El Tintero de Oro nos propone el Concurso de relatos 35ª Ed. LA CONJURA DE LOS NECIOS de John Kennedy Toole. La extensión máxima es de 900 palabras. Para más información pasaros por su blog que tiene grandes propuestas.
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/02/concurso-de-relatos-35-ed-la-conjura-de.html
Eduarda Mansilla: Ser una escritora argentina en el siglo XIX
En los corrillos de Buenos Aires no se hablaba más que de Eduarda Mansilla. Corría el año 1892 y acababa de morir “La Fantástica”. Era una mujer excéntrica y única en su forma de ver el mundo. Lo había demostrado al pedir, como última voluntad, que no se reeditaran sus escritos y no se publicaran sus textos inéditos.
Para ciertas damas criollas de alcurnia, la participación en política era parte de sus prerrogativas. A este tipo de familias tradicionales, poderosas, pertenecía Eduarda, hermana de Lucio Victorio Mansilla, sobrina de Juan Manuel de Rosas.
Se comentaba que, en 1845, siendo niña, había actuado de traductora entre Rosas y Colonna-Walewski, enviado para intervenir en el bloqueo naval anglo-francés.
Por su clase social, había tenido una vida con más libertades que el común de las mujeres, especialmente en cuanto a la administración de sus bienes, capacidad de salir de su casa o viajar libremente por el mundo.
Nacida y criada en la casona de Palermo en 1834, desde temprana edad supo que su camino sería diferente. Continuó la tradición femenina familiar de vincularse con figuras políticas, a través de misivas o en tertulias.
Junto a su marido, el diplomático Manuel Rafael García, llegaba en 1861 por primera vez a Norteamérica, con sus hijos, sus trajes y su marido a cuestas. Tres años más tarde, Manuel continuaba su carrera diplomática en Europa: Francia, Gran Bretaña, Italia, España. La familia se instalaba en París. Eduarda frecuentaba los círculos de la alta sociedad que su posición de esposa de diplomático le habilitaba.
Años después, García era nombrado ministro ante el gobierno de Estados Unidos. Los García-Mansilla volvían a trasladarse a Norteamérica, formando parte del círculo de amistades del presidente Ulysses Grant.
Eduarda era una de las mujeres más elegantes de Washington. Con frecuencia cantaba acompañándose del piano, en las reuniones de la Casa Blanca. Comenzaba a escribir relatos de viajes. En “Recuerdos de viaje”, convertía en positiva su condición de mujer, que la autorizaba a desarrollar una veta doméstica, sin dejar por ello de ocupar territorios discursivos frecuentados por hombres.
Criolla, excéntrica, cosmopolita, con la agudeza de su pluma se lanzaba a conquistar a los porteños. Si la importancia cultural e histórica de París, Florencia, Viena resultaba inabarcable para cualquier sudamericano, Washington o Nueva York olían a nuevos ricos, a aventureros.
“Las iglesias no producen en Nueva York el mismo efecto que en las ciudades europeas. Por lo general, son poco bellas, modernísimas y con el sello de la construcción de ayer, que les quita gran parte de su encanto, no sólo arqueológico sino estético. En la América del Norte, como en la nuestra, el viajero no encuentra esos preciosos recuerdos históricos, revelados por los monumentos, por la fisonomía misma de las ciudades. Todo es allí obra del presente, nuevo, novísimo y exento de ese encanto misterioso que el tiempo imprime a las piedras, a los edificios, a las cosas” escribía.
En el París de los placeres, del lujo, de las extravagancias, el círculo de relaciones políticas y culturales que se formaba alrededor del matrimonio, era importante: Alejandro Dumas, Julio Verne, Victor Hugo, Gioachino Rossini, Charles Gounod, Jules Massenet…. Asistían al teatro, a la ópera, armaban veladas y representaciones teatrales en su casa.
Consciente de que el medio en el que luchaba por imponerse estaba destinado a los hombres, apoyada por su marido, empleaba sus medios económicos para publicar su creación literaria.
Después de dieciocho años de ausencia. Eduarda decidía volver a Buenos Aires. Dejaba atrás a su marido y a cinco de sus hijos, hecho que fue muy comentado y criticado en las tertulias.
Leía mucho, escribía novelas, cuentos, canciones, artículos periodísticos, asistía a conciertos, bailes, se sumergía en la vida cultural porteña. De entonces es la mayor parte de su producción periodística y literaria.
Además de ser una mujer enérgica, llena de vida, Eduarda fue una pionera en la escritura de la novela romántica rioplatense, que supo exponer las paradojas de la sociedad argentina.
Dentro de sus obras, escribió cuatro novelas: “El médico de San Luis”, “Lucía Miranda”, “Pablo ou La vie dans les Pampas”, escrita en francés y “Un amor”.
Además de numerosos artículos periodísticos, fue autora de narraciones infantiles, recopiladas bajo el título de “Cuentos” y de otros relatos autobiográficos o costumbristas, reunidos en “Creaciones”.
Sus cartas nos muestran el modo en que Eduarda se relacionaba con el poder para reclamarles aquellas prerrogativas que, por su origen y su apellido, el país le debía.
Viaja, escribe sobre sus viajes y escribe cartas desde sus viajes. Busca que se la tome en serio a ella y a su obra.
A pesar de que muchas personas consideraban a Eduarda como una mujer extraña, única y excéntrica, ella seguía su camino con una determinación admirable. Vivió la vida a su manera y no se dejó vencer por los prejuicios y las expectativas de la sociedad. No le importaba lo que los demás pensaran de ella, lo más importante era descubrir lo que la vida tenía para ofrecerle.
Desde hace unos años, la figura literaria de Eduarda Mansilla es redescubierta. Su perfil no encaja en el prototipo de feminista, más bien a veces atenta contra él. Sin embargo, su hacer adquiere visos de excepcionalidad. Su vida actualiza el modelo conservador de mujer tradicional. Sus reflexiones sobre la mujer en sociedad, son una crítica cultural que, leída a la distancia, revela la audaz actualidad de su pensamiento.

Hola… Gracias por presentarnos a esta extraordinaria argentina. Mujer de armas tomar que, a plumazo limpio, se abrió paso en tan difícil época para el genero femenino.. ¡Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Octavio. Gracias a ti por enviar tu comentario.
Una extraordinaria mujer, adelantada a su tiempo, importante en la cultura argentina y, como bien dices, de armas tomar, porque no le tembló el pulso a la hora de escribir, de proclamar sus reflexiones e incluso de encararse a los representantes del poder para reclamar lo que ella consideraba justo. ¡Todo un personaje!
Saludos a ti también.
Me gustaMe gusta
Un buen viaje por la biografía de una mujer excepcional para su época. Agradezco que la hayas mostrado en este reto, Trujaman, ya que desconocía la existencia de esta escritora.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Carmen.
Lamentablemente, en esa época sólo debían ocuparse de su casa e hijos. Lo que estuviera fuera de ese ámbito, ya era criticado. Me alegro que la hayas podido conocer a través de este relato.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Hola Trujaman, una excelente crónica de esta escritora que quizá muchos no conozcan.
Una mujer diferente quizá para los cánones de su época, muy bien narrado.
Saludos.
PATRICIA F.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Patricia.
Gracias por tu comentario. Sí, era una mujer adelantada en el tiempo, en su modo de ver el mundo, como bien dices: una mujer diferente.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Gracias, Trujamán, por participar con este relato en el homenaje a John Kennedy Toole y La conjura de los necios. Un abrazo y suerte!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola David. Gracias a ti, por proponernos este reto.
Un abrazo a ti también.
Me gustaMe gusta
Pues siempre es un placer descubrir a mujeres que se plantaron ante el mundo e hicieron de su capa un sayo. Yo tampoco la conocía y es que el mundo anglosajón nos mete a sus personalidades por todos los sentidos que muchas veces no conocemos a los de nuestra propia lengua. Eso me recuerda que he de leer a más autores hispanoamericanos.
Gracias por esta magnífica presentación y suerte en el reto!
Me gustaLe gusta a 1 persona
A mí me pasa exactamente lo mismo. Me gusta conocer personajes así, que en su tiempo fueron los excéntricos de su época, porque no entraban en los moldes establecidos. Y me molesta que casi todo lo que podemos leer es sobre la cultura anglosajona. ¿Y qué pasa con Iberoamérica? ¿No existían o no se los promociona?
Hace tiempo que descubrí alguna obra de Eduarda Mansilla y me gustó su forma de escribir y sus reflexiones, así que cuando leí el reto de este mes, me acordé de ella.
Me alegro que te haya gustado. Gracias a ti, por tu comentario. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es casi un ensayo sobre las mujeres de nuestra patria, y su influencia cultural escamoteada durante muchos años. Me encntó. Como argentina lo agradezco. Un gran abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Juana. Gracias por tu comentario.
Sí, durante mucho tiempo Eduarda y su obra se perdieron en la noche del olvido. En parte por ser mujer, en parte por su decisión de que no se volvieran a editar sus libros después de su muerte. Por suerte, desde hace unos años fue redescubierta.
Si vives en Argentina, tienes la posibilidad de acceder a la «Colección Los raros» de la «Biblioteca Nacional». En ella, el número 13 es «Pablo o la vida en las Pampas» de Eduarda Mansilla de García, nuestra amiga.
Como argentina, me siento feliz de haberla traído al blog y al Tintero de Oro. Y que personas como tú la conozcan a través de este medio. Un gran abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Una mujer adelantada a su tiempo injustamente olvidada. Precioso homenaje, Trujamán. Me ha encantado leerte y conocer un poquito la vida de esta escritora.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Marta. Sí, tienes razón, Eduarda fue una mujer adelantada a su época y, por sus reflexiones, una mujer inteligente que analizaba las cosas y tenía su propio punto de vista. Injustamente olvidada porque vivió en un tiempo en el que las señoras no actuaban de esa manera. ¿Escribir un libro? Fíjate que sus dos primeras novelas tuvo que escribirlas bajo el seudónimo de “Daniel”, por imposición de la editorial. Por otro lado, vaya uno a saber por qué, en sus últimas voluntades estuvo el pedido de no reeditar sus obras. Así que se perdió su rastro hasta hace pocos años.
Me alegro que te haya gustado el relato y que hayas descubierto a Eduarda Mansilla.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
¡Hola! No conocía a esta mujer de las letras y ha sido un buen descubrimiento. Gracias por mostrarlo. Un abrazo. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Merche. Me alegro que hayas descubierto a Eduarda Mansilla a través del blog. Siempre es bueno desempolvar un poco la historia.
Gracias a ti, por tu comentario. Un abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola Trujamán. Desconocía la vida y obra de esta escritora, como tantas y tantos que han caído en el anonimato y se rescatan años después de su muerte. Una vida rica e interesante que sin duda la llenó de experiencias para sus escritos. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Jorge. Eduarda Mansilla es una gran desconocida para mucha gente, aún en Argentina. Como bien dices, como tantas y tantos que nos perdimos de conocer y que reaparecen al cabo de los años.
Un abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola, Marlen.
Siempre descubriendo grandísimos personajes gracias a tu pluma.
Como tantas excelentes mujeres, desconocida y olvidada en el tiempo, supo hacerse un hueco con tesón, trabajo y talento. Menos mal que poco a poco van saliendo a la luz.
Entradas como esta son más que necesarias para darles el lugar que se merecen.
Gracias, como siempre, por tu ilustración.
Un Abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Jose.
Eduarda Mansilla fue conocida en su época, y dio pié a alabanzas y críticas por igual. La primera novelista argentina que se atrevió a publicar (las dos primeras novelas tuvo que escribirlas bajo el seudónimo de “Daniel”, por imposición de la editorial, ¡los escritores pertenecían al sexo masculino!). Hablaba de tú a tú con los representantes del poder (incluidos presidentes). En sus libros, no se callaba nada de lo que pensaba. Y, a los 45 años, a pesar de los prejuicios de la sociedad, tomó la decisión de separarse de su marido. Para una mujer de su época y de su estrato social, el hecho fue calamitoso y en aquel contexto puritano y patriarcal, aquella separación no hizo más que cerrarle puertas.
Por otro lado, vaya uno a saber por qué, en sus últimas voluntades dejó establecido que no se reeditaran sus obras. Así que se perdió su rastro hasta hace pocos años.
Me encanta conocer personajes así, los excéntricos de su época, porque no se ajustaban a los moldes establecidos. Y me gusta mucho haberle dado un lugar en el Trujamán.
Gracias a ti, por tus palabras. Un abrazo fuerte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Marlen: Me ha encantado leer la historia de Eduarda me recuerda a las de muchas mujeres en aquel sigo XIX que destacaron por si mismas. Suerte y un abrazo enorme.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Ainhoa.
Me alegro mucho que te haya gustado el relato. ¡Una más de las mujeres fuertes, decididas, con ideas propias, que destacaron por sí mismas, luchando a brazo partido contra los prejuicios de la sociedad!
Me parece importante recuperar sus vidas y que sirvan, en una época en que los modelos van resquebrajándose, como modelo de vida, sobre todo para las nuevas generaciones.
Gracias por tu comentario. Un abrazo enorme para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola, Trujamán. Muy interesante tu propuesta, presentándonos la biografía y pensamiento de esa gran escritora e intelectual argentina. Suerte y un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, Trujamán. Muy interesante tu propuesta, presentándonos la biografía y el pensamiento de esa gran escritora e intelectual argentina. Suerte y un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Beri.
¡Qué bien que te haya resultado interesante la vida y obra de «La Fantástica»!
Nunca es tarde para descubrir personas así.
Un abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Una mujer con ideas propias y además escribía ¡Qué desacato a los principios establecidos!
Me parecen muy valientes este tipo de féminas que se imponían con sus principios y se hacían valer; pues muchas de ellas eran y son más válidas que cualquier varón.
También es verdad que les cuesta menos a todas aquellas que tienen respaldo económico o cierto lustre social.
Gracias por este retazo de historia biográfica.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Qué desfachatez! ¡Qué impropio de una mujer! Es que, encima de escribir y publicar sus libros, tuvo el descaro de separarse de su marido y volverse a Buenos Aires, dejándolo con sus hijos. Sí, muy valientes tenían que ser para hacerse valer.
Si bien es cierto que, teniendo una posición social privilegiada, era más fácil enfrentarse a los prejuicios de la sociedad, «hacer cosas de hombres» estaba muy mal visto. Y no miremos tan lejos el pasado.
Gracias a ti Fran, por tu comentario.
Un abrazo a ti también.
Me gustaMe gusta
Muy bien por recordar a esta interesante mujer, que está siendo redescubierta.
Toda una pionera, a contramano de su época
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por tus palabras. Sí, creo que es importante rescatar figuras como la de Eduarda Mansilla, una adelantada a su tiempo, que se atrevió a publicar sus libros, aún teniendo que hacerlo (en sus dos primeras novelas) con el seudónimo de Daniel, por imposición editorial.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Hola, Trujamán. Hay las mujeres y la literatura. No es un secreto que esta no las ha tratado muy bien. De hecho, aún hay autoras que su nombre aparece con solo la inicial, por eso de que no sea tan claro lo de ser mujer. Yo creo que eso está cambiando, aunque no sé si de manera lenta o dentro del devenir normal de las cosas. Aun así, te agradezco, y me gusta mucho, el homenaje que hay en tu relato.
Mucha suerte y un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Pepe.
Tienes razón, la literatura, como la sociedad en general, ha subestimado mucho a las mujeres. No fue para evitar los prejuicios sobre las mujeres, sino una cláusula editorial la que obligó a Eduarda a publicar sus dos primeras obras bajo el seudónimo de “Daniel”. Y, más tarde, cuando incursionó en el periodismo a través de crónicas, solía firmar sus artículos con el sobrenombre de «Alvar». ¡Es que escribir era cosa de hombres!
Eso está cambiando y el cambio se debe a muchas mujeres que impusieron sus puntos de vista a los prejuicios de la sociedad. Así que vaya mi pequeño homenaje, aunque más no sea recordando a una de ellas: Eduarda Mansilla.
Me alegro mucho que te haya gustado. Gracias por tus palabras.
Un abrazo y suerte a ti también.
Me gustaMe gusta
Hola, Marlene!! Qué personaje más interesante nos desvelas, dan ganas de leer sus publicaciones, aunque por su voluntad ya no estén disponibles. Estupenda manera de poner el valor a escritoras que no están en el lugar que les corresponde. Un abrazo muyy fuerte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Lola. Me alegra que te haya resultado interesante Eduarda Mansilla.
Te diré que, a pesar de su pedido de no volver a publicar sus obras, ¡vaya uno a saber por qué!, hace pocos años los herederos dieron su aprobación para hacerlo. Y así tenemos algunas en diferentes ediciones y podemos redescubrirla. Especialmente es de destacar que en Argentina, tienes la posibilidad de comprar los volúmenes de la «Colección Los raros» de la «Biblioteca Nacional». En ella, el número 13 es «Pablo o la vida en las Pampas» de Eduarda Mansilla de García, nuestra amiga. Una colección estupenda de divulgación del material de la Biblioteca y de la literatura argentina en general.
https://www.colihue.com.ar/fichaLibro?bookId=23767
Un abrazo muy fuerte para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola, Marlen. Me ha sorprendido la biografía de esta mujer tan desconocida y tan interesante. Mujeres que se invisibilizan a pesar de su valía porque el machismo no lo puede consentir. Además de esta historia tan fascinante me ha encantado el estilo y la elegancia con que lo has escrito. Te felicito. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, Marlen. Me ha parecido una excelente biografía de una mujer ilustre tristemente desconocida por el machismo imperante. Nos has dalo la ocasión de conocerla y, de paso, disfrutar con un relato elegante con ese estilo que te caracteriza. Me ha gustado un montón. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Isan. Sí, hicieran lo que hicieran, siempre estaban a la sombra de… Las dos primeras novelas de Eduarda, por ejemplo, las tuvo que firmar como «Daniel». Y sus artículos periodísticos con el seudónimo «Alvar». Menos mal que siempre ha habido y habrá personas, hombres y mujeres, que enfrentan a los prejuicios de la sociedad. Y en este caso, ella no se amilanó e hizo lo que quiso: escribir y dar su opinión. Hemos tenido que esperar mucho para conocerla, pero al final la hemos redescubierto.
Muchas gracias por tus palabras. Me alegro que te haya gustado mi forma de escribir.
Un abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola Trujaman. Un placer haber conocido la biografía que nos has presentado como una crónica de este escritora argentina que desconocía. Un pedazo de mujer haciendo bandera de su género, intelighencia y creatividad.
Gracias, compañero.
Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Isabel.
Me alegro mucho que te haya gustado el relato. ¡Una más de las mujeres fuertes, decididas, con ideas propias, que se destacaron luchando contra los prejuicios de la sociedad!
Me parece importante recuperar sus vidas y que sirvan como modelo de vida, sobre todo para las nuevas generaciones.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo de Marlen.
Me gustaMe gusta
Una mujer mas de nuestro tiempo que del que le tocó vivir, aunque su mismo caso demuestra que con dinero una puede perteneder al tiempo que quiera. Pionera de la autopublicacion de la que habalabamos hace un par de semanas en la entrada de Valentina. Desconcierta lo de que no queria que se publicara tras su muerte, pero sin duda ella tendria sus razones.
Una mujer admirable y decidida, de una determinacion inquestionable.
abrazo y suerte
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, tienes razón, si hubiera vivido en nuestra época, tal vez hubiera tenido un blog, para hablar y opinar de todo lo que le gustara y lo que no.
Llama la atención que no quisiera que se reeditaran sus textos, ni que se publicaran los inéditos. Pero ¡vete tú a saber!, había una separación por medio y quién sabe si, por otra parte, no quería castigar a la editorial que le obligó a firmar sus dos primeras novelas con el nombre de «Daniel». Eso no lo sabremos. Lo que sí podemos, hoy en día, es leer esos relatos ya que, pasado el tiempo, cuando se redescubrió su figura, sus descendientes aceptaron las nuevas publicaciones.
Gracias por tu comentario. Un abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola Marlen,
Una vida extraordinaria de una mujer que se adelantó a su tiempo. Gracias por dármela a conocer en un relato tan bien narrado.
Mucha suerte en el concurso.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias a ti por tu comentario. ¡Qué bien que estos aportes nos hagan descubrir personajes interesantes y desconocidos!
Un abrazo para ti también.
Me gustaMe gusta
Hola, Trujamán. No conocía la historia de esta escritora, pero me ha resultado apasionante. Sin duda , una adelantada a su tiempo y valiente por hacer lo que le daba la gana.
Mucha suerte en el concurso.
Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegro que hayas conocido a Eduarda a través de esta entrada. Y que te haya gustado su vida y su obra.
Gracias por tu comentario. Un saludo y suerte a ti también.
Me gustaMe gusta
Hola, Trujamán. Interesante la biografía de esta mujer tan alejada del mundo que le tocó vivir. Extraordinaria en muchos sentidos. Es muy necesario sacar a la luz la vida de esta admirable mujer.
Felicidades y gracias.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Bruno.
Me alegra que te haya resultado interesante la vida de esta escritora, prácticamente desaparecida en nuestro tiempo. Sí, creo que es importante rescatar esta gente que desapareció en el olvido.
Gracias a ti por tu comentario.
Un saludo.
Me gustaMe gusta
Hola, Marlen. Por muy tópico que suene esta mujer fue una adelantada a su época, aunque sin su ascendencia noble y economícente de las más solventes le habría costado algo más tener ese modo tan liberal de vida. Pero eso no quita que su ejemplo de emancipación fuera una semilla que con el paso del tiempo germinó. Y tan buen fruto ha dado que, hoy en día, sus audaces andanzas nos pueden parecer naderías.
Saludos y suerte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola JM. Por eso comentaba en el relato «Por su clase social, había tenido una vida con más libertades que el común de las mujeres…» Indudablemente, no cualquier mujer de esa época tenía esas prerrogativas. Pero la gran mayoría de las que las tenían, por miedo al juicio de la sociedad o por estar bien adoctrinadas, seguían manteniendo su vida de amas de casa exclusivamente dedicadas a su marido y sus hijos. Y con esto no estoy criticando a quienes aún hoy mantienen ese rol, si es lo que desean. Ella se convirtió, como tú bien dices en una «adelantada a su época».
Gracias a esas adelantadas y adelantados, vivimos como vivimos hoy nosotras. Y ya que estoy dando las gracias, gracias a ti por tu comentario.
Un abrazo y suerte a ti también en el reto.
Me gustaMe gusta
El hecho de que no quisiera que se publicaran sus textos inéditos ya habla de lo especial y valiosa que debió de ser esta mujer. Me gustaría especialmente, conocer sus textos de viajes, su mirada personal acerca de lo que experimentaba. Los autores del siglo XIX son muy interesantes cuando viajan y describen un mundo ahora casi desaparecido.
Muy buen homenaje!
Un abrazo
Maite
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Maite.
Me alegra que te haya gustado el relato sobre Eduarda Mansilla.
Te diré que, a pesar de su pedido de no volver a publicar sus obras, ¡vaya uno a saber por qué!, hace pocos años los herederos dieron su aprobación para hacerlo. Y así tenemos algunas en diferentes ediciones y podemos redescubrirla. Especialmente es de destacar que en Argentina, existe la posibilidad de comprar los volúmenes de la «Colección Los raros» de la «Biblioteca Nacional». En ella, el número 13 es «Pablo o la vida en las Pampas» de Eduarda Mansilla de García, nuestra amiga. Una colección estupenda de divulgación del material de la Biblioteca y de la literatura argentina en general.
https://www.colihue.com.ar/fichaLibro?bookId=23767
Un abrazo para ti también.
Marlen
Me gustaMe gusta