La Pantera Negra

En mi casa no entraba un cómic, ni por casualidad. Libros, todos los que quisiera, pero cómics no. Y yo, que amaba leer todo lo que se me ponía por delante, moría por tener en mis manos un cómic, con su arcoíris de colores y sus personajes en movimiento, que poblaban mi mente inquieta. Así que… me las rebuscaba. Los fines de semana íbamos a pasarlos a una casita que tenía mi abuelo en González Catán, una zona del extrarradio de la ciudad de Buenos Aires, de la que, algún día, os contaré historias.

Al lado de la casa, estaba el almacén de la zona y en ese tiempo, en el que no se usaban las bolsas de plástico, se envolvía los productos en papel y el cliente se lo llevaba en su propia bolsa de tela. ¡Mucho más ecológico! Sí, sin saberlo, sí. Y el papel no siempre era ese que te daban en las tiendas del centro: blanco impoluto y caro. Ese sólo se usaba para la harina o el azúcar. Para el resto, páginas de papel periódico o de revistas que luego se usaban para la cocina o la chimenea. ¡Todo se reciclaba!

Cata, la hija de Doña María, la dueña del almacén, ayudaba a su madre, atendiendo el mostrador y me guardaba algunos cómics que aún no habían sufrido la mutilación, con la condición de que una vez leído, volviera a la pila del papel.

Así descubría a Patoruzito, el aventurero Bull Rocket, el justiciero Sargento Kirk, el Tía Vicenta, el Eternauta del cual, pasados los años, empecé a entender otras interpretaciones más políticas, las tiras de Mafalda del Primera Plana, y los cómic de Marvel.

Los superhéroes que creaban Stan Lee (The Man) y Jack Kirby (The King) despertaban mi imaginación. Los cómics de Marvel reflejaban en gran medida el contexto histórico en el que se desarrollaban, y aún lo siguen haciendo. Un lector americano podía ver cómo lo que sucedía en su país y en el mundo, tenía su correspondencia en la historieta, en mayor o menor medida y a nivel político, cultural o social.

Pantera Negra – Primer tomo

Pantera Negra tiene su primera aparición en Los Cuatro Fantásticos, en el número 52 del año 1961. Pantera Negra es T’Challa, el rey de una ficticia nación africana, Wakanda.  El país nunca ha sido colonizado y sin naciones externas que extraigan sus recursos naturales o impongan políticas de explotación, Wakanda florece y se convierte en el país más avanzado de la tierra, rico en recursos naturales como el preciado elemento ficticio Vibranium, que le permite tener un nivel tecnológico que no sólo emula, sino que supera al de occidente.

T’Challa es negro, rico y muy inteligente. En una época en la que Estados Unidos se ve inmerso en el movimiento por los derechos civiles, un mundo de hombres y además blancos, es absolutamente revolucionaria la aparición de un personaje así. Cuenta Don McGreggor (guionista de la serie), que en un momento, en la editorial, se tuvo miedo por la aparición de un villano negro en la tapa de la revista. ¿Qué reacción podía tener el público? Pero es que todos los personajes eran negros.

En los tres números siguientes con los 4 Fantásticos, ya aparecía el villano Ulysses Klaw (¿a que el apellido os suena al Ku Klux Klan, sus orígenes nazis y su exaltación de una raza aria?).

Tres meses después de su aparición, Black Panther se convirtió en un problema. Nació el partido Black Panther, una organización retratada en los medios de comunicación como un grupo amenazante y radical con objetivos que diferían dramáticamente de la visión más pacifista de los líderes de los derechos civiles como Martin Luther King Jr. A Marvel le preocupaba que se los identificara con ese grupo. “No estábamos ni a favor, ni en contra». Así que el personaje se mantuvo como secundario en pocos números aislados.

En 1973 Don McGreggor, insistía en que alguien se diera cuenta de que estaban obviando la realidad: ¿Sólo héroes blancos en una serie titulada Jungle Adventures que transcurría íntegramente en África? Lo más curioso es que cuando decía esto, McGregor no estaba pensando en Pantera Negra. Y sus jefes le dieron vía libre, total libertad para soñar y le asignaron un dibujante: Rich Buckler.

En enero de 1977 retomó el personaje su creador, Jack Kirby, en una serie nueva que ya no llevaba la coletilla de Jungle Action. En 1998 volvía a la serie Christopher Priest como guionista, con un giro en la estética de la serie y del personaje.

T´Challa viaja a EE.UU. para investigar la muerte en extrañas circunstancias de una niña, que había sido elegida para ser la cara visible de una campaña publicitaria de Wakanda en territorio americano. Nos presentan a un Pantera Negra imponente, seco y duro. El humor está presente desde la primera página. Priest crea a las Dora Milaje como guardaespaldas/novias de T’Challa, pero también a Shuri, hermana y compañera de aventuras de T´Challa a la muerte de su padre, el rey T’Chaka. El primer año de la colección es una redefinición absoluta del personaje no sólo sin renegar de su historia, sino apoyándose en ella. Doce números repletos de acción y comedia, mezclando la trama de conspiración política, con el clásico relato de superhéroes.

Es 2018, en el Dolby Theatre de Los Angeles tiene lugar la première de “Black Panther”, la película de Ryan Coogler. Christopher Priest es uno de los invitados de honor. Las luces se apagan. El cómic cobra vida en la pantalla. Priest sonríe.

Hoy, febrero del 2023, veo la nueva entrega de la franquicia cinematográfica de Marvel Studios, que nos lleva al corazón de Wakanda: Wakanda Forever.

Vuelvo a mi infancia.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

4 comentarios sobre “La Pantera Negra

  1. Buenos días, Marlen.
    Tocas más palos que un jilguero danzarin. 😜
    Como en muchas cosas, yo fui un lector tardío de cómic, entendido como tebeo americano. Eso sí, me papeaba los llamados TBOs patrios, sobre todo Mortadelo. También, Din Dan, Pulgarcito, el llamado concretamente TBO. Ibáñez, Escobar, Conti, Cifré…
    Por alguna extraña razón, no me atraían los superheroes USA. De hecho, hoy en día, consumo mucho cómic, llamado ahora Novela Gráfica, y prefiero a los creadores franceses, argentinos y españoles. No me van los «tíos» con súper poderes. Será por eso que solo me atrae Batman. Su poder está en su inteligencia y en los aparatos que diseña y construye, con el mucho parné que tiene, claro. Además, el Joker es por sí solo un personaje maravilloso.
    Conocí más tarde a Madalda y todavía más tarde El Eternauta. Me enamoré de ambos y al ser más adulto, pude sacarles todo el sarcasmo y la ironía crítica.
    De todas formas, lo que más consumo es thriller y ciencia ficción. La magia del dibujo a tinta del primero y los magníficos escenarios que se pueden vivir en los segundos, me permiten disfrutar de otra forma la lectura.
    El que desprecia los cómics porque son lecturas de niño, no sabe lo que se pierde.
    Me encanta que también seas una comoquiera. 😍
    Qué la Pantera Negra te siga haciendo vivir aventuras y no te coma. 😝
    Un abrazo, amiga.

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    1. Hola Jose.
      Nooo, no soy tan bonita como un jilguero. Soy más bien como una 🕊 paloma que vuela frente a todas las ventanas y balcones y de todo se entera, porque todo le interesa. Tengo una que, según mi sobrina, se llama Juanita y viene con su novio a aprovisionarse de comida en mi terracita. Es que tienen un comedero para bichos volantes. Y cuando no encuentra semillas, se queda mirando y preguntando: ¿Qué pasa hoy que no hay almuerzo?
      Pero vayamos a los cómic, tebeos o novelas gráficas. En esto no hemos tenido experiencias parecidas. Cuando leí tu comentario, tuve que googlear «TBO», porque ni idea de lo que me hablabas. Al almacén de Cata llegaban los cómic norteamericanos traducidos. Es lo que había. Eso y los Patoruzú, Tía Vicenta y El Eternauta. Y no te rías, pero yo casi nunca compraba un cómic. No es que no me gustaran, es que en casa me lavaron el cerebro y lo que compraba (cuando podía) eran libros. Y digo «casi nunca» porque compraba Asterix (se podían justificar, los leía en francés y ayudaban en mis estudios), Tintin, Spirou, Los Pitufos, Mafalda. Conocí 13, Rue del Percebe cuando vine por primera vez a Europa (1974)
      La ciencia ficción no me atrae especialmente. Pero en thriller, soy muy selectiva pero tengo algunos. Estuve buscando el volumen 1 de «La liga de los hombres extraordinarios» de Alan Moore. Me gustó el tema y los dibujos, pero no tuve suerte, no lo encontré.
      Felices lecturas, amigo.

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  2. ¡Hola, Trujaman! ¡Cómo he disfrutado la entrada! Para que te hagas una idea, aprendí a leer con los cómics. Me estrené con Marvel a los diez años y nada menos que con el número de Spiderman donde el duende verde mataba a Gwen Stacy, imagina cómo me impactó. Desde entonces, y ya a mis 51, sigo comprando y leyendo cómics.
    Stan Lee fue no solo un genio que revolucionó la industria, sorteando la censura del código Hays, sino que como bien apuntas logró humanizar a los superhéroes y trasladar los problemas raciales, las drogas, la corrupción y un largo etc al mundo del cómic. Los primeros 100 números de Los 4 Fantásticos son un prodigio de imaginación, allí tocaron todos los temas de la ciencia ficción y recuerdo el debut de este personaje al que luego le seguirían otros personajes negros como Falcon y Power Man (Luke Cage) o de otras etnias como El Tigre Blanco, Héctor Ayala, o Shang Chi. Excelente artículo. Un abrazo!

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    1. Hola David. ¡Y yo, cómo me he alegrado de que disfrutaras la entrada!
      ¿Tú también con Marvel? ¿Eres de Argentina? Lo digo porque allí causaban furor.
      Coincido con Jose en que «El que desprecia los cómics porque son lecturas de niño, no sabe lo que se pierde.» Los primeros números de Los 4 Fantásticos me parecían surrealistas: los dibujos, los colores, te enterabas de lo que estaba pasando en el mundo leyendo estos cómic.
      Con Shang Chi me enteré de lo que era el Kung Fu (luego vendría Kwai Chang Caine, que recorría los pueblos del lejano Oeste para encontrar a su medio hermano. Era la archiconocida serie Kung Fu, protagonizada por David Carradine, de la que no nos perdíamos ni un capítulo).
      En cuanto a Stan Lee, tenía un talento y una mente brillante. Él me enseñó que, tarde o temprano, el bien siempre triunfa sobre el mal. ¡Casi nada! Y entonces se juntó con Jack Kirby, el que había logrado que el Capitán América le diera un puñetazo a Hitler, mientras Superman seguía luchando contra Lex Luthor. Y Marvel explotó.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo a ti también.

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