Mi querido Pello,
Quizás esta carta llegue como un rayo en medio de un día soleado, pero es imprescindible que te la escriba. No puedo explicarte todo lo que necesito decir frente a frente. Lo he intentado y no puedo.
Dentro de unos días, cuando esté más serena, lo hablaremos.
Quiero comenzar diciéndote que te quiero, pero también debo decirte que ha llegado el momento de terminar nuestra relación.
No sabes cuánto me duele tener que expresar esto, pero después de mucho pensarlo, he llegado a la conclusión de que no basta lo que sentimos. Sé que en algún momento creí estar enamorada de ti y que tú también sentías algo por mí, pero la verdad es que algo faltaba en nuestra relación.
No puedo culparte, ni culparme a mí. Simplemente no era lo que necesitábamos el uno del otro. A veces, el amor no es suficiente para mantener una relación saludable y feliz, y creo que ese es nuestro caso.
Me aferré a ti en un momento difícil y tú aceptaste ser mi paño de lágrimas. Nunca te lo agradeceré lo suficiente.
Sabes que he pasado por una relación que me ha dejado destrozada emocionalmente, y aunque al principio sentí que podía encontrar consuelo en ti, poco a poco me di cuenta de que necesitaba algo más. Necesitaba a alguien que compartiera mis sueños y mis objetivos en la vida, alguien que estuviera dispuesto a comprometerse conmigo y a construir un futuro juntos.
Y hablo mucho de mis necesidades, pero también pienso en las tuyas. Nunca hablamos de futuro, no nos atrevemos. Pero tienes que pensar en ti, ser un poco egoísta, imaginar tu familia con hijos y amor compartido, no sólo camaradería, no sólo cariño.
No quiero perder nuestra amistad, Pello. Eres una persona muy especial para mí y quiero seguir contando contigo en mi vida. Pero sé que esta decisión puede ser difícil, y te pido perdón si te sientes herido.
Te quiero, Pello. Siempre te querré. Pero ahora necesito seguir adelante, encontrar lo que verdaderamente preciso en una relación y construir un futuro. Necesito un amor para vivir.
Con todo mi cariño,
Amaia
Escribo este relato, sintiendo muy cerca a Pablo Milanés, cantautor y guitarrista cubano, que nos dejó cientos de bellísimas canciones, antes de partir en noviembre del año pasado. Pablo Milanés es la memoria emocional de nuestra época y la de millones de personas. La voz que, por lo menos en algún momento, nos recuerda que soñar es un buen antídoto contra la desesperanza y frente a los hechos que nos duelen. Os dejo con su magia.

«Mi querido Pablo», ¡Qué bonita entrada! Carta difícil de escribir cuando se está en esa encrucijada de dejar volar la situación, que tal vez cómoda, pero no plena. Tal vez a veces feliz, pero no del todo. Y es que el amor llega y se va. Y aunque difícil hay que saber decir adios a esa persona que, un día lo era todo, y después descubrimos que tal vez no era así. ¡Qué bien los has «dicho» en esta carta tan sentida, tan íntima y sincera! Un placer leerte.
Saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Jose.
Me alegra que te haya gustado la entrada.
Sí, es difícil abandonar la comodidad de una relación, que aunque no es todo lo que queremos, nos libra de los momentos de soledad y apatía. ¡Qué fácil seguir sin tomar ninguna determinación! Pero me pregunto si no es muy egoísta, condenando al otro a una rutina en la que seguimos por seguir, sin vivir plenamente. ¡Dilemas de la vida reflejados en la música de los grandes.
Gracias por comentar. Un abrazo.
Me gustaMe gusta