Matar el tiempo

Esto decía Ernesto Sábato en “La Resistencia”, publicado en el año 2000: «Ahora la humanidad carece de ocios, en buena parte porque nos hemos acostumbrado a medir el tiempo de modo utilitario, en términos de producción. 

Antes los hombres trabajaban a un nivel más humano, frecuentemente en oficios y artesanías, y mientras lo hacían conversaban entre ellos. Eran más libres que el hombre de hoy que es incapaz de resistirse a la televisión y las redes sociales. 

Ellos podían descansar en las siestas, o jugar a la taba con los amigos. De entonces recuerdo esa frase tan cotidiana en aquellas épocas: “Venga, amigo, vamos a jugar un rato a los naipes, para matar el tiempo, no más”, algo tan inconcebible para nosotros.

Momentos en que la gente se reunía a tomar mate, mientras contemplaba el atardecer, sentados en los bancos que las casas solían tener al frente, por el lado de las galerías.

Y cuando el sol se hundía en el horizonte, mientras los pájaros terminaban de acomodarse en sus nidos, la tierra hacía un largo silencio y los hombres, ensimismados, parecían preguntarse sobre el sentido de la vida y de la muerte». 

Independientemente que, teniendo tan poco tiempo en esta vida para hacer todo lo que se puede hacer, todo lo que a uno le gustaría hacer, y se pasa tan rápido… ¿Cómo es posible que haya gente que piense en “matar el tiempo”, en desperdiciar unas horas que no volverán jamás y en las que podría haber hecho algo que le hubiera dado placer, alegría, satisfacción? Simplemente para “matar el tiempo”. Como si lo importante fuera librarse de ese rato, esas horas con las que no saben qué hacer.

Soy una fanática de las siestas, del pasar charlando con los amigos sin hacer otra cosa que filosofar disfrutando de la conversación y del estar juntos, o comiendo o tomando algo, o leer tranquila, escuchar música, jugar a algo, ver una película, tirada en una hamaca, divirtiéndome con los niños, viendo fotos antiguas o haciendo “nada”, simplemente “disfrutando de no hacer nada”.

Tal vez es que lo de “matar el tiempo” es una expresión que no entiendo. Tal vez es que todas esas cosas para mí, no significan “matar el tiempo” sino disfrutarlo a pleno, saborear cada segundo vivido. Tal vez es que, en la juventud, se tiene la impresión de que te queda muchísimo tiempo por delante y que perder unas horas haciendo algo que no te acaba de gustar, no es tan trágico.

Yo hace muchísimo que decidí no seguir hasta el final los libros que no me están gustando, no quedarme frente a la televisión, cuando el programa no me aporta nada, no aguantar la conversación de quien no me interesa y encima a la que no estoy ligada por mis emociones. 

Intento no matar el tiempo, no perderlo, en lo posible. Trato, por supuesto, de no ser desagradable ni grosera, pero soy muy consciente de que mi vida es breve y lo tengo muy presente. Cuando tengo que hacer algo que no es lo que yo habría elegido, algo que resulta necesario, intento sacarle partido, vivirlo con atención, convertirlo en una experiencia que me aporte algo, precisamente para no sentir que estoy “matando el tiempo”.

Publicado por BlogTrujaman

Desconfío de aquellos autores, músicos, escritores que, escribiendo ficción, dicen no escribir sobre su propia vida. Al escribir, uno se va enredando en sus propios recuerdos y aparecen entremezclados en la obra. Es muy difícil que todo lo que cuentas le pase sólo a tus personajes. Detalles, pequeños gestos, lugares, contaminan lo que sale de tus manos y no puedes separarte de tus propias experiencias. A mí también me suele pasar. Por eso, en un momento dado, decidí escribir directamente sobre lo pensado y vivido en este planeta, en este viaje. O tal vez, el miedo a desaparecer sin dejar rastro, hizo que me decidiera a abrir la caja de mis recuerdos para contar sin filtro, instantes de un tiempo que no volverá.

8 comentarios sobre “Matar el tiempo

  1. Jelou, Marlen.
    Cuando escucho esa expresión yo veo, más bien, como le apuntamos al tiempo con nuestra arma de la paciencia para que nos deje de presionar con sus estreses. No lo matamos porque no podemos, pero ganas dan de que se olvide de nosotros, al menos por un rato.
    Ahora, mucho más que antes, parece que la necesidad de estar ocupado en algo productivo es obligada y necesaria. Lo contrario parace un insulto a los que están «trabajando» en ese momento.
    No, lo siento. Para mí matar el tiempo es dedicarme un buen rato a mí mismo, a lo que me gusta, me relaja, me hace sentir. Resumiendo, SALUD MENTAL.
    Así que, Marlen, matémoslo de vez en cuando, que el ya resucitará solito para seguir distingândonos.
    Abrazo placentero contemplando la puesta de sol en La Caleta.

    Le gusta a 1 persona

    1. Hola Jose.
      Tienes razón. Es tanta la necesidad de demostrar que somos productivos, que la gente se busca hacer algo para entretenerse, con la finalidad de evitar que lo que llene el tiempo sea «el aburrimiento» que suele producir la inactividad. Y yo me pregunto ¿quién puede afirmar que la inactividad produce aburrimiento?
      Hace un momento, cuando empecé a contestar los comentario, recordé algo que en algún momento leí, referido al carácter gallego: Dicen que el gallego es un tipo extraño que calienta mucho la leche para matar el tiempo, esperando a que enfríe porque en Galicia sabemos que la leche hirviendo es muy buena para tomarla tibia. ¿No es precioso? Espero que no se me enojen los gallegos que lleguen hasta aquí, matando el tiempo en una tarde lluviosa como la de hoy.
      Un abrazote cariñoso, antes de dedicarme a la «Salud Mental», el resto de la tarde.

      Le gusta a 1 persona

  2. Siempre dentro de la legalidad y con permiso de la autoridad, se pierde muy gozoso en una tarde de lectura sobre la tumbona del jardín, apenas interrumpida por breves cabezadas que propicien la reflexión para facilitar la digestión de las ideas. Un abrazo.
    VIVA LA SIESTA!

    Le gusta a 2 personas

    1. Hola Carlos.
      «Dentro de la legalidad», Vaaaaleeee. «Con permiso de la autoridad», ¡¡¡¡Ni pensarlo!!!!
      No voy a perder mi valioso tiempo en pedir un permiso para disfrutar de algo logrado con tanto ahínco. ¡A estos años, ya me gané la jubilación para la reflexión que facilite la digestión de las ideas!.
      Un abrazo.

      Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: