Una villa medieval en la frontera de Aragón

Hoy os invito nuevamente a viajar. Nos acercaremos a la comarca de las Cinco Villas, a la villa medieval de Sos del Rey Católico, un pueblo precioso, que desde 2016 forma parte de los pueblos más bonitos de España. Además el pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural desde el año 1968.

Allí veremos la Iglesia de San Esteban, la cripta de la Virgen del Perdón, el Palacio de los Sada, sus calles y casas. Enfin, que hay muchísimo que ver y me temo que nos quedaremos con ganas de más. Así que comencemos, seguirme que haremos un viaje en el tiempo.

Esto es lo que solía decir a quienes se apuntaban a la excursión que organizábamos con “La Casa Argentina de Gipuzkoa” y me alegra volver a recordar nuestros paseos por estos paisajes privilegiados.

A la villa aragonesa se le impuso el nombre actual ya entrado el siglo XIX, con una orden de Alfonso XIII. Antes era sólo Sos, que significa “sobre un alto”, aludiendo a su situación geográfica en lo alto de una peña. Pero resulta que el 10 de marzo de 1452 había nacido en el Palacio de Sada, el futuro rey Fernando el Católico y esa es una de esas efemérides que marcan a un lugar para siempre. Sea como sea, Sos del Rey Católico es de esos sitios en los que se nota el peso de la historia en cada una de sus piedras y sus construcciones.

Llegamos atravesando tierras navarras a la explanada donde se encuentra la iglesia de San Esteban. Es un mirador privilegiado que prueba la estratégica ubicación de la villa para el control de las tierras noroccidentales de Aragón durante la Edad Media. A sus pies, la Bal d´Onsella, la tierra olvidada de las Cinco Villas, con sus robles y encinas y el santuario de Valentuñana con los cruceros que embellecen su entorno. A lo lejos, Sangüesa y se llega a divisar el Monasterio de Leyre e incluso la silueta de los Pirineos en los días más claros. Estamos a sólo 60 km de Pamplona.

A través del pasadizo que comunica el Mirador con la iglesia de San Esteban, podremos entrar a la maravillosa cripta de la iglesia. Esta cripta es la parte más antigua de todo el conjunto y data del siglo XI. Es desde la cripta de Santa María del Perdón que se comenzó a construir la iglesia como un recurso técnico para salvar el fuerte desnivel existente, de unos treinta metros de altura total. De alguna forma, la cripta funciona como cimiento y contribuye a que la iglesia superior sea más alta y más amplia. Sirvió de lugar de enterramiento y de culto mientras se siguió construyendo la iglesia superior. Tal vez por ello, la profusión decorativa, con unas bellísimas pinturas murales góticas de subido tono rojizo, únicas en su época. Estas pinturas se han descubierto hace pocos años, ya que estuvieron ocultas durante muchos siglos por una capa blanca de cal.

Encima de esta preciosa cripta, se encuentra la iglesia de San Esteban, a la que podremos acceder a través de su magnífica portada románica del siglo XII, que se encuentra un tanto dañada por la lluvia y el viento, por eso en el siglo XVI se construyó el pórtico, para intentar proteger las tallas. En algunas de ellas aún se puede apreciar su policromía.

En el interior de la iglesia destaca la pila bautismal del siglo VII en forma de flor, donde fue bautizado Fernando el Católico y el Cristo del Perdón en estilo románico. Se conoce popularmente a la iglesia como el “rechelao” porque allí uno se queda más que helado, “rehelado”.

Al visitar Sos del Rey Católico por primera vez, es fácil tener la sensación de que el pueblo surge directamente de las brumas del pasado. Se recorta en el horizonte la solitaria torre del homenaje, el campanario de la iglesia, el mar de tejas, todo abrazado por la muralla (hay que recordar que la naturaleza de villa fronteriza entre los reinos de Navarra y Aragón, hizo que la villa contase con una muralla defensiva que rodeaba todo el perímetro de la localidad). Y sus siete puertas con sus siete portales. Por una de aquellas pasó Doña Juana Enríquez, embarazada del futuro rey Fernando el Católico. Al portal le quedó el nombre de Portal de la Reina, el único que no hace referencia a una ubicación geográfica (Portal de Sangüesa, de Jaca, de Zaragoza que da acceso a la Calle Mayor, de Uncastillo, Levante y Poniente).

En la Plaza de la villa, verdadero epicentro de Sos, destaca el Ayuntamiento renacentista con ese gran alero de madera que ha sido rehabilitado recientemente y que es típico de la arquitectura civil aragonesa.

Justo detrás del Palacio de Sada, el lugar donde nacería quien con el correr del tiempo acabaría firmando la expulsión de los judíos de España, se encuentra el barrio de la Judería, donde vivían los judíos de la villa. No podían imaginar que aquel recién nacido acabaría con la vida tal como la conocían ellos hasta entonces firmando en 1492 los edictos de Granada.

Cuando eso sucedió, les tocó irse al cercano Reino de Navarra o quedarse. Si escogían esto último, debían demostrar su nueva fe cristiana, grabando una cruz en la entrada de sus casas, junto al orificio donde hasta entonces habían colocado la mezuzá (el pergamino con dos versículos de la Torá que, guardado en una pequeña caja, se coloca en la jamba derecha de los pórticos de las casas judías). La cruz se puede encontrar en un par de casas de la treintena que constituyen la antigua judería, recorridas por una serie de callejuelas de estructura laberíntica que tienen su máximo exponente en la Calle Salsipuedes, que por algo llevará ese nombre. Hoy la Sinagoga es una vivienda de turismo rural.

Pero no todo es medieval en esta villa medieval. El Parador Nacional de Sos del Rey Católico, de nueva construcción, está en una ubicación privilegiada, integrado de forma escalonada para no alterar el perfil de la villa en exceso. Ver un atardecer desde la terraza o desde los amplios ventanales del restaurante, mientras se saborea alguno de los platos más típicos, es el cierre perfecto a este viaje en el tiempo.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

2 comentarios sobre “Una villa medieval en la frontera de Aragón

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