La marea migratoria continúa

La lucha por la supervivencia supera con creces la ficción. Sin alimentos ni agua potable, deshidratados, fatigados, con síntomas de hipotermia, y con el peligro de caerse al mar y morir, tres hombres de origen subsahariano viajaron durante 11 días de forma clandestina sobre la pala del timón de un barco petrolero, desde el puerto de Lagos, Nigeria, hasta la isla española de Gran Canaria.

Durante 11 días, 264 horas y 4.600 kilómetros, permanecieron a tan sólo medio metro de tocar el agua con sus pies. La zona donde fueron hallados, luego de su arribo a la isla de Gran Canaria, es un pequeño espacio bajo la popa del timón donde estuvieron a merced del mar, ya que puede inundarse en cualquier momento con el oleaje.

La extenuante hazaña por el Atlántico, desde el puerto nigeriano de Lagos, significó un viaje largo, peligroso y que podía haber resultado mortal. La imagen impactante y su odisea aún más impresionante, nos recuerdan los grandes riesgos que asumen las personas emigrantes que huyen del hambre y la violencia. De acuerdo con las autoridades españolas, esta no es la primera vez que algunos deciden emprender la peligrosa hazaña, que en muchos casos termina en muerte.

Como si el tortuoso trayecto no fuera suficiente, los tres hombres enfrentaron el riesgo de ser deportados. La ley española no cataloga a las personas que emprenden ese tipo de viajes como migrantes, sino como polizones, por llegar al país de forma furtiva e irregular.

Por esta razón, y luego de recibir atención médica, las autoridades se disponían a retornarlos en la misma embarcación en la que llegaron. Hasta este miércoles 30 de noviembre, uno de ellos permanecía internado, y los otros dos habían sido devueltos al buque donde permanecían a bordo a la espera de ser retornados. Sin embargo, en las últimas horas su historia dio un giro que por ahora les permite permanecer en el país. Desde el barco pidieron asilo, tras una visita de agentes de la Policía.

Un portavoz de la delegación del Gobierno español en Canarias informó que los hombres solicitaron asilo, por lo que las autoridades autorizaron al petrolero ‘Alithini II’, de bandera de Malta en el que arribaron, que abandonara el puerto y siguiera su ruta sin ellos.

El tercer migrante, que permanecía aún hospitalizado recuperándose de un cuadro de deshidratación, también pidió protección internacional.

Desde su arribo, organizaciones como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Diócesis de Canarias, la comunidad africana en Canarias y la ONG Caminando Fronteras, se movilizaron en un intento por evitar su expulsión de Canarias como polizones sin, al menos, valorar sus circunstancias personales.

Pese a que el marco jurídico que los cataloga como polizones establece que le corresponde al capitán de la embarcación hacerse cargo de ellos y devolverlos al país de origen, como a cualquier extranjero que llegue a las fronteras españolas, les asiste el derecho a solicitar asilo o protección.

Tras la solicitud y hasta que su caso sea resuelto queda frenada la deportación.

Su suerte es incierta. Por ahora, las autoridades deberán evaluar si cumplen con alguna de las condiciones que establecen los diferentes tratados internacionales donde se regula esa figura.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

4 comentarios sobre “La marea migratoria continúa

  1. Buenos días, Marlen.
    Impresionante lo que algunos valientes y desesperados héroe son capaces de hacer. Héroes que no verán aplaudidas sus gestas porque no llevan capita ni enaltecen nuestro entretenimiento. Valientes que verán censurados sus viajes, porque no reporta beneficios, como el turismo.
    En un mundo que se dice global, no todos son tratados con el mismo rasero.
    Dicen que la desesperación crea valientes, aunque tal vez sea el miedo a lo que tienen que afrontar en sus lugares de orígenes lo que les empuje, pero deberíamos mirarnos en nuestros espejos y reflexionar si seríamos capaces de hacer lo mismo.
    Muchos dejan atrás a sus familias y otros dejan su vida por el camino. ¿Cambiará esto alguna vez? Lo dudo. Los que podemos cambiarlo vivimos bien acomodados.
    En el fondo, me siento muy hipócrita escribiendo esto desde mi cómoda butaca. A pesar de mi edad y mi maltrecho cuerpo, debería ser capaz de hacer algo más. Mucho más. Debería.
    Gracias, Marlen. Porque siempre nos haces reflexionar y ponernos en el lugar de estos héroes. Aunque la distancia sea tan grande. Y no me refiero a kilómetros.
    Un abrazo

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    1. Buenos días Jose.
      Yo también me siento muy hipócrita cuando me entero de otro de estos penosos casos y otro, y otro… Y trato de convencerme de que escribir, contar, impulsar la reflexión puede ayudar en algo. Hay veces que me lo creo y hay veces en que me siento ridículamente optimista, al pensar que tal vez alguien puede leerlo y puede, de alguna forma, cambiar algo en este terrible escenario. Y me estrujo el cerebro tratando de imaginar alguna forma de ayudar a alguno de estos desesperados valientes. Pero sigo en mi sillón de privilegiada por la buena fortuna y sigo pensando en qué elegir del frigorífico para comer y beber, y sigo escuchando música en mi plataforma mientras leo o escribo muy cómoda y calentita porque afuera hace frío.
      La distancia es enormemente grande. Yo tampoco me refiero a kilómetros. Hace unos años me atrevía a cruzarla. Contra viento y marea. ¿Qué me ha pasado? ¿Me ha ganado el cansancio, la edad, los achaques o la comodidad?
      Con tristeza y frustración, sigo aquí. Escribiendo, leyendo, hablando con quien me escucha de cosas que a pocos importa y pensando que se puede. Como diría mi sabia abuela: Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
      Un abrazo amigo.

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      1. Bueno, al menos mostramos nuestra repulsa ante todo esto y, de alguna forma, influimos en nuestros niños para que ellos puedan contribuir a la mejora. Esa es nuestra esperanza.
        «Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero» No conocía esta maravilla ❤️💜💙💚
        Ashushón abrazado ¿o era al revés? 😅

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        1. Buenos días, Jose.
          Sí, me lo creo. Creo y espero que las nuevas generaciones tengan un poco más de empatía.
          Mi abuela solía decir muchos refranes y algunos, como este, me los dejó como regalo.
          Del derecho o del revés, un abrazo y un ashushón siempre vienen bien y suben la moral. Así que para ti también te los envío por las ondas. ¡Feliz Noche de Reyes! 👑👑👑

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