Hoy es el primer día del resto de mi vida

Y reflexiono sobre las cosas que quiero, o más bien que necesito resolver, o simplemente recordar como objetivos. Los cumpleaños son lo que tienen, regalos, felicitaciones, festejos y … recordar que cada cosa que haga, tal vez sea la última vez que pueda hacerla. No, no te confundas, no es tristeza ni pesimismo. Tal vez una cierta melancolía. Pero sobre todo, la voluntad de tomar conciencia de si me estoy olvidando de algo. Como esas listas que me hago para estar segura de acordarme, sin tener necesidad de mirar el papel.

¿Por dónde empezar? No necesito pensar mucho para decidir la primera de mi lista. Seguir pasando el mayor tiempo posible con las personas amadas. Aprendí hace mucho, mucho tiempo que esta era mi primera tarea en la vida. Esta es la gente que me hace sentir que aún estoy viva, que me aceptan como soy, que me apoyan sin condiciones. Y ni siquiera necesitamos estar uno frente al otro, para saber, para sentir que estamos juntos.

Me gusta disfrutar de los pequeños instantes de felicidad, que ocurren todos los días, sin esperar a que las grandes cosas sucedan. Me parece importante ser reconocedora de los pequeños placeres: dormir bajo techo en una casa cómoda, al despertar por la mañana, tomar un segundo para pensar en el privilegio que tengo de simplemente estar viva, no vivir con miedo, el desayuno saboreando el té en silencio, mirando el día que se estrena, la ducha de agua caliente que despierta todas mis sensibilidades, el olor a libro y la sensación de las páginas al contacto con mis manos, el aroma de la comida que estoy preparando, el Chardonnay fresco recién abierto, las risas de mis sobrinos al descubrir sorpresas o cuentos locos de su tía, los sonidos de mi Playlist estimulando recuerdos, la lucidez que me descubro para poder escribir mis pequeñas reflexiones y mis recuerdos, el paseo por el Malecón en un día de semana de primavera sintiendo el ruido y el olor a mar, escuchar el sonido del teléfono que me trae la voz de amigos lejanos y tantos momentos placenteros que pasan desapercibidos hasta que un día, por capricho del destino, ya no están y entonces, entonces sí que los extrañamos. No es egoísta disfrutar la vida. Lo que es egoísta es insistir en ser negativo, a pesar de todas las posibilidades positivas disponibles.

Gorriones en el comedero de la terraza de casa

Si miro a mi alrededor, a la gente de mi edad (¡qué feo suena eso!) algunos han empezado recién ahora a darse cuenta que deben vivir el presente. Pero este es un aprendizaje que me acompaña desde mi juventud. Y doy las gracias a mi abuelo Venancio y a mi amigo Silvio por haber introducido esta noción de que el ahora es un milagro, que el pasado ya pasó y que el futuro quién sabe. ¡Cuántas veces he recordado a mi abuelo saliendo de casa con sus dolores a cuestas y blandiendo su bastón más como espada, que como ayuda necesaria! No conozco lo que traerá el futuro. Así que mi mejor estrategia para vivir, es hacer el mejor y más positivo uso del presente.

Encarar los problemas con valentía. Es algo que siempre he hecho, he sido resolutiva por naturaleza. Pero el paso de los años me ha ido dando golpes, lógicamente. Y esos golpes han hecho que me fuera achicando ante los monstruos. Sé que los problemas no nos definen, sino cómo reaccionamos ante ellos y cómo nos recuperamos encarando el paso siguiente. Todo es cuestión de dar ese primer paso. Haré lo que pueda, cuando pueda y me regocijaré por haberlo hecho.

Quiero seguir jugando a ser niños, seguir riendo a carcajadas, aprender cada día, volverme loca de alegría, y seguir curando con caricias las heridas. Dejar, de a ratos, mi disfraz de adulto y ponerme el de unicornio. Cerrar los ojos y reinventarme, cantar como un famoso, crear aviones de papel y volar con la imaginación, creando mundos de ensueño donde poder desfilar por una pasarela de la moda mundial.

Katixa y Uhaitz jugando a la Pasarela Cibeles

Ser honesta conmigo misma. Ser honesta acerca de lo que está bien y de lo que quiero cambiar. Sé quién soy, sé dónde estoy y cómo he llegado hasta aquí. Quiero ser la mejor versión de mí misma. También tengo claro de adónde quiero ir. No debo olvidarlo.

Ahora que empiezo a tener goteras por todos lados (y no me refiero sólo a la casa), debo aprender a no desmoralizarme.A que la lección de “obsolescencia programada” no se instale en mi mente. A no desesperarme en las situaciones difíciles o en los momentos en que debo aceptar el “Esto ya no lo puedo hacer”. Respirar profundamente, concentrarme en lo que aún “sí” y no en el “no”. Y a pensar en que es imposible lograr lo que presupongo que no puedo hacer. Tendré cuidado de no convertirme en prisionera de mis propias suposiciones.

Ha habido momentos en la vida en los cuales mi propia felicidad no ha sido mi prioridad. Y me he saboteado sin detenerme a pensar. Debo recordar que hacerme cargo de mis propias necesidades no implica desatender el cuidado de quienes me rodean. Y esto no es egoísmo.

Escultura de Eduardo Calandria

Entender, de una vez por todas, que los errores enseñan. Y que no es necesario flagelarse para recordar. Que ya caí y ya me levanté. ¡Aprendí la lección! ¡A otra cosa, mariposa!

Hay algo que aparecería en cualquier lista de este tipo, si hubiera alguien más a quien se le ocurriera hacer una lista así: disfrutar de las cosas materiales que tengo. Pero esto también lo tengo bien aprendido. Recuerdo una comida en San Telmo, con los amigos de siempre, charlando, comiendo, bebiendo, cantando. A alguien se le resbaló de las manos la botella de vino y varias copas de mi juego de casamiento saltaron hechas trizas. Se hizo el silencio y luego la catarata de reproches y lamentaciones. Yo simplemente recogí los trozos y los tiré a una bolsa de basura. Mis amigos me miraban y pensaban que mi reacción era por la tristeza o la rabia de que algo tan valioso se hubiera perdido para siempre. No sé si me entendieron que lo que sentía era agradecimiento por haberse roto cuando las estábamos disfrutando y no cuando estaban solas y bien guardadas en el armario.

Crear mi propia felicidad y crearla también para quienes amo. Mi amiga Chichita sabía que esto es primordial para mí. Y contaba las pequeñas cosas que habíamos vivido juntas, desde la sorpresa por recibir los sándwiches de miga y la sidra para festejar su cumpleaños, enviados desde el otro lado del mundo, hasta las bromas y cohetes que amenizaban nuestras excursiones, la tarjetita de Feliz Día del Amigo que guardaba como tesoro/recuerdo de su visita a mi casa de Zarautz, o la sorpresa de que el día de San Fermín te despierten en el hotel con fanfarria y el consabido pañuelico, ante el atónito semblante de empleados y huéspedes. Pequeños instantes de felicidad que hacen la vida más amable y, desde luego, más imprevista.

Debo aprender a aprovechar las oportunidades que se presentan y aceptar los desafíos como regalos. Sin pensar tanto, sin planificar tanto.

Seguir en el intento de crear nuevas relaciones de amistad. Estos últimos años, la muerte de amigos entrañables me va dejando desnuda. Y no es que no acepte la muerte (la propia y la de mis seres queridos) como una etapa más de la vida. Es que parece que una coraza me permitiera blindarme ante el dolor de más pérdidas. Y quiero quitarme esa coraza. Debo reconocer que el experimento de escribir este blog y de participar en “concursos literarios” que odio (como odio todas las competencias en las que unos estúpidos números encasillan a unos y otros) me está sirviendo para encontrar nuevos amigos que estoy orgullosa de conocer, gente que admiro, que me muestran respeto, que corresponden a mi amabilidad y hasta a mi humor. A pesar de entrar en el territorio desconocido de lo virtual, estoy contenta por haber aceptado el auto-desafío y cada mañana me levanto con ganas de ver qué comentarios habrá hoy.

He aprendido lo importante que es un Like en la vida de las personas. Y no sólo en una entrada, una foto o un comentario de internet. Crecí en un ambiente donde lo bueno era lo normal y no se premiaba. Sacar buenas notas o pasar de grado no se recompensaba: “Es tu deber. Papá y Mamá trabajan, tu trabajo es estudiar”. Pero vivo en un mundo en el que soy un bicho raro porque no doy la paga a mis sobrinos, sino que me esfuerzo en crear para ellos actividades divertidas para compartir, imaginar cuentos o pre-cumpleaños que festejar, o películas de hace mil años para descubrir juntos. Y amoldarme, en cierta medida, a esta época significa verbalizar los progresos de quienes tengo alrededor, empezando por los más pequeños. Y celebrar sus victorias.

Katixa y Uhaitz jugando a la Demostración atlética

Debo recordar que no es necesario hacer todo ¡Ya! y darme permiso para las pausas. Me suele pasar, cuando estoy entusiasmada escribiendo, que pierdo la noción de qué hora es y cuánto tiempo he estado sin moverme delante del ordenador. He decidido ponerme alarmas en el móvil para forzar esos descansos, levantarme, caminar un poco, tomar agua, ir al baño (consecuencia natural) y recuperar la cordura. Ahora sólo falta que, al escuchar la alarma, no la apague sin hacer nada más.

Tener la lucidez de darme cuenta de las tonterías en las que he desperdiciado tiempo y energía. Y empezar a entender lo que significa relajarse. Permitir que sucedan cosas incontrolables, porque la vida me ha demostrado que hay situaciones que se resolverán solas de forma natural. No perder tanto tiempo en dramas y distracciones que no importan. Me aferro a la esperanza de que las cosas salgan exactamente como las imaginé y luego me complico la vida, cuando la realidad no cumple con mi imaginación. Pero a veces, sólo a veces, la sorpresa es maravillosa.

No preocuparme por cosas que no puedo controlar. Desde pequeña aprendí, o me enseñaron, que yo era hacedora de mi propio destino, que podía ser lo que quisiera ser. Permitir que las cosas sucedieran sin más, no estaba en mi ADN. No fui una persona que se sentara y dejara tranquilamente el control. Pero mi perspectiva ha cambiado. Aprendí que gran parte del control que creemos tener sobre nuestras vidas, es una ilusión. Ahora debería aprender a no preocuparme por ello.

A menudo pierdo el tiempo esperando y soñando que aparezca la solución ideal. Pero casi nunca lo hace. Porque el camino se hace andando, no esperando.

Suelo no darme suficiente crédito y esperar que los demás me lo concedan sin reclamarlo. Sería importante que apreciara lo lejos que he llegado. Que he pasado por muchas experiencias, buenas y malas, pero que también he aprendido y he crecido mucho. Debería darme algún crédito por mi resiliencia.

Los nuevos hábitos no se forman de la noche a la mañana. Dicen que se tarda aproximadamente 66 días en formar un hábito. Así que, durante los próximos dos meses, me propondré un buen hábito, miraré el lado positivo de la experiencia y reconfiguraré mi cerebro. Y trataré de no volver a caer en los viejos patrones de conducta. Los hábitos tóxicos siempre intentan colarse cuando uno está mejor.

Los beneficios de ser agradecido no son un secreto. Me he propuesto seguir siendo una agradecida. Uno elige serlo. Luego lo hace una y otra vez. Cada día. A la vida en primer lugar, a los padres, abuelos y familia en general que nos han permitido descubrir quiénes somos, a las personas que nos rodean y nos facilitan el día a día, a la condición de haber nacido en un lugar y en determinado momento de la historia, a los amigos, los compañeros de estudio o de trabajo con quienes pasamos buena parte de nuestras existencias, al chico del bar que me reconoce y me atiende con mimo, al vecino que me espera en la entrada para que no tenga que sacar la llave, al desconocido que me cede el paso o me abre la puerta (sí, aún a costa de perder derechos inalienables como mujer), al que me pide algo “por favor” y me da las “gracias”, a los dueños de perros que tienen el buen hábito de cuidar de sus mascotas, a los médicos que se presentan cuando te van a atender y te tratan como persona y no como número, a quienes sonríen, a los niños y jóvenes que se comportan como seres civilizados, a quienes no te miran de arriba abajo juzgándote… Y podría seguir así, cada día.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

6 comentarios sobre “Hoy es el primer día del resto de mi vida

  1. Preciosa reflexión…
    Qué difícil se nos hace comprender y asumir que la vida es el ahora, el hoy. Que todo pasa porque tiene que pasar, y que difícil es a veces dejarnos llevar.
    Mi objetivo; fluir con la vida. Estoy en ello.

    Le gusta a 1 persona

    1. Sí Aitzi, la vida pasa muy rápido y es mejor ser conscientes de ello, para no desperdiciar ni un segundo. Disfruta de todo lo que el universo te permita y haz disfrutar a quienes tienes cerca. Ese momento que dejaste pasar porque estabas enfurruñada lamentando o rumiando algo, ya no está y además no volverá nunca. Así que mira hacia atrás para aprender, en el hoy aprovecha e imagina lo que puedes hacer para lograrlo y mira hacia adelante con ilusión y ganas de aprovecharlo.
      Tu objetivo es fantástico, estás en el camino.
      Un abrazo.

      Me gusta

  2. ❤️🧡💛💚💙💜🤍🤎💞💓
    (y creo que me faltan colores y corazones).
    ¡Vaya preciosidad de artículo!
    Buenos días, Marlen.
    Creo que si he entendido el principio tengo que desearte: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! 😍🍻🥂🍾
    Has enumerado una lista con la que estoy de acuerdo en un 100%. Porque haces hincapié en sentimientos, sensaciones, aprendizaje con la edad, respeto, educación, recuerdos que alimentan, olvidos que fortalecen, normas de convivencia… En fin unas maravillosas lecciones de vida.
    Es una entrada que conviene tener a mano para esos momentos tan negativos que nos vienen sin remedio, sobre todo, a los que vamos peinando canas, las que quedan. 😜
    Preciosísimas fotos y vídeos. ¡Cuanto reconforta y llena la vitalidad y la sonrisa de un niño! ¡Vaya sobrinos más lindos tienes!
    Con tu permiso, voy a enseñar esta maravilla para que la lean. Es taaaaan emotiva e instructiva.
    Gracias, amiga, por compartir estas grandísimas enseñanzas.
    Un abrazo enorme. 🤗❤️

    Le gusta a 1 persona

    1. Hola Jose. Desconecto un momento el móvil para leer tu comentario. ¡¡Me siento inmensamente feliz de escuchar voces cercanas y lejanas!!
      Desde Argentina se empiezan a despertar. Katixa me llama y me hace escuchar el Feliz Cumpleaños cantado por la voz de un perrito y me aclara que es su voz imitando !Ja Ja! Uhaitz me manda un papel con corazones, besos y muchos «Tita». Amigos de aquí y de allí, «Quiero ir a verte ¿puedo ir el lunes?, primos, la voz infantil de Male repitiendo Zorionak, «¿Cuándo vas a poder viajar?, te extraño»… y tu hermoso comentario. ¡Gracias Amigo!
      Sí, sentimientos, sensaciones, lecciones de vida que brotaban a empellones cuando me puse a escribir mi lista de objetivos. Era tanto lo que quería «escribirme», no quería olvidar lo importante. Y tantas las fotos, los vídeos que miré y escuché. La noche se me hizo muy corta. Pero me quedé conforme. La leí varias veces, con una copa de Merlot argentino. Y al final ¡No está mal! me quedé conforme, con lo vivido hasta ahora, con lo que pienso seguir disfrutando, con lo que me dije, con haberlo compartido con vosotros.
      A las 5 de la madrugada argentina, mi amiga Emi con la que compartimos muchas reflexiones de vida, me escribió su emocionante y emocionado comentario sobre la entrada.
      Tú me pides permiso para compartir el texto. Voy a guardarlo en el Escritorio de mi portátil, para tenerlo a mano en esos momentos.
      ¡Como para no estar feliz!
      Un beso muy grande a todos y muchísimas gracias por hacerme disfrutar de estos momentos.

      Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: