¿Cómo se rompe el círculo del odio?

El apeirogone es una figura geométrica con un número infinito de lados, un objeto matemático que vuelve loco, imposible de representar: una metáfora perfecta del conflicto israelí-palestino. “Apeirogon” es el título de la novela de Colum McCann dedicada a la historia real de Rami y Bassam. 

Rami Elhanan es israelí, Bassam Aramin es palestino. Y cada uno de ellos ha perdido a una hija en el conflicto sin fin que destroza a sus pueblos. Ex-enemigos, amigos, hermanos de luto, se han convertido en luchadores por la paz.

Israelí Rami Elhanan

En 1973 el soldado israelí Rami Elhanan participó en la “Guerra de Yom Kipur” entre una coalición de los estados árabes liderada por Egipto y Siria, en contra de Israel. Murieron muchos de sus amigos y regresó amargado y furioso.

Su hija Smadar, nacida en Jerusalén, el 4 de septiembre de 1997, justo antes de cumplir 14 años, iba a comprar libros escolares y muere en un atentado con bomba cometido por un terrorista suicida palestino de Hezbollah.

“Cuando tu niña de 14 años es asesinada, todo lo que quieres es venganza” dice Rami en una entrevista. Viviendo ese proceso de odio, conoce al militante pacifista Yitzchak Frankenthal y luego de un duro proceso, se compromete en la lucha por la paz.

Palestino Bassam Aramin

Bassam Aramin crece en la ciudad palestina de Hebrón y defiende la causa palestina. Un día en que estaba tirando piedras a soldados judíos, es detenido y, aunque nadie es herido, pasa 7 años en prisión. En la celda ve un documental sobre la Shoah, el término hebreo utilizado para referirse al holocausto, la persecución y aniquilación sistemática de los judíos europeos, por parte de la Alemania nazi.

“Lloré por toda esa gente que iban a morir desnudos, inocentes, por la sola razón de ser judíos.” reconoce en una entrevista. Al salir de prisión se casa, se instala en Jerusalén y milita por la paz.

El 16 de enero de 2007 su hija Abir de 10 años iba a la tienda de comestibles a comprar dulces en Anata, una pequeña ciudad junto a Jerusalén. Y fue asesinada por un guardia fronterizo israelí. La policía fronteriza inicialmente negó ser responsable de la muerte de la niña, pero un tribunal civil llegó a una conclusión diferente. El presunto tirador, sin embargo, nunca se enfrentó a un proceso penal.

“Abir no era una combatiente, sólo era una niña. No sabía nada del drama israelí/palestino” dice Bassam en una entrevista.

Se dice que no hay un término para designar a un padre o una madre que ha perdido un hijo. Excepto en hebreo, “shakul” que es un término que proviene del mundo vegetal y que describe la rama de la vid ya vendimiada, sin fruto.

Cuando tiene lugar este segundo drama, Rami y Bassam se conocen y comienzan a trabajar juntos en asociaciones por la paz. Abogan incansablemente por la reconciliación entre los dos pueblos. Rami ya había pasado por esa tragedia, por ese horror. Se hicieron amigos. De hecho, se refieren el uno al otro como hermanos.

A la izquierda, Abir Aramin asesinada en 2007, a la edad de 10 años.
A la derecha, Smadar Elhanan asesinada en 1997, con 14 años.

Nacieron para odiarse. Lo peor que les podía pasar los unió. Decidieron no sucumbir al odio, lo que ha generado acusaciones regulares contra ambos por ser «traidores». Los dos han recibido numerosos premios por la paz, y sus historias de vida se han contado en documentales y libros.

Rami Elhanan, de 74 años y Bassam Aramin, de 56 años, colaboran con las asociaciones “Combatants for peace” (Luchadores por la paz) y «Parents Circle – Families Forum» (Círculo de Padres – Foro de familias), una organización conjunta israelí-palestina, fundada en 1995, que reúne a más de 600 familias de afligidos palestinos e israelíes, todas las cuales han perdido a un familiar directo a causa del conflicto en la región durante años.

Combatants for peace” considera que sólo uniendo sus fuerzas lograrán acabar con el ciclo de violencia, carnicería, ocupación y opresión del pueblo palestino. Consideran que no es posible resolver el conflicto entre estos dos pueblos por medios violentos y, por lo tanto, se niegan a participar en las hostilidades mutuas.

La organización tiene como objetivo actuar sólo a través de la no violencia, para que cada lado entienda las aspiraciones nacionales del otro. Ven el diálogo y la reconciliación como la única forma de actuar para poner fin a la ocupación israelí, poner fin a los proyectos de colonización y establecer un Estado palestino con Jerusalén Este como capital, junto al Estado de Israel.

Sus objetivos son:

Sensibilizar a las opiniones públicas israelíes y palestinas sobre las esperanzas y el sufrimiento del otro lado, crear socios y diálogo. 

Promover la educación para la reconciliación y la lucha no violenta tanto en Palestina como en Israel.

Crear presión política sobre ambos gobiernos para detener el ciclo de violencia, acabar con la ocupación e iniciar un diálogo constructivo.

Los miembros de “Combatants for peace” siempre intervienen de a dos: un israelí y un palestino, para ir a dar testimonio de su experiencia en colegios y escuelas secundarias. Juntos, los dos han hablado con miles de escolares, familias en duelo, soldados e incluso militantes. Pero la retroalimentación no siempre es positiva.

El combate de dos padres por la paz

Cuenta Rami Elhanan, el israelí, que “a veces puede ser muy difícil. Una vez, los escolares israelíes me dijeron que era una pena que no me explotaran con mi hija. Y en una escuela palestina, el director les dijo a los niños que no me escucharan porque debilitaría la voluntad de luchar por la libertad. Pero esperamos tales reacciones… Porque cuando entramos en una clase de secundaria, es como entrar en la boca abierta de un volcán activo. La mayoría de los niños nunca han puesto los ojos en un israelí y un palestino que no estaban peleando entre sí y que no estaban poniendo su dolor sobre la mesa, tratando de comparar cuál dolor era mayor. Nos enfrentamos a dos sociedades muy enojadas y en duelo que están llenas de odio y frustración… Cuando sólo uno de los escolares con los que hablamos, asiente con la cabeza con aceptación al final, es un milagro. Significa que hemos ahorrado una gota de sangre. En el judaísmo, una gota de sangre es el mundo entero.”

Martin Luther King dijo: «Los hombres se odian porque se temen mutuamente. Y se temen el uno al otro porque no se conocen».

¿Crees que si los palestinos supieran más sobre la Shoah y los israelíes más sobre la Nakba, el desplazamiento forzado de 700.000 palestinos a finales de la década de 1940, ¿las cosas mejorarían?

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

6 comentarios sobre “¿Cómo se rompe el círculo del odio?

  1. El problema, siempre es el mismo, es responder a la pregunta de ¿a quién le interesa mantener el círculo del odio? Veo la sociedad de hoy, y cada vez me parece más lejana al respeto y la tolerancia. No se debate, se discute. No se respeta, se denigra. No escuchamos, dogmatizamos. Es como si para justificar nuestras ideas, dogmas y creencias necesitáramos no la convicción en ellas, sino a un demonio exterior, un enemigo que nos reafirme en ellas.

    Cuántas veces se escucha en el mundo la frase: ¿pues ahora que lo dices no te falta razón? Desde luego, en la TV, RRSS y parlamentos de políticos, ninguna.

    Un abrazo!

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    1. Hola David.
      Perdón por la tardanza en responder. Recién me doy cuenta que tu comentario estaba en el spam.
      Por supuesto, estoy de acuerdo contigo. La gran pregunta es esa:¿A quién le interesa mantener el círculo del odio? En la era en la que tenemos tanta información a nuestro alcance y estamos tan apurados que no tenemos tiempo para contrastar, estamos terriblemente «DESinformados». Se usan las fake news (horrible palabra), los bulos, las mentiras más hirientes y no hay consecuencia alguna. Por no haber, no hay ni disculpas ni reconocimiento del error informativo. Total, ¡ya pasó! Lo triste es que quedó, en la mente de la gente, quedó y la duda no se borra nunca.
      Y lo triste es que esa enorme bola de mierda se crea para ser utilizada en la manipulación. Ya no veo las tertulias, los debates, los odio. Ya no veo los noticieros ni leo los periódicos creados a medida del color del dueño de la emisora. Sólo alguna web, separando con el tenedor los trozos de brócoli que no me gustan, los discursos para unirme a la patota que anima a los blancos o a los negros, a los que mejor convenga. Ya no estoy segura de la realidad que me muestran, porque es imposible enterarme y entender las sombras que están bien resguardadas. Ya no hablo de mis convicciones, no necesito justificar las que están ligadas a los valores esenciales, y no necesito NO ser escuchada para facilitar la perorata del que conoce la verdad verdadera. De vez en cuando, sólo de vez en cuando, necesito gritar, entonces me siento y escribo. De vez en cuando, muy de vez en cuando, me explayo en algún comentario porque a mí también me duele la pregunta que se hace mi interlocutor.
      ¡Gracias por tus palabras! Un abrazo grande.
      Marlen

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