Un libro x una oportunidad

En Argentina la situación económica está difícil, sobre todo para aquellos que, viviendo en Buenos Aires, viven en la calle o se han quedado sin trabajo. Y cuando las condiciones económicas se recrudecen, aparece la inventiva. Así nació “Un libro x una oportunidad”, una iniciativa solidaria basada en la entrega de libros a personas en estado de vulnerabilidad, para que puedan venderlos en la calle y acceder a un ingreso mínimo.

Marina Peluffo es psicóloga y Cecilia Gallo es licenciada en Ciencias de la Comunicación. Son amigas desde la infancia y, en plena pandemia, crearon esta cadena solidaria que vincula donantes de libros con vendedores callejeros. A través de una cuenta en Instagram de la iniciativa @unlibroxunaoportunidad, reciben donaciones de libros y los reparten entre los vendedores que tienen apuntados en la red.

“El proyecto nació hace dos años. Camino a nuestros trabajos veíamos siempre a gente viviendo a la intemperie y empezamos a pensar en hacer algo que vaya más allá del asistencialismo, algo que le devolviera la dignidad generando un ingreso” -cuenta Cecilia-. Empezamos con dos vendedores y veinte libros. Y en sólo cuatro meses logramos convocar a 36 vendedores que montaron puestos en las calles de Buenos Aires, San Fernando, San Isidro y Salta… Los libreros sacan entre $2.000 y $3.000 por día (de 9€ a 15€)”. No es mucho, pero lo necesario para no quedarse sin comer.

Las creadoras de la iniciativa hacen un primer filtro de los textos que reciben, buscan que sean “vendibles” para que el tiempo que los vendedores invierten en la calle realmente les reditúe. Los libros infantiles, las novelas, los volúmenes de cocina y los ejemplares en inglés suelen ser los que tienen más salida.

“Sabemos que con ese ingreso no pueden vivir, pero lo pensamos como un proyecto trampolín, para aguantar estos meses tan difíciles. Esta semana, uno de los vendedores consiguió trabajo como albañil y eso nos pone contentas”, cuenta Cecilia.

No todos los libreros viven en la calle. En algunos casos, son personas que están sin trabajo o en una situación muy difícil y que encuentran en este proyecto, una oportunidad de no estar desesperándose en casa, sin hacer nada. Al estar identificados y siempre en el mismo lugar, los mismos vecinos suelen acercarse a ofrecerles algo de comer o un café y, en el mejor de los casos, alguna changa.

Gonzalo tiene su puesto en la esquina de Santa Fe y Marcelo T. de Alvear. Entre los libros que despliega sobre una manta hay ejemplares de Juan José Saer, Carlos Fuentes, Florencia Bonelli, Amor Towles y José Saramago. “Hay que vender algo”, comenta. Él suma lo que saca como librero, a lo que gana en su trabajo como abogado.

Además, cada vendedor tiene un padrino o una madrina, un vecino que se involucra con la iniciativa y los ayuda a tener el puesto ordenado, a que tengan un buen stock de ejemplares y algunas veces se ponen en contacto con el Gobierno de la Ciudad, para atender problemas de adicciones, de salud o de vivienda.

Para los transeúntes, también es una oportunidad. Las novelas y los libros de interés general cuestan $300 (1,40€) y los infantiles, $200 (1,10€).

Desde la cuenta en Instagram, las creadoras de “Un libro x una oportunidad” reciben donaciones de libros, lonas, changuitos para trasladar los libros y capacitan a los padrinos y madrinas para que puedan acompañar a los libreros.

Toda iniciativa es poca para ayudar a quien lo necesita.

*) Mario fue mecánico y tuvo muchos trabajos en su vida. Pero en 2003 perdió su empleo y su vida dio un giro brusco. “No podía pagar el alquiler”, recordó. Ya estaba separado de su esposa, con cinco hijos, y quedó en la calle. Pero nunca se lo dijo a su familia. Por eso no quiere fotos ni dar su apellido. “No quería preocuparlos. Nunca perdí el contacto con mis hijos. Los iba a ver siempre. Ahora hasta puedo ayudarlos… Tengo un techo, me puedo higienizar, hago una vida normal. Y todos los días trato de superarme”, indicó. Hoy hasta tiene un teléfono celular, con la pantalla algo dañada, que una vecina le regaló.

*) Griselda Cordes es una escritora vecina del puesto de Ignacio en Montevideo y Guido. A medida que le van entregando ejemplares de su novela ¨Ariadna a las Tres¨, le va llevando algunos a Ignacio para que los venda en el puesto. Nos encantan estos vínculos que se van generando entre los vendedores y los vecinos.

*) Él es Martín y trabaja de #taxista. Desde hace unos meses colabora repartiendo libros en los puestos mientras trabaja. ¡Excelente forma de sumarse al proyecto! Además, en el taxi puso un cartel en el que explica de qué se trata el proyecto, e invita a sus pasajeros a colaborar. Cada uno ayuda desde su lugar.

*) Una asociación que asiste a personas en situación de calle, ha comenzado a apadrinar por cuenta propia a tres personas. Una de ellas es Edu, que tiene su puesto en Cabello y Ugarteche.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

4 comentarios sobre “Un libro x una oportunidad

  1. Buenos días, Marlen.
    ¡Cómo me gustan estas iniciativas!
    La verdad es que alguna vez he pensado en la posibilidad de tenerme que deshacer de mis libros, mi tesoro, mi herencia, mi única riqueza; creo que esta sería una maravillosa forma de donarlos.
    Es duro verse de la noche a la mañana en la calle y sin muchas posibilidades de subsistir.
    Esta idea de ganarse unos «duros» (a veces, fundamentales) me parece sensacional. Aquí en Cádiz, todos los domingos, se ponen tenderetes como los que aparecen en las fotos, junto a la plaza del mercado. Es una buena forma de unir ayuda y libros.
    En un día como el de hoy, esta entrada muestra la importancia de los libros más allá de la simple literatura.
    Muchas gracias, amiga.
    Abrazoooo

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  2. Hola Jose.
    Sí, una hermosa iniciativa. Por más pesimismo que nos asalte, siempre aparecen estos descubrimientos de mentes con imaginación que de la nada, facilitan la vida a otros seres humanos que lo están pasando mal. Creo que, si viviera en este momento en Buenos Aires, me metería en alguna de estas tareas solidarias o recuperaría alguna que, desde aquí, se me hace imposible.
    Cuando la realidad aprieta y ahoga, es cuando más fácilmente aparecen estas iniciativas. Aunque nos quejamos, algunos (y me incluyo) vivimos demasiado fácilmente y dejamos de ver a los demás.
    Además, me pareció genial que la ayuda no es una limosna, es una ayuda monetaria, pero ante todo es devolverle la dignidad a la persona, ayudándole a ganar un dinero con su esfuerzo y también es darle visibilidad y por lo tanto, la posibilidad de lograr comunicar con otros (vecinos y paseantes) y de hacer algún trabajo extra.
    Como tú bien dices, a todo esto se agrega el tomar conciencia de la importancia de los libros más allá de la simple literatura. ¡Así que completo!
    Gracias a ti, por interesarte y comentar. Un gran abrazo dominical.

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