Como el primer día

Te sigo queriendo, como el primer día, 
con esta alegría con que voy viviendo;
mas con el relevo de las cosas idas,
en la expectativa de los logros nuevos.

Como el primer día de un sentir primero,
como el alfarero de mi fantasía;
con la algarabía de un tamborilero,
y el gemir austero de una letanía,
como el primer día, te sigo queriendo.

Te sigo queriendo, valga la osadía,
con la garantía de mis pobres sueños;
es decir, de empeños, porque todavía
vive el alma mía de seguir creyendo
Como el primer día, como el primer beso
y el primer exceso de melancolía.

Como la folía del primer intento,
como el argumento de una profecía,
como el primer día, te sigo queriendo.

Te sigo queriendo, si no lo diría,
se que no podría con mis sentimientos;
lo que llevo adentro, se convertiría,
en una jauría de remordimientos;
como el primer día, eres el velero,
la estrella y el viento de mi travesía.

Mi filosofía, mi apasionamiento,
mi mejor acento, mi soberanía;
como el primer día, te sigo queriendo.

Como el primer día de un sentir primero,
como el alfarero de mi fantasía,
con la algarabía de un tamborilero,
y el gemir austero de una letanía,
como el primer día, te sigo queriendo.

"Como el primer día" del cantautor argentino Alberto Cortez

La acuarela «Flor de orquídea» es de Kurt Sturm Jüngling, de 1997

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

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