VadeReto (enero)

VadeReto, ¿Jugamos a Inventar Historias? En el blog “Acervo de letras” de Jose Ant. Sánchez, existe este juego que me encanta. Es una invitación a escribir, sólo un tema cada mes que puedes desarrollar como más te guste. Así que, aceptando el desafío de Jose, aquí os presento mi relato que este mes va de ¡La caja!

La herencia

La empresa “Dos Santos e Hijos” era una pequeña empresa familiar que fue creciendo en el ramo de la instalación y reparación de conductos en barcos de gran calado. No era un trabajo en el que existiera mucha competencia y Alfonso, su dueño, era un experto en el tema. Había estudiado ingeniería y se había formado primero en Rusia, luego en Grecia y Japón, donde había intervenido en la construcción del Knock Nevis, el petrolero más grande del mundo, el mayor navío jamás construido que, por su tamaño, no podía atravesar el Canal de la Mancha.

Cuando volvió a España, uno de los países productores de más buques en Europa, se instaló en Sestao (Bizkaia), y luego en Puerto Real (Cádiz), en IZAR Construcciones Navales hasta que, a fines del 2004, con la conversión de Izar en Navantia, resolvió iniciar su propio emprendimiento.

Decidió que su empresa se instalara en Pasai Donibane (Pasajes de San Juan) en Gipuzkoa, porque aunque su trabajo se desarrollara en toda España, por un lado quería estar cerca de la familia y por otro, era como un homenaje a la historia de los astilleros en Euskal Herria y, en general, en todo el Cantábrico, cuna de sus ancestros.

También decidió que en el nombre estuvieran incluidos sus dos hijos, para incentivarlos a trabajar en la empresa. Elena, la mayor, el ojito derecho de su padre, era sumamente inteligente e intuitiva y estudiaba ingeniería. Manuel, no es que fuera menos inteligente, sino que su carácter inquieto y su locura por las faldas, lo llevaban a no conseguir tantos logros. Empezó ingeniería como su hermana, pero pronto se cansó, luego interpretación, para horror de su padre y alegría de su madre que siempre lo apañaba y ya lo veía como un gran actor internacional. No le digas tanto que es guapo, que al final, se lo va a creer. Y se lo creyó. Finalmente, un curso de dirección de empresas reconcilió a padre e hijo y le permitió ocupar su despacho propio.

Y aquí estaban ahora, reunidos todos en la Sala de Reuniones. Bueno, todos no. Porque Alfonso, el aún joven y robusto padre de familia y empresario ejemplar, había muerto en la carretera, cuando iba en coche a solucionar un problema en un buque de Navantia. Carretera mojada, un despiste, un mal giro y su vida quedó truncada.

Rostros apesadumbrados, pésames a Cristina Couso, la viuda y a sus hijos, tristeza y preocupación. Tristeza, porque todos lo querían y admiraban su capacidad de trabajo y decisión. Preocupación porque el futuro de la empresa reposaba en los hombros de Alfonso, o Don Alfonso, como lo llamaban los empleados más antiguos.

Elena y Manuel eran aún demasiado jóvenes. Cristina era una mujer que había nacido para ser florero, toda su preocupación era ella misma y su vestuario.

Un dúo de Salvador Cruz y Juan Higa, los otros dos socios, amigos íntimos de Alfonso, hubiera sido lo mejor, pero ¿el resto de los socios aceptarían el trato? ¿Y los hijos, estarían de acuerdo?

Mediador.- En el día de hoy, 22 de febrero de 2022, se inicia la Asamblea Extraordinaria de la empresa “Dos Santos e Hijos”, con la concurrencia de los socios Salvador Cruz, Juan Higa, Kattalin Irastorza, Rogelio Duarte, Elena Dos Santos, Manuel Dos Santos, Mario Fariña y Esther Cruz. Y con la asistencia de las señoras Cristina Couso y Antonia Dos Santos, viuda y hermana respectivamente de nuestro querido socio fundador Alfonso Dos Santos, recientemente fallecido. En primer lugar, 

Timbre.- ¡¡Riingg!!

Mediador.- ¿Qué es eso? Si no hay nadie en la empresa.

Kattalin Irastorza.- Será un transportista. Voy a abrir.

………

Kattalin Irastorza.- No había nadie. Pero estaba esta caja en el piso con un sobre.

Mediador.- Continuemos con la reunión.

Kattalin Irastorza.- Pero debemos abrir el sobre. Puede ser importante para la asamblea.

Mediador.- De acuerdo, abra el sobre y acabemos de una vez.

Kattalin Irastorza.- Dice que dejemos la caja en el centro de la mesa, sin abrir. Que es muy importante.

Varios.- ¿Pero quién la firma? ¿Por qué no la abrimos? ¡Qué estupidez!…

Mediador.- Dejemos la caja en el centro y continuemos con lo nuestro. Ya habrá tiempo luego para esto. Decíamos que, en primer lugar, queremos dar a conocer el sentimiento de tristeza que nos acompaña a todos los presentes y a todos los integrantes de la empresa. Dar además el pésame a Doña Cristina, Doña Antonia y a sus hijos Elena y Manuel. Don Alfonso fue, y siempre será el corazón de “Dos Santos e Hijos”. Intentaremos continuar con su legado con la dignidad que él siempre nos transmitió.

Y ahora comenzamos el turno para formular preguntas e ideas que nos ayuden a tomar una decisión en la mejor consecución del futuro funcionamiento de la empresa. Tienen ustedes la palabra. Por favor, el que desee hablar, que levante la mano.

Elena Dos Santos.- Quiero ser la primera en hablar para agradecer, en nombre de la familia, las atenciones que estáis teniendo con nosotros, en la seguridad de que lo que hoy decidamos será lo que nuestro padre hubiera querido. Muchas gracias.

Varios.- A ti, gracias a ti. Gracias Elena. Lo sentimos todos mucho…

Mediador.- Por favor, sigamos con la Asamblea. Luego tendremos un tiempo para conversar.

Kattalin Irastorza.- Sabéis que este es también un momento difícil para mí. Desde que perdí a mi padre, Alfonso se convirtió en mi mentor y mi segundo padre. Por eso quiero proponer una fórmula para que la empresa siga adelante, sin demasiados contratiempos. La idea es que los señores Salvador Cruz y Juan Higa, amigos íntimos de Alfonso y conocedores de sus pensamientos y proyectos de futuro, se hagan cargo de la dirección de la empresa. Y sean ellos quienes tomen las decisiones y planteen a la Junta, como lo hacía Adolfo, sus direc

Manuel Dos Santos.- ¿Y tú, por qué no le dices Don Alfonso, como todo el mundo?

Rogelio Duarte.- Oye, bonita, que yo también soy socio, ¡no te jode!

Mario Fariña.- ¡Y yo! ¡Y todos los que estamos aquí, pero la idea no es mala!

Esther Cruz.- Claro, como a ti te interesa que otros hagan el trabajo más duro. Además, Juan Higa sería amigo íntimo, pero ¡¡también le regalaba una cornamenta!!

Varios.- ¿Pero qué dices? ¡Como si no lo supieras! ¡A mí que no me infamen! ¡Oye, oye, cuidado con lo que dices!

Cristina Couso.- ¡Mala pécora! ¡Quién te manda meterte en asuntos que no son tuyos!

Esther Cruz.- Pues antes, nadie. Pero ahora afecta a toda la empresa.

Varios.- ¡Pero mamá! ¿Así que estos dos? ¡Pareces tonta, niña! ¡Que se retracte inmediatamente! ¡Silencio, por favor, silencio! ¡Mi honor, está en juego mi honor! ¡Pues nunca lo hubiera pensado! ¡Descarada! ¡Usted cállese, señora! ¡Menuda sinvergüenza, con el mejor amigo!

Mediador.- ¡QUE SE CALLEN TODOS! O DOY POR TERMINADA LA ASAMBLEA Y DECIDO POR MI CUENTA!

Cristina Couso.- ¡Pero no va usted a permitir que

Mediador.- Usted también se calla, señora. Ya lo siento, pero lo que no puedo permitir es este caos. Las cuentas pendientes, después de la Asamblea. Hay dos personas que aún no han hablado y quiero escuchar, en primer lugar y por haber sido nombrado en la propuesta, a usted, Sr. Salvador Cruz.

Salvador Cruz.- Me apena y me avergüenza que en este, que debía ser un homenaje a mi amigo, se saquen trapos sucios que debieran lavarse en la trastienda. Sé que lo más importante en este momento, para la continuidad de “Dos Santos e Hijos”, es el nombramiento de alguien que tenga la claridad de conceptos y las manos limpias para mantener la empresa y el bienestar de todos, obreros y empleados, que conforman esta gran familia. Acataré, por supuesto, lo que en esta Asamblea acordemos, pero creo que la mejor forma es la que hasta ahora utilizamos: un Director General que tome las riendas y rinda cuentas de sus actos a la Junta, que para eso está. No estoy diciendo que esa persona deba ser yo o cualquiera en particular. Estimo que eso podemos decidirlo en votación de los socios, como siempre se ha hecho.

Mediador.- Doy la palabra a la Sra Antonia Dos Santos.

Antonia Dos Santos.- Si me permiten, lo que acabo de oir es lo único lógico que he escuchado desde que he llegado. No soy socia, por lo que no puedo elegir. Pero si lo fuera, pediría el voto para Salvador Cruz como Director General. Por otra parte, le pediría encarecidamente que fuera usted personalmente un mentor para mis sobrinos a quienes les podría inculcar la honorabilidad y el recuerdo de su padre, mi hermano, lejos de malas influencias.

Cristina Couso.- ¡Harpía! ¡Me querías robar a mi marido! ¡Y también a mis hijos! Pero ahora soy la heredera y puedo hacer lo que quiera, puedo vender la empresa a quien quiera y dejaros sin nada.

Elena Dos Santos.- ¡Mamá, por favor, no digas eso! Es la empresa de papá y él quería que siguiéramos con su legado. ¡No puedes venderla!

Manuel Dos Santos.- Mamá puede hacer lo que quiera. ¿No te das cuenta que nosotros todavía no podemos decidir? Además, a mí también me apetece vender y quedarnos con el dinero. ¡Ya van a ver todos estos, cuando se queden en la calle!

Elena Dos Santos.- ¡Por Dios, Manuel! ¡Mamá! ¡Tía, no lo permitas!

Juan Higa.- ¡Muy bien, Cristina! Tú puedes hacer lo que te dé la gana. Y la oferta es muy interesante.

Kattalin Irastorza.- ¡Los muy hijos de puta! ¡Si ya tienen una oferta!

Rogelio Duarte.- ¡Pues estamos fritos!

Salvador Cruz.- ¡Tranquilos, eso lo veremos con los abogados! Por el momento no podemos hacer nada, mañana iremos a la notaría para averiguar bien todo. Pero lucharemos para mantener nuestra empresa, ¡sí, nuestra, como cooperativa o como sea! No dejaremos que se venda.

Esther Cruz.- ¡Ya dije yo que estos dos!

Mediador.- Pues si no hay más preguntas ni propuestas, doy por terminada la Asamblea.

Kattalin Irastorza.- ¡Eh, la caja! ¿Qué hacemos con la caja?

Varios.- ¡A la basura! ¿Para qué queremos una caja? ¡Pues la abrimos! ¡Si, a ver qué hay! ¿Qué es, qué es?

Esther Cruz.- ¿Para qué sirve este chisme?

Kattalin Irastorza.- Este papel dice que vayamos todos al despacho 46.

Varios.- ¿Para qué ¡Pues yo voy! ¡Y yo, ahora quiero saber! ¡Vamos todos!

………

Dentro de la oficina 46, en silla de ruedas, con un brazo y una pierna en cabestrillo y con signos evidentes de golpes, están Alfonso Dos Santos, el Mediador y otra persona a quien no conocen.

Alfonso Dos Santos.- Buenas tardes a todos. Ante todo, quiero pedir perdón a todos y especialmente a mi familia, por este susto y por no haberos avisado que estaba vivo, lastimado, pero vivo. Podéis acercaros, no soy un fantasma. Sí Elena, estoy vivo, ven, dame un beso. ¡Cuidado, que me duele todo el cuerpo! Cuando en el hospital me di cuenta de lo que había pasado, se me ocurrió este plan para saber cómo reaccionaría cada uno de vosotros ante mi muerte. Sé que es un poco macabro, pero de esta forma, con el intercomunicador que estaba en la caja, el chisme ese que decía Esther, acabo de enterarme de cosas que, de otra forma, hubiera sido imposible y que han quedado convenientemente grabadas por mi abogado, para ser usadas como mejor convenga.

Cristina Couso.- ¡Pero Alfonso! ¡Cómo has podido engañarnos!

Alfonso Dos Santos.- ¿Y tú me lo preguntas?

Manuel Dos Santos.- ¡Pero papá!

Alfonso Dos Santos.- ¡Ya hablaremos tú y yo! Ahora, sentaros afuera un rato, que quiero hablar con cada uno de vosotros. Tú primero, Antonia. Ven hermana, no llores.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

21 comentarios sobre “VadeReto (enero)

  1. Buenos días, Marlen.
    Todavía ando encajando detalles en mi coco. 😜 ¡Menuda historia has creado!
    Al principio me asusté, ¿Herencia? Pensaba que ibas a coincidir con una de las posibles idea para mi relato, pero no, ibas por otros derroteros. Tampoco lo tengo todavía muy claro.
    Inicias el relato con un simbólico abrazo entre Bizkaia y Cádiz y sus astilleros. Mi padre le dedicó, prácticamente, toda su vida a este trabajo, aunque como soldador. Llevaba una cooperativa de la que fue siempre elegido presidente, gran dedicación y sacrificio. Me afloraron muchos recuerdos.
    Una trama magníficamente gestionada para mostrarnos la gran valía de uno de estos «héroes» que pasó de currante a empresario. Que mantuvieron familia, amigos y trabajadores con su ilusión, tenacidad y trabajo, y que al fallecer dejan una piara de pirañas dispuestas a devorarse entre ellos.
    Aquí la caja es una sutilmente añagaza para dejar que cada uno se desenmascare ante la herencia. ¡Si muchos pudieran hacerlo!
    Por la forma en que lo has narrado, me lo he imaginado como una genial obra de teatro. ¿Influenciado por tus «últimas revelaciones»? Tal vez. 😉
    Enhorabuena. Me encantó.
    Un Abrazo, laguna umorista artista istorioak kontatzen ditu

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    1. Buenos días, Jose.
      Sí, esa era exactamente mi idea. Por un lado, el abrazo entre el Cantábrico (englobando Bizkaia, Gipuzkoa y Galicia) con Cádiz, en un mundo poco conocido y muy maltratado como es la industria naviera, los astilleros, las pequeñas empresas que trabajan para ellos, los que reparan…
      Y por otro, el laburante que se decide a soñar con su pequeño emprendimiento, que va creciendo a fuerza de trabajo honrado y de cuidar a su gente como a su propia familia. Y que, a la hora de tener que dejarlo en otras manos, se vuelve un nido de víboras donde surgen todos los conflictos, tapados antes por la simple presencia de esa persona, y todos los egoísmos. El gran temor de los pequeños empresarios: ¿cómo dejar todo bien atado? ¿cómo decidirte a quitarte el antifaz y ver la realidad sin las gafas del amor?
      ¿Una obra de teatro? No lo había pensado. Pero podría ser. Aunque no me gustaría representar el papel de Cristina Couso. 😂🤣😂
      Me alegro que te haya gustado. Este mes los aportes que he empezado a leer están poniendo el listón muy alto. ¡Qué bien!
      Un abrazo, amigo.

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    1. ¡Uff, maremía! El lunes me pongo a ello, ahora mis neuronas están también de finde. 😝
      Solo dejo caer que Antonio y Salva se lleva «muy» bien. 😜
      Y al que van a tener que salvar es a Alfonso de un segundo «accidente». 😱🧐
      Continuará… O no. 🤗😊

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      1. Buen domingo, Jose.
        Antonia y Salvador se llevan muy bien (sin comillas) porque son los más coherentes y rectos de la partida de egoístas que se ha juntado. Elena también se salva. ¿Hay algo más entre ellos? No me atrevería a… descartarlo ni asegurarlo. ¡Se arman cada alianzas en las oficinas! (Y no me refiero a alianzas sólo políticas y de conveniencia).
        ¿Alfonso nuevamente «accidentado»? Nooooo, por favor. Aunque su esposa ya ha quedado «al descubierto»… Y ni hablar de Juan Higa, el «buen amigo». Además, las cuñadas no se soportan… ¡¡Dios mío!! ¡¡Un culebrón venezolano!!
        Bueno, ¡basta de comillas y puntos suspensivos! Esto ya es un desmadre. Hay que volver al trabajo. ¡Cada cual a sus tareas, por favor!

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  2. Hola, Trujamán.
    Genial historia que te has sacado de la manga, un juego inmenso y llevado como si fuera una obra de teatro. Eso me parece un acierto, al haber tantos personajes con tanto diálogo hace que todo esté más claro, que en definitiva esa es la intención; que conozcamos a los personajes, sus intenciones y que ese final queda aún más retorcido en nuestra mente.
    Felicidades, porque el relato engancha y te deja con un regusto fantástico.
    Un abrazo!

    Le gusta a 2 personas

  3. Hola Pepe.
    Gracias por tus palabras. Me alegro que te parezca un acierto la forma de presentar el relato, porque con tanto personaje y tanto texto, tenía miedo que no se entendiera quién era quién y quién decía qué. Contrariamente a lo que suelo hacer, lo retoqué bastante para lograrlo.
    Me alegro también que te haya gustado. A mí me encantó el tuyo. Ya te lo comenté en tu blog. ¡Un placer leerte!
    Un abrazo también para ti.

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  4. Hola Marlen, muy buen aporte, también me parece muy original. Un muy buen recurso del hombre, fingir su muerte para ver la reacción de sus herederos y así darse cuenta de muchas cosas. Esperemos que la empresa continúe por el buen camino. Muy bien trazados los personajes y buenos diálogos. Enhorabuena…

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    1. Hola Ana. ¡Buen domingo!
      Me alegro que te haya gustado. ¡Menudo follón el que se armó en la Asamblea! Sí, tienes razón, Alfonso creo que fue inteligente al aprovechar el accidente para enterarse con qué bueyes ara. Lo que no estoy muy segura es si le ha salido bien. En principio, sí. Pero, tal vez se enteró de más de lo que quería saber. Ese asuntito entre su mujer y su amigo Juan Higa, no sé si fue corroboración o nuevo descubrimiento. ¿Y la actitud de su hijo? A veces, uno tira del hilo con ciertas intenciones, y acaba con un ovillo peor del que tenía al comienzo. Esperemos, como tú bien dices, que la empresa continúe por el buen camino
      Gracias por tu comentario. Me alegro que te gustara.
      Un abrazo.

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  5. Qué ingenioso el caballero (o mejor dicho la inventora de la historia). No hay nada mejor que ese espionaje para saber la verdad sobre los más cercanos. La sorpresa acecha cuando no estamos…
    Otra buena historia para este reto, toda una obra de teatro con embrollo y resolución final.
    Un abrazo 🙂

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  6. Buenos días Maite.
    En realidad, la ocasión se le presentó y la aprovecho. Yo creo que Alfonso Dos Santos debía de tener sus inquietudes y dudas sobre algunas personas que le rodeaban y, cuando tuvo oportunidad de aprovechar su accidente y sacar algo positivo, lo hizo.
    Preparó muy bien todo y lo que resultó de la farsa es un panorama que, tal vez, le haga cambiar algunas cosas en la empresa… y en su vida personal.
    Me alegro que te haya gustado. Gracias por pasarte y comentar.
    Un abrazo para ti también.

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  7. Me encanto el relato, que tiene dos partes claras, primero la presentacion del mundo en donde viven los personajes, y despues el dialogo entre todos ellos a manera de obra de teatro. Si es fascinante, yo de todos modos no me gusta lo que hizo Alfonso…. pero bueno se supo algunas verdades incomodas….

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  8. Hola Jose, buenas noches.
    Me alegra que te haya gustado. Yo creo que Alfonso no preparó premeditadamente todo. Creo que tuvo el accidente y se le ocurrió aprovechar la oportunidad para conocer ciertas actitudes que, supongo, ya se las temía. O tal vez es que me gusta el personaje de Alfonso y no quiero verlo como manipulador. Enfín, ya sabes que es el lector el que completa el relato, así que bienvenidas todas las opciones.
    Un abrazo y gracias por tu comentario.

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