Entre bombas y maldiciones

En los oscuros callejones de Londres, donde la niebla se mezclaba con el humo de la guerra, el Dr. Jonathan Huntington, un cirujano de renombre de apellido inglés con un toque de aristocracia decadente, se encontraba inmerso en un enigmático conflicto. Los bombardeos cubrían de escombros y tinieblas la ciudad, pero para Huntington, la verdadera oscuridad residía en una maldición que acechaba su conciencia.

Todo comenzó en una tarde lluviosa cuando una gitana, con el corazón lleno de dolor y los ojos empapados en lágrimas, irrumpió en el hospital donde Huntington ejercía. La mujer, madre desgarrada por el dolor, acusó al médico de haber arrebatado la vida de su único hijo en la mesa de operaciones. La gitana, con ojos enrojecidos y voz temblorosa, pronunció una maldición que resonaría en el alma del doctor: «Vivirás tu vida mitad hombre y mitad sombra, como el hijo que me arrebataste».

Desde aquel momento, la vida del Dr. Huntington cambió. Durante el día, su existencia transcurría entre las salas de operaciones iluminadas y los pasillos del hospital, donde la guerra dejaba cicatrices tanto en los cuerpos como en las almas. Su forma física parecía normal, pero una sombra seguía cada uno de sus movimientos, recordándole la maldición que lo perseguía. Los pacientes, al presentir la negrura, sentían un escalofrío inexplicable, y algunos incluso rechazaban su ayuda, como si intuyeran la presencia de algo ominoso.

Las noches eran el escenario de la verdadera tragedia. Cuando la oscuridad envolvía la ciudad, una parte de Huntington se convertía en una sombra tangible. Atravesaba las calles londinenses, una figura etérea que sólo algunos podían percibir. El médico se encontraba atrapado en un espectro de su propio ser, donde la luz no conseguía disipar la lobreguez que se cernía sobre él. Pesadillas inquietantes y visiones fantasmales atormentaban sus noches, recordándole la tragedia que había desencadenado aquella maldita muerte.

Clubes nocturnos ahogados en humo de cigarros, agentes dobles, intrigas políticas, espionaje y traición, donde la lealtad era tan volátil como las luces de la ciudad durante los apagones, personajes excéntricos y sospechosos ocultando secretos que se entretejían en la trama de la guerra que asolaba Europa, mujeres trabajando en burdeles como una forma de sobrevivir o de sostener a sus familias.

Galería de personajes donde la línea entre el bien y el mal se desdibujaba en un Londres sumido en la contienda y la miseria, donde la supervivencia forjaba alianzas inusuales y las verdades se escondían detrás de las máscaras nocturnas.

La maldición también afectaba la práctica médica del Dr. Huntington. Aunque sus habilidades quirúrgicas seguían siendo excepcionales, la silueta que lo acompañaba desataba el miedo entre los pacientes.

Las leyendas urbanas surgieron, alimentando la paranoia y la superstición en un tiempo ya de por sí cargado de misterios y peligros.

Huntington, en su desesperación por encontrar una cura para la maldición, se sumergió en antiguos textos, buscando respuestas en los lugares más oscuros y remotos. Se enfrentó a criaturas místicas, intentó descifrar simbolismos que desentrañaran el origen de la maldición. Cada empeño por romper el hechizo se veía obstaculizado por fuerzas misteriosas, y la sombra continuaba siendo su constante recordatorio de la tragedia.

Con el correr de los días, se dio cuenta de que la maldición no sólo era un castigo por la pérdida de una vida, sino también una metáfora de la dualidad inherente a la condición humana. 

En su búsqueda de respuestas, se enfrentó a dilemas morales y retos que desafiaban su propia integridad. Con el reloj marcando el paso del tiempo y las sirenas aéreas anunciando peligros inminentes, el médico realizaba incisiones para llegar al corazón de la oscuridad. Allí descubrió la naturaleza ambigua de la realidad en tiempos de guerra.

“The Guardian”, en su constante búsqueda de la verdad, desveló el caso de “El médico mitad hombre, mitad sombra” y los sórdidos detalles que fueron surgiendo. Buscaba cuerpos para diseccionar y estudiar los órganos internos.

Scotland Yard estaba investigando casos de pacientes que, sin estar extremadamente graves, morían en operaciones de poca monta, secretos mal guardados del inframundo londinense, desapariciones de personas anónimas en los momentos de caos de los bombardeos…

La investigación continúa.


EL TINTERO DE ORO (FEBRERO 2024)

El Tintero de Oro nos propone el Concurso de relatos 40ª Ed.
El Vizconde Demediado de Italo Calvino
Una vez conocido un poco más sobre el escritor italiano Italo Calvino
y su obra, participamos con un relato de un máximo de 900 palabras.
La propuesta de esta edición es escribir un relato en el que el personaje protagonista queda dividido/a en dos mitades: la “buena” y la “mala”.
Esta división puede ser física (como en la novela) o psicológica.
Si queréis leer el resto de los escritos presentados:

https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2024/02/italo-calvino.html

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

38 comentarios sobre “Entre bombas y maldiciones

    1. Hola Marifelita.
      Sí, me fui por el lado negro de la historia. La cosa es que me da pena el doctor. La maldición le destrozó la vida…
      Cómo continuará, lo decidís vosotros, los lectores. A mí también me gustaría saberlo.
      Gracias por comentar. Un abrazo.

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  1. Hola de nuevo, Marlen. Comenta Juana Medina en el Tintero que le pareció extraordinario tu relato, pero que no está pudiendo comentar en los blogs de WordPress y que para ella es importante que sepamos que está leyendo todos los relatos aunque no pueda dejar su comentario en esta plataforma.
    Un abrazo.

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    1. Gracias M.A. por hacer de intermediaria. Y gracias Juana Medina por tu comentario. Lamento que tengamos estos problemas entre plataformas. Pero no conseguirán rendirnos. ¡¡Seguiremos nuestros retos y comunicaciones entre nosotros para darnos ánimo!! 🤣😂🤣
      Un abrazo grande.
      Marlen

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    1. Hola Josef.
      Desde luego, algo de aterrador debe de tener, con tantos asesinos en serie: entre la cocinera Margaret Davy, la niñera que mató de hambre o envenenó con láudano a 19 bebés a su cuidado, el envenenador de Lambeth, «el Asesino de los apagones», «el Estrangulador de Rillington Place», Levi Bellfield que violaba y asesinaba a mujeres jóvenes en paradas de autobús o el famoso «Jack el Destripador».
      En cuanto a que, a lo mejor, el doctor ya era así de malo antes de la gitana, yo creo que la niebla es mala consejera, trastorna las mentes.
      Un abrazo.
      Marlen

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  2. ¡Menuda historia, Marlen! Me ha gustado mucho la ambientación en ese Londres en guerra tan lleno de niebla y destrucción. También el tono clásico del relato y la metáfora que esconde esa dualidad tanto respecto a la naturaleza humana como a la guerra. Mantienes muy bien la tensión y la trama es muy sugerente, con ecos del doctor Jekyll o incluso Jack el destripador al final. Un cuento estupendo. Felicidades y mucha suerte en el concurso.

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    1. Hola Marta.
      ¡Muchas gracias por tus palabras!
      Me alegro que te haya gustado el micro. Me gustó mucho la idea de tratar este tema de la dualidad en la naturaleza humana, las dos caras de la moneda. Y la guerra que todo lo destruye, desde lo físico hasta el interior de las personas.
      No suelo escribir literatura negra, pero esta vez confieso que me divertí haciéndolo. Eso es lo que tienen los retos, que te sacan de lo que estás acostumbrada a hacer. Y así se aprende.
      Un abrazo.

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  3. Kaixo Marlem menuda historia en la que nos .ezclamos nosotros los lectores entre esas luces y sombras del relato y quien sabe si en las nuestras propias. Perfectamente escrito y contado. Me ha recordado a Jack que medio siglo antes estuvo por los mismos lugares. El recurso de la guerra en el tiempo sin duda le da un luz oscuro acertado. Suerte y muxu haundi bat.

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    1. Hola Ainhoa.
      Luces y sombras que tanto esconden ¿verdad?
      Me alegro que te haya parecido bien contado. Sí, la lista de asesinos en serie, incluyendo a Jack el Destripador, parece estar unida a la ciudad de Londres. Y las guerras siempre aportan un ambiente negro al relato.
      Muchas gracias por el comentario. Besarkada haundi bat zuri ere.
      Marlen

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  4. Hola, Marlen. La historia de nuestro doctor y su sombra podría ser la de Jack el Destripador mezclado con el doctor Jeckyll. En la búsqueda de romper la maldición se ha convertido en su sombra, asesino en serie perseguido por Scotland Yard en un mundo en guerra. ¿Cómo terminará la historia? Solo tú lo sabes.
    Un buen trabajo para este reto. Felicidades.

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    1. Hola Bruno.
      No sé si será la niebla, pero Londres parece la ciudad indicada para los asesinos en serie.
      Desde luego, tienes razón, buscando romper la maldición, lo que ha hecho es hacerla realidad. ¿Cómo terminará la historia? Eso lo decide el lector. Yo sólo tengo un probable final. 🤣🤣
      Gracias por tu comentario. Un abrazo.
      Marlen

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  5. Hola, Marlen, aquí vuelvo de intermediaria otra vez je, je, je. Dice Tara en el Tintero que también está teniendo problemas para comentar por aquí y me pide que te deje el siguiente comentario suyo. Lo copio:

    «¡Magnífico, Marlen!,
    Me ha gustado la trama, la idea en si de mitad hombre, mitad sombra, en parte me ha recordado al mito de la caverna, donde Platón explicaba la teoría de los dos mundos (el de los sentidos y el en el que no interviene los sentidos…(puedo alargarme más pero no quiero ser un coñazo).
    Me ha gustado el ritmo que le has dado.
    La ambientación en Londres, nieblas. Oscuridad, fecha de guerras y tantos crímenes que han ocurrido en sus calles aunque no se hace necesario explicarlo en el relato.
    Y sobretoto, la dualidad bien planteada, siendo curioso que sea precisamente un cirujano (salvador de vidas) y un ser oscuro como doble.
    Y, por supuesto, los dibujos.
    Ya ves que hay razones de sobra para que me haya parecido una buena historia, Marlen.» (Tara).

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    1. Muchas gracias M.A. por hacer de intermediaria. Y muchas gracias Tara, por acercarte a este rincón y por tu detallado comentario. ¡Cómo me lo iba a perder!
      Me alegro mucho que te haya gustado el microrrelato. Sí, me gustó la idea de presentar no un hombre dividido en dos, sino un hombre mitad hombre y mitad sombra. ¡Y encima cirujano! La idea de una sombra siniestra que acompaña al médico y puede ser vista o presentida por sus pacientes, me impresionaba. Me ponía en el lugar de un paciente, antes de una operación y… creo que me escapo. 🤣 La verdad es que no pensé en Platón y su caverna, pero ahora que lo dices…
      Me gusta también que hayas reparado en los dibujos. Divertimentos descubriendo IA.
      Pues lo dicho, Gracias. Un abrazo a las dos.
      Marlen

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      1. pues a mi me parece, que el doctor es una víctima. Conocedor de que está afectado por la enfermedad que lleva su apellido y sabedor de que le queda poco de vida, busca desesperadamente, la cura de una enfermedad que no es la suya, por medios extralimitados, pero por el bien de la humanidad.
        La gitana en realidad, aunque él no lo viera, le estaba ayudando, revelando su lado oscuro, necesario para una búsqueda apresurada de cuerpos.
        Impresionantes los dibujos, parece una novela gráfica en vez de un relato.

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        1. Hola Gabiliante.
          Pues eres el primero que se ha dado cuenta de esta pista encubierta. ¿Tú te imaginas un cirujano cuyo cerebro se va degenerando, justamente en la zona de coordinación de movimientos? En mi continuación imaginada del relato, Jonathan por supuesto conoce su enfermedad, es hereditaria así que ya la ha vivido en casa. La maldición de la gitana le permite autoconvencerse de que sus problemas son debidos a causas sobrenaturales, y no a una enfermedad. Su comportamiento es una carrera por escapar de la realidad y, al mismo tiempo, por seguir sus estudios sobre la misma. Para mí también, él es la víctima.
          En cuanto a los dibujos, estoy jugando con este tipo de imágenes, tinta china para definirlos y pinceladas de colores puros.
          Muchas gracias por tus comentarios. Un abrazo.
          Marlen

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    1. Cuando escribo un cuento como este, aunque mi cabeza ya perfila la continuación y lo escribo imaginando consecuencias, no me gusta escribir una segunda parte. Me gustan los cuentos cortos que dejan la posibilidad de muchos finales diferentes a quienes lo lean. Pero… «Nunca digas nunca, nunca digas siempre.»
      Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  6. Hola Marlen. Menudo ambiente lóbrego, oscuro y rodeado de misterio has creado en esas calles de Londres, en medio de la niebla y la noche. Y con el trasfondo de la Guerra Mundial, que por lo que voy leyendo de ti me parece que te gusta la Historia. Como a algunos compañeros, por momentos se me ha venido a la cabeza Jack el Destripador haciendo sus correrías por las estrechas calles, aunque esta vez con un propósito más definido que el placer de matar, esa búsqueda de la verdad acerca de su maldición y de la condición humana que trata de descubrir entre las vísceras. La historia queda abierta y mucho me temo que si el doctor sobrevive a la guerra, las autoridades pondrán más ahínco en dar con él, que no es cuestión de que en tiempos de paz se perturbe la vida de los ciudadanos. Un abrazo.

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    1. Hola Jorge.
      Las guerras crean esos escenarios horrorosos si las vives y atractivos si las lees desde la comodidad de tu sillón. Sí, me has descubierto, la geografía con todo el mundo y sus diferentes paisajes al alcance de la mano y la historia que me hubiera gustado que me la enseñaran de esta forma, con cuentos, anécdotas, personajes de carne, huesos y sentimientos, en lugar de frías fechas y nombres, son materia de mi permanente curiosidad. ¡Me encantan y se cuelan en mis relatos! Me gusta situar los cuentos en un lugar y una época, me permite meterme dentro y describir lo que estoy viendo.
      En cuanto a Jack el Destripador, no fue el único aunque tal vez el más conocido. No sé qué tiene Londres que atrae a los asesinos en serie. ¿Será la niebla?
      La historia queda abierta, sois vosotros, los lectores, quienes decidís el futuro del doctor Huntington. ¿Lo encontrarán? ¿Pagará sus culpas? ¿Al terminar la guerra terminarán también sus andanzas? Seguro que cada uno tiene su propio final.
      Muchas gracias por tus comentarios. Un abrazo.

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  7. Hola Marlen, me gustó mucho tu historia, el médico y su sombra y todo lo que se desprende de eso. Estaría bueno que continuaras con la misma, realmente es muy buena, un abrazo.
    PATRICIA F.

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    1. Hola Patricia.
      Me alegro que te haya gustado. ¿Continuar con la historia? Le contaba a Mirna que no me gusta escribir una segunda parte. Me gustan los cuentos cortos que dejan la posibilidad de muchos finales diferentes a quienes lo lean. Pero… «Nunca digas nunca, nunca digas siempre.»
      Un abrazo.
      Marlen

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  8. Hola, Marlen. Me ha encantado la atmósfera de ese Londres oscuro y lúgubre, escenario perfecto para las andanzas de ese doctor condenado por una maldición. Un relato magnífico y muy bien narrado, de gran nivel, incluyendo las ilustraciones. Un abrazo y suerte.

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  9. Excelente relato, Marlen.
    Me ha encantado. Has sabido crear una historia de lo más original y ambientarla en esas calles de Londres que sufrían los bombardeos de los alemanes y desataban el caos y la tragedia. La maldición de la gitana y ese desdoblamiento entre hombre y sombra, me parecen recursos geniales para darle más fuerza al relato.
    Mucha suerte en el concurso.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Londres bajo el bombardeo alemán. Un Londres conmovido por la guerra y la muerte, un lugar especial para situar a nuestro doctor y sus problemas. ¡Qué bien que te haya gustado! Me alegro.
      Gracias por tu comentario.
      Un abrazo.
      Marlen

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  10. Muy interesante la historia de el doctor y su sombra deambulando por las noches por calles de Londres como una sombra y por el día como medico en una época de guerra lo que le da un ambiente muy negro. Muy bien contado y las imágenes muy buenas
    Un abrazo Marlen

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  11. Hola… Excelente relato en el que nos sumerges en ese ambiente oscuro y pesado característicos de la novela gráfica y que se convierte en el mundo preciso para esa tremenda historia que nos traes. El ambiente, el relato, la historia y las imágenes… todo encaja de manera extraordinaria.. ¡Saludos!

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    1. Hola Octavio.
      Me alegra tu comentario porque cuando estaba escribiendo el microrrelato, lo estaba viendo como una novela gráfica. Por eso me quedaron las imágenes con esa apariencia. ¡Qué bien que te haya gustado! Muchas gracias por acercarte a este rincón y por tu comentario.
      Un abrazo.
      Marlen

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  12. Hola, Marlen. que intrigante y siniestra tu historia usando uno de mis géneros favoritos. ¡Pero la voy a poner un pero!
    Nos has dejado en lo mejor de la misma y más te vale rematarla. Lo haría yo mismo como suelo con la imaginación, pero mis sombras últimamente son mayores que las de tu noctámbulo protagonista. Eso y que soy algo (bastante) vago.
    Has dado con el entorno ideal para hacer fechorías, en mitad de una guerra, y me ha recordado una película que igual has visto La noche de los generales.
    Saludos y suerte

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    1. Hola JM.
      Gracias por tus comentarios.
      Cuando los retos tienen límite de extensión, me quedo siempre con ganas. ¡Es todo un desafío el cortar ramas!
      Me gustan los cuentos y dejar que sea el lector el que siga el camino, a ver lo que encuentra. Así que normalmente, y aunque tenga mi continuación imaginada, no suelo escribirla. Pero… nunca digas nunca, nunca digas siempre. Ya veremos.
      No he visto la película «La noche de los generales», pero ahora me has dejado la curiosidad. ¡La veré!
      Un abrazo fuerte.

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