La Venta donde nació mi padre

Siempre supimos que Papá había nacido en Ventas de Gulina, porque él se enorgullecía de su Navarra natal. Por eso cuando en 1974 recibí el legado de mi abuelo materno Venancio, estuve segura de que ese dinero tenía que usarlo para conocer el suelo de mis padres y abuelos, que habían tenido que abandonar como refugiados de la Guerra Civil Española. Era un buen homenaje póstumo.

Una vez en Euskadi, disfruté muchísimo de Donosti, Hernani, Tolosa, Bayonne y de tantos pueblos navarros a los que conocía perfectamente sin haber estado nunca en ellos.

Mi tío Esteban, hermano de mi padre, me llevó en auto a recorrer paisajes navarros bellísimos. Salíamos temprano por la mañana y disfrutábamos de sierras, valles, bosques y pueblecitos encantadores que parecían detenidos en el tiempo. Madoz, Gulina, Irurzun, Añezkar, Puente la Reina, Ujué, Elizondo, Estella, Zugarramurdi, Olite, Ochagavía, Betelu, Lesaca, Artajona, Sangüesa, Burgui entrada del Roncal, la Sierra de Urbasa, la Selva de Irati, el Señorío de Bertiz. Son tantos los paisajes que me quedaron grabados que es difícil recordar todos.

Volví a casa llena de colores, figuras de familiares, recuerdos y el deseo de seguir conociendo y teniendo experiencias de la vida de mis ancestros.

El tiempo fue pasando, nuestra vida tomó otros caminos y volvimos a vivir y a trabajar en la tierra familiar.

En 2018 mi hermano Bittor me sorprendió con una noticia curiosa. Viendo propiedades que se vendían en Navarra, un pasatiempo que le encanta, encontró que se vendía un caserío en Ventas de Gulina. La sorpresa fue grande y mi reacción “¡Pues vamos a verla!. Sólo por el gusto de entrar y conocer un lugar en donde podría haber nacido nuestro padre.”

Las cosas se fueron complicando y retiraron el anuncio antes de que tuviéramos tiempo para llamar e ir a visitarla. Así que me quedé con las ganas.

Pero cuando el destino interviene, no hay modo de escapar. En 2019 mi hermano volvió a encontrar el anuncio (luego nos enteramos que la venta había fracasado), la propiedad volvía a estar a la venta. Así que, sin perder tiempo, contactamos una visita con la inmobiliaria y partimos hacia Navarra con la única ilusión de conocer un caserío que, por las fotos, parecía estar muy destruido.

La primer sorpresa fue enterarnos de que las “Ventas” de Gulina eran tres caseríos que estaban cerca del pueblo, al borde de la antigua carretera de Pamplona a San Sebastián y Vitoria, a 3 km. de Irurzun y no tenían mucho que ver con el pueblo que nosotros conocíamos. Faltaba saber en cuál de las tres había nacido Papá.

Luego nos enteramos que la “Venta de Arriba” siempre había sido un almacén, que la “Venta de Abajo” fue construida por unos tíos del propietario de la que estábamos visitando y en ella vivieron siempre. La que se vendía era la “Venta del Medio” y era la única en la que podía haber vivido en su tiempo la familia Larrayoz Vallejo. O sea que no estábamos mal encaminados.

La venta se compone de la casa, las cuadras y el garaje, ya que una “venta” era un establecimiento situado en un camino o carretera que ofrecía comida y hospedaje a los viajeros. Conocidas desde la Edad Media, se asociaban a los mesones o posadas. Eran característicos el gran portón accesible para carruajes, las cuadras y corrales para guardar el ganado en tránsito, el pajar para alojar a los arrieros, la cocina y el comedor en la planta baja y habitaciones, en principio muy primitivas, para los comerciantes, tratantes y viajeros. Todo lo que veíamos in situ.

Exteriormente la Venta del Medio también tiene un frontón, una era de trillar mieses, una huerta y una zona abierta donde suele plantarse trigo y cuyo linde es un arroyo.

La emoción de entrar en el caserío me embarga apenas entramos. El suelo de la entrada es de canto rodado formando dibujos geométricos y está intacto. Vigas de madera en los techos, viejas columnas de madera oscura.

La planta baja sólo está constituida, como en muchos caseríos navarros, por la entrada, la cocina y comedor, una salida al exterior posterior, un baño y un paso que da acceso a las cuadras, a las cuales les sigue el local de los carros y aperos de labranza. Accesibles por una escalera rústica, en los dos pisos superiores están los dormitorios.

La cocina es en estas casonas, sobre todo en invierno, el lugar donde se reúne la familia y donde se enciende la lumbre, el sitio mejor de la casa. En ella, en una silla de paja, frente al llar, me siento a descansar no sé si del esfuerzo o de la emoción.Los niños y mi hermano recorren la cuadra y el silencio se hace a mi alrededor. Algo sutil y potente a la vez me roza, el crujido en el piso de madera delata una presencia y una vibración familiar me embarga. Recuerdos, imágenes, historias, murmullos se hacen presentes a través de esas capacidades innatas en las que pocas veces nos interesamos. Estoy en la casa que vio nacer a mi padre.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

6 comentarios sobre “La Venta donde nació mi padre

  1. Que hermoso lugar! Me hace recordar cuando en 1971 fuimos a conocer la casa de la suegra de mi hermana en Olazagutia y después en Vitoria fuimos a una posada del 1600 que me impactó tanto que no puedo olvidar hasta el dia de hoy. Cuanto me alegra tus vivencias.

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  2. Un saludo,en un momento libre en mí trabajo me ha dado por mirar qué aparece sobre el pueblo de mi amatxo en internet, simplemente quería hacer una puntualización, la venta de arriba no fue un almacen, de hecho mi ama se crió en ella, lo que sí fue durante un tiempo en los años 60,70 fue una granja avícola y sufrio un incendio, me alegro de conocer a alguien originario de Gulina donde sigo teniendo familia

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  3. Hola Alberto. ¡Qué bonita forma de conectarnos! Me habían informado mal del uso de la Venta de Arriba. ¿Cómo se llama o se llamaba tu madre? y ¿Cuándo nació? A lo mejor, nuestras familias fueron vecinas. Mi padre, Victoriano Larrayoz Vallejo, nació el 20 de agosto de 1916. En la misma venta nació su hermana Antonia el 16 de mayo de 1918. En total eran 9 hermanos. Vivieron en el caserío hasta 1922 aproximadamente.
    Nosotros finalmente compramos el caserío y con dificultades por el COVID, lo estamos restaurando. Sueño con reunir a toda la familia allí. A lo mejor, algún día podemos conocernos.
    Me alegro mucho que me hayas escrito y seguimos en contacto.
    Saludos.
    María Elena Larrayoz Aristeguieta

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