”Izan zirelako gara, garelako izango dira” significa: Porque ellos fueron, nosotros somos. Porque somos, ellos serán.
Para nacer necesitamos:
2 Padres
4 Abuelos
8 Bisabuelos
16 Tatarabuelos
32 Trastatarabuelos
64 Pentabuelos
128 Hexabuelos
256 Heptabuelos
512 Octabuelos
1024 Eneabuelos
2048 Decabuelos
¡En las últimas 11 generaciones fueron necesarios 4.094 ancestros, en aproximadamente 300 años antes de que naciéramos tú o yo!
Detente un momento y piensa…
¿De dónde salieron?
¿Cuántas luchas han luchado?
¿Por cuánta hambre han pasado?
¿Cuántas guerras han vivido?
¿Cuántas vicisitudes sobrevivieron nuestros antepasados?
Por otro lado, ¡cuánto amor, fuerza, principios, alegrías y estímulos nos legaron!
¡Cuánto de su fuerza para sobrevivir, cada uno de ellos tuvieron y dejaron dentro de nosotros para que hoy estemos vivos!
Solo existimos gracias a todo lo que cada uno de ellos ha pasado.
Es nuestro deber ¡honrar a nuestros antepasados!
Vivamos desde el corazón creando la excelencia de nuestra vida, disfrutando e iluminando nuestra y su presencia.
Venancio Aristeguieta Azpiroz nació el 21 de agosto de 1891, en San Sebastián/Donostia. Sus padres fueron José Juan Aristeguieta Ubarrechena y María Josefa de Azpiroz y Orbegozo. Sus padrinos de bautismo, sus abuelos paternos Don Tomás Manuel Aristeguieta Galarraga y Doña Juana Francisca Ugarrechena Berrizuera, unos abuelos bonachones que acogieron con enorme alegría la llegada del niño. El fue mi querido abuelo Venancio, a quien aprendí a respetar, además de amar, cuando logró contarme una pequeña parte de lo que había vivido en la guerra civil española, esa maldita guerra que le obligó a enfrentarse a sus propios amigos y compañeros republicanos y que se jugó la vida por salvar la de los presos franquistas del pueblo enfurecido que quería lincharlos. En plena guerra, fue capaz de mantenerse fiel a sus principios ideológicos, sin traicionar su conciencia: nada puede estar por encima de la vida de una persona. Nunca pudo volver a su amada Donosti. Vivió feliz en Argentina, la tierra que le brindó cobijo en su exilio, junto a su familia. Hoy hace 130 años de su nacimiento. Me siento muy orgullosa de ser su nieta.