En 1955 ocurrió uno de los hechos más importantes de mi vida: el nacimiento de mi hermano Víctor a quien enseguida bautizamos como Vicky.
A los cinco años, como tenía yo, una niña no es ni demasiado pequeña para no darse cuenta, ni demasiado grande para ser paciente con la espera de tantos meses.
Así que viví esos nueve meses con muchos nervios y ansiedad y cuando por fin, llegó el momento de ir corriendo al hospital, acompañé a mi madre y a mi tío Paco mientras mi papá, avisado por teléfono, venía desde el trabajo.
La cigüeña se hizo esperar y fue tan malvada que no me dejó que la viera desde la ventana de la que no me separé ni para ir a hacer pis.
Cuando entró la enfermera a decir que ya había nacido, me puse furiosa y le grité: “¿Cómo puede haber nacido, si yo no he visto a la cigüeña llegar? ¡Y no me he movido de aquí!
Lo cierto es que, desde que llegó a casa, se convirtió en mi muñeco particular al que me encantaba hacer reír, dar el biberón y hacer cosquillas. Todo, menos cambiarlo, porque los olores era lo que menos me gustaba.
Desde ese día, un sentimiento de protección nació en mí y me acompañó siempre.
Cuando jugábamos con la pandilla, Vicky siempre resultaba favorecido. Si era a los médicos, a él nunca había que ponerle inyecciones sino darle Coca Cola para curarlo, si era a la maestra, siempre le salían bien los deberes y ganaba una galleta. Y si era a vaqueros e indios, siempre estaba tan bien escondido que los indios no lo encontraban.
Lo divertido es que la situación estaba tan establecida, que ninguno protestaba, ya se sabía quién iba a ganar a cualquier juego.
Hoy, con la alegría de seguir compartiendo recuerdos, vivencias, pasado y futuro, quería desearte que lo disfrutes y que pases un
¡¡¡Muy Feliz Cumpleaños!!!
Me sumo al deseo de un día maravilloso pleno de amor y armonía. Un cálido saludo.
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¡¡Gracias por tus deseos!! Mi saludo afectuoso.
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Con lo de la cigüeña me recordaste cuando mi hija de 4 años de pronto vio mi panza de embarazo y me dijo que me había comido un bebé. Esa inocencia infantil que hace sacar las conclusiones más chistosas me encanta. Me ha gustado la forma en que relatas esa complicidad entre hermanos que parece planeada. Saludos.
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¡Qué graciosos son muchas veces los comentarios de los chicos! ¡Precioso lo de tu niña! Me alegra que te haya gustado la entrada y te agradezco el comentario. Un saludo cordial.
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