como el actor y actriz más deliciosos que conocí en aquella época. De hecho, creo que mi deseo de hacer teatro tiene su origen lejano en ellos.

Pero empiezo por contaros hoy quiénes eran, para recordar un poco del mundo del teatro, el cine y la televisión argentinos de los 50 a los 80.

En 1890 nació en el País Vasco el actor Benito Cibrián. Viajó con su familia a la Argentina y allí estudió con el actor español residente en la Argentina Enrique Arellano, que estaba en la compañía de Los Hermanos Podestá, un grupo de actores rioplatenses (argentinos y uruguayos) de la familia Podestá que hacían espectáculos de circo y establecieron las bases de los teatros argentino y uruguayo. Arellano, al desvincularse de Podestá, formó una compañía con Tesada, donde ingresó Benito Cibrián. En Buenos Aires y a los 25 años se casó con la actriz Josefina (Pepita) Meliá. Al año siguiente tuvieron a su único hijo José Cibrián (Pepe Cibrián). Benito participó en obras teatrales y durante la República Española actuó en España en obras antifascistas, por ello debió salir de España exiliado con su mujer a Francia y luego a México. De 1945 a 1961 participó en 8 películas del cine argentino. En la década de 1950 trabajó en la televisión y también en radioteatros. Falleció en Buenos Aires en 1974.

Pepe Cibrián, el hijo de Benito y Pepita, se convirtió en un exitoso actor que trabajó en México cuando vivía allí con sus padres. Participó en varias películas en las que compartió cartel con la famosa actriz mexicana María Félix. Formó su propia compañía teatral con la que recorrió México y el Caribe. Y en 1947 conoció en Guatemala a la colombiana hija de españoles Ana María Campoy (su apellido es de origen vasco, otros señalan que es del valle de Mena en Burgos) y se casó con ella. El matrimonio tuvo dos hijos: José (Pepito Cibrián), nacido en la Habana en 1948 y Roberto nacido en la Argentina en 1959.

Ana María era hija de la actriz Anita Tormo y desde los 4 años ya actuaba en la compañía teatral que sus padres tenían en España. Con 12 años, debutó en el cine filmando unas veinte películas en España y Portugal. Viajó a México donde, además de conocer a Pepe Cibrián, intervino en la película musical «Cinco rostros de mujer», compartiendo reparto con Tita Merello y con Pepita Serrador, que se casó con el famoso Narciso Ibáñez Menta y fue la madre del no menos famoso director de programas de televisión Chicho Ibáñez Serrador.

¿Estáis perdidos? Espero que no, porque todavía tengo mucho que contaros.

En 1949 Pepe y Ana María se instalaron en Buenos Aires. Con la creación de la televisión, la pareja se convirtió en pioneros de esta. Ya en 1951 protagonizaron dos ciclos: «Teleteatro de suspenso» y «Néstor Villegas vigila», ambos en blanco y negro y con temática basada en el misterio. Ese mismo año, Ana María debutó en el cine argentino en la película «Especialista en señoras», que tuvo como protagonistas a Juan Carlos Thorry, Analía Gadé, Beba Bidart y Nelly Láinez. Y Pepe hizo varias películas, entre ellas la obra literaria de Alejandro Casona «Los árboles mueren de pie». En ellas, comenzó a trabajar con algunas de las figuras más conocidas y queridas del cine y teatro argentino: Juan Carlos Thorry, Niní Marshall, Alberto de Mendoza, Mirtha Legrand, Raúl Rossi (con su profunda voz), Luis Medina Castro, Walter Vidarte… Si tienes más de 60, y sobre todo si viviste en Argentina, estos nombres te sonarán mucho.

En 1953 ambos adquirieron mucha popularidad, manteniéndose en el aire varias temporadas, con el programa televisivo «¡Cómo te quiero Ana!», con guiones de Abel Santa Cruz y la participación de Raúl Rossi.

Pepe se veía encaminado, desde que llegó al país, a cumplir roles de galán cada vez más exitosos y fue convocado para actuar en teatro. En muchas de las temporadas, lo acompañó su mujer Ana María. Hizo títulos tan emblemáticos como «La tercera palabra», de Alejandro Casona, «Mi bella dama» (la recordada «My Fair Lady»), «La novicia rebelde», «¡Sí, quiero!» y «Ocho preguntas a un monarca» estas dos últimas de Alfonso Paso y tantas otras.

Tras un paréntesis en el cine, en 1955 retornó al medio. En 1960 filmó «La patota» una película de Daniel Tinayre, realizada en blanco y negro , que cuenta la historia de una profesora de filosofía violada por sus alumnos de la escuela nocturna. ¡Todo un impacto para la época!

En Canal 9, la pareja secundó a Amelia Bence en «Topaze», uno de sus primeros trabajos a color en televisión. En 1964 Pepe participó de la exitosa «La cigarra no es un bicho» con Luis Sandrini, donde Daniel Tinayre fue director y guionista, junto a Landrú. Cuenta las vicisitudes de seis parejas en un hotel alojamiento. Un detalle curioso es que el papel protagónico femenino en esta película cómica, había sido propuesto a Niní Marshall, pero al no aceptar, fue reemplazada por la vedette, cupletista y tonadillera española María Antinea.

En 1967 Ana María interpretó uno de los papeles, junto a Rodolfo Bebán y Osvaldo Miranda, de la película «Las pirañas», dirigida por Luis García Berlanga según su propio guion escrito en colaboración con Rafael Azcona.

En 1977 ambos formaron parte en televisión del elenco de «El humor de Niní Marshall», donde actuaron componiendo personajes cómicos. A su vez, comedias familiares como «Ana y Pepe» con Pepita Serrador o «Viernes de Pacheco», un ciclo de teatro televisivo con Osvaldo Pacheco, se volvieron muy exitosos.

Como director teatral, Pepe Cibrián estuvo al servicio de los actores Guillermo Bredeston y Nora Cárpena en muchas temporadas de Mar del Plata. Pero también trabajó con Dringue Farías, Rosa Rosen, Nedda Francis y Rosita Quintana en importantes salas teatrales de la avenida Corrientes.

En 1981 a Pepe le confieren el Premio Konex – Diploma al Mérito (galardón que reconoce, cada año, a las personalidades e instituciones más distinguidas en las ramas del quehacer nacional argentino que sirven de ejemplo a la juventud), por su ya larga trayectoria como Actor de Comedia. Ana María recibió dos, uno por Actriz de Comedia y otro por Conductora, además de un Martín Fierro por su trayectoria y otro por su programa de televisión «La Campoy».

Ana María Campoy actuó en más de cien obras teatrales en los teatros de Buenos Aires y tuvo una gran trayectoria televisiva, participando en teleteatros de Canal 9 y Canal 11. «Teleteatros», esos herederos de los «radioteatros» y precursores de las telenovelas actuales, que hacían que a una determinada hora de la tarde, las calles de Buenos Aires quedaran vacías.

Recluido en su casa del barrio de Belgrano, Pepe falleció en diciembre del 2002. La Campoy lo cuidó durante sus últimos años, después de haber sufrido un derrame cerebral. Y siguió actuando hasta sus últimos días, además de dirigir una escuela de teatro, que mantuvo hasta un mes antes de su muerte, en julio del 2006.

En este fragmento del programa «Historias con aplausos” de 1992, Ana María y Pepe hacen un recorrido por su herencia artística, su llegada a la Argentina y su consagración en la escena cultural nacional. Pepito Cibrián Campoy explica cómo se hizo cargo de la tradición familiar. Y Roberto Cibrián Campoy explica qué siente, al desarrollar una actividad profesional fuera del mundo del espectáculo.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

2 comentarios sobre “Pepe Cibrián y Ana María Campoy

  1. Brillante y merecido homenaje!! Como no recordar a una pareja de actores; que brillaron tanto en el espectáculo como en su vida privada. Gracias por traerlos de vuelta. Un cordial saludo,

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  2. Gracias a ti por el comentario. Me alegro que alguien más los recuerde, porque parece que aquellas figuras que fueron tan importantes como dices tú, en su carrera y en su vida privada, desaparecieron sin dejar rastro. Y no nos vendría nada mal recordarlas, ya que no son tantos los modelos que hoy en día tienen las nuevas generaciones. Mi saludo cordial.

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