VadeReto (enero)

VadeReto, ¿Jugamos a Inventar Historias? En el blog “Acervo de letras” de Jose Ant. Sánchez, existe este juego que me encanta. Es una invitación a escribir, sólo un tema cada mes que puedes desarrollar como más te guste. Así que, aceptando el desafío de Jose, aquí os presento mi relato que este mes va de NIEBLA.

Niebla sobre el mar

El camino de la costa entre Getaria y Zarautz es un camino de cornisa, eso quiere decir que tiene muchísimas curvas. Y como vivimos en Getaria, pero vamos a la escuela en Zarautz, todos los días, temprano, el Aita nos lleva por ese camino.

Mi hermano y yo vamos bastante dormidos, porque, aunque ya hemos desayunado y hemos jugado con nuestra perra Bika, esas no son horas de ir a la escuela, sobre todo en invierno cuando llueve o está todavía oscuro.

Por suerte, el Aita nos pone siempre Radio Clásica, donde un señor que se llama Martín Llade pasa música que me gusta y me pone contenta.

La semana pasada el día estaba muy, pero que muy nublado, tanto que ni se veía la verja de salida de casa. Subimos al coche y empezamos a bajar del monte y a dar curvas y más curvas. Casi ni se veía el mar, que a mí me gusta tanto. Tampoco se veía el amanecer, que a veces el sol está más colorado que un tomate.

Pero la música si que sonaba, como siempre. Yo conocía la historia de Alí Babá y los 40 ladrones, pero no había escuchado esta música que cuenta la misma historia. Y, el otro día, en el Concierto de Viena que siempre pasan por la tele el primer día del año, la escuché por primera vez y hoy, ¡otra vez, qué casualidad! La verdad es que me gustó, es de Johann Strauss, pero el hijo, no el padre. Y se llama “Índigo y los 40 ladrones”.

En el concierto ponen música de este Strauss, tiene una genial que se llama “El murciélago”. No sé a quién se le puede ocurrir hacer una música para un murciélago, pero a él se ve que le gustaban todos los animales.

Yo ya le he dicho a mi Aita que, cuando vaya a Argentina, quiero ir con él y quiero que me lleve al Teatro Colón de Buenos Aires a escuchar música. La última vez que fuimos, lo vimos desde fuera, pero así no se escucha la música. Cuando vaya, me voy a comprar un vestido muy bonito con falda como los de bailar, para dar vueltas y vueltas.

Pero bueno, te sigo contando de ese viernes lo que me pasó. Mi hermano se había dormido y yo miraba por la ventanilla aunque no se veía más que gris y más gris, a veces un poquito de barandilla y luego… gris de nuevo. Hubo un momento muy cortito en el que vi, en serio que lo vi ¡¡¡un unicornio volando sobre el mar!!! Una curva y ¡se me perdió!

.- ¡Aita aita, un unicornio! empecé a gritar.

.- Sshh, no despiertes a tu hermano.

.- ¡Hay veces que los grandes no entienden nada!

.- ¡Cómo no iba a gritar, si había visto un unicornio pegaso, de esos que vuelan y que nadie me dice dónde viven, para ir a verlos!

Yo miraba y miraba, los ojos me empezaban a llorar de tanto mirar, pero ¡nada! No sé dónde se había metido y con esta niebla no se veía nada.

.- ¡Maldita niebla!

.- No digas eso, que es feo.

.- Más feo es que no me deje ver al unicornio, dije bajito para que mi Aita no me riñera de nuevo.

En la radio del coche, Índigo había entrado en la cueva y se había llevado parte del tesoro de los ladrones, pero como era muy pesado, le había pedido ayuda a un unicornio para trasladarlo a su casa. El unicornio le había ayudado y se habían hecho amigos, así que se había quedado a vivir con su familia. Volaba sobre la casa y llevaba a los hijos de Índigo a dar vueltas sobre el bosque, sin que los ladrones se dieran cuenta de lo que había pasado.

.- Katixa, vamos que ya tienes que entrar a clase.

.- Pero Aita, ¡el unicornio!

.- De acuerdo, lleva tu unicornio a la clase, pero no lo pierdas, que luego tendremos llorera. ¡Vamos, vamos, no lleguéis tarde!

¿Y a que no sabéis lo que tenía en la mano? ¡¡Mi unicornio pegaso que me ayuda a dormir y a tener sueños bonitos!! Lo que todavía no entiendo es cómo estaba en mi mano y entre la niebla sobre el mar. ¡¡Es que los unicornios tienen tanta magia!!

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

20 comentarios sobre “VadeReto (enero)

  1. Precioso, Marlen.
    La inocencia de un niño, su imaginación, la fantasía y la música (que he estado escuchando al mismo tiempo: https://youtu.be/WXAIl1y00Pg)
    Yo también he ido en ese coche y lo he visto, ¡¡¡Lo he visto!!! 😜
    Enhorabuena y gracias por este ratito de fantasía.
    🤗👍🏻😘
    P.D. Sugerencia: Puedes poner un enlace a la música, dentro del texto, para que todos disfruten como yo. 😉

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    1. Gracias por tu comentario, Jose. Tienes razón en tu sugerencia de poner la música para disfrutarla mientras se lee. Como yo la estaba escuchando, era como si todos la oyeran ¡¡Ja Ja!! Ya está arreglado. Y que conste que yo aún no lo he visto, aunque me esfuerzo en mirar y mirar. Creo que tengo que ponerme los ojos de niña para intentarlo. Un abrazo.

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        1. ¡¡Ah, eras tú el niño que estaba subido a aquel árbol, siempre hablando con las hadas!! Los elfos con los que yo hablaba en el bosque, montada a caballito en mi árbol, me decían que eras muy simpático y que te reías mucho con ellas. Yo les contaba cuentos divertidos para que sus sueños fueran de todos los colores del arco-iris y siempre les llevaba un trocito de queso, porque a los elfos, como a mí, les encanta. Un abrazo, compañero de aventuras.

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  2. Hermoso relato donde una vez más constatamos la belleza de la fantasía infantil. De esas mentes fértiles capaces de ver unicornios en la niebla. Todos debemos recuperar un poquito a nuestro niño interior e imaginar cosas fabulosas. Un abrazo.

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  3. Hola, Marlen. Lo de soñar con algo que tienes en la mano o simplemente pensar que lo tienes me trae algún lejano recuerdo, eso sí bastante difuso en la niebla del olvido. Ya ves como con tu historia infantil consigues que se evoquen momentos lejanos y casi olvidados. Saludos.

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