Tras una edición virtual en 2020 y otra, simbólica, en 2021, regresó con su formato habitual la gran fiesta con la que la Ciudad de Buenos Aires rinde homenaje al País Vasco. La cita fue el pasado sábado 10 de setiembre, a partir de las 12 horas, en la Avenida de Mayo y Chacabuco, un lugar muy céntrico desde donde arrancó el desfile inaugural.
Delegaciones de euskal etxeak de todo el país, con sus abanderados portando el emblema nacional y la ikurriña, marcharon por la avenida en dirección a la Plaza de Mayo, hasta el escenario principal. Allí, el aurresku y las voces del coro porteño Lagun Onak marcaron el inicio de la fiesta y dieron paso a la Tamborrada Donostiarra.
Del evento participaron 27 euskal etxeak y agrupaciones de todo el país, 21 de las cuales con sus cuerpos de baile, junto a otras muchas iniciativas y expresiones culturales vasco argentinas. El público disfrutó en el estrado de 35 danzas tradicionales.
Pero no fue ese el único escenario de baile. Los dantzaris animaron “Dantza plazan”, un espacio lúdico donde se enseñaron bailes de ronda. Y hubo una oferta de bailes participativos, que buscaba sumar a quienes no integran aún ningún cuerpo de baile.
El canto, otra expresión vasca característica, tuvo un espacio similar y “Kalean kantuz” invitaba al público a entonar canciones populares.
El panorama musical se completaba con una banda de txistularis, con músicos de distintas euskal etxeas, el coro Lagun Onak, la agrupación folk Ixilik y, llegado de Euskal Herria, el trikitilari portugalujo Xabi Aburruzaga, quien regresó a Argentina tras haber participado en la última Semana Nacional Vasca hasta el momento, la prepandémica de 2019 en Bahía Blanca.
Los más pequeños contaron con un espacio propio. Pudieron disfrutar de una obra de teatro basada en un cuento vasco, con participación de txikis, coordinada por Alejandra Oteiza y Mailén Crudo Arza.
No faltaron las clases de cocina en vivo, a cargo de Itziar Aguirre, que llegó de Rosario, de Leandro «Koko» Egozkue (del Restó Burzako), y de Javier Ibaldo y Francisco Oliveto del Centro Laurak Bat.
Y, por supuesto, también había la posibilidad de degustar las delicias que se ofrecieron en los stands de Euzkal Etxea de San Nicolás, Euskaltzaleak, el propio Laurak Bat y muchos otros puestos más.
Por otra parte, en los gazebos instalados en la Avenida de Mayo, hubo información sobre cultura vasca, deportes actuales y tradicionales, genealogía, joyería, artesanías, indumentaria, libros, cerámica, paletas, alpargatas, fiambres, turismo y mucho más.
¡Todo un mundo de posibilidades para pasar un sábado entretenido y conocer un poco más sobre la cultura euskalduna, que tantos exponentes ha brindado a Buenos Aires y a la Argentina en general y sobre la diáspora vasca en el país!
Y para que tengáis una idea del ambiente:
Muy bonita entrada y buenas fotos. Acá en México hubo mucha emigración española, primero por la conquista (algo que se comparte con el resto de América Latina) pero después por la Guerra Civil Española (ahí fue donde emigró uno de mis abuelos españoles, el otro lo hizo por razones menos desesperadas. Intuyo que tu origen es vasco (el mío por una parte, andaluz y por el otro catalán), ¿en qué epoca emigraron tus abuelos? Un abrazo…
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Anaaaaa ¡¿Que también tienes sangre andaluza?!
Pos claro, ahora lo voy entendiendo. 😝👍🏼
Si es que lo bueno se mezcla y salen maravillas. ❤
Abrazote, mexicandalutalana. 🤗😊
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❤️❤️❤️❤️
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Gracias Ana, por tu comentario.
Si, tienes razón, toda mi familia es vasca. Mi abuelo materno y mi tío llegaron a Buenos Aires después de haber escapado a Francia en la Guerra Civil y de haber podido viajar a Argentina. En el interminable viaje del que algún día os contaré, desembarcaron 373 pasajeros en México. ¿Tal vez estaba tu abuelo entre ellos?
Mi abuela materna y mi madre lograron viajar después, reencontrándose en tierras porteñas.
Y finalmente pudo viajar mi padre, siguiendo a su novia. Allí se casaron y allí nacimos los dos hijos.
Toda la familia fuimos volviendo a Euskal Herria a partir de 1980. Toda una odisea. Tal vez por eso soy tan sensible a los temas de emigración.
Un abrazo, Ana.
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Mi abuelo llegó en un buque llamado Sinaia. El tambien venía de un lugar en Francia donde habian concentrado refugiados, llamado Argeles sur Mer.
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No me lo puedo creer, Ana.
Mi padre estuvo en el campo de concentración de Argèles sur Mer, del cual luego lo trasladaron al de Gurs y de ahí lo deportaron a Hamburgo (Alemania). Argèles sur Mer fue un horror para muchos republicanos españoles. Me costó mucho escribir esta parte de la historia de papá, imaginarlo con 21 años, solo, en esa situación. ¡Terrible! ¿Alguna vez tu abuelo te contó algo de aquella época?
¡Qué pequeño es el mundo! Un abrazo.
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Mi abuelo a mi no, yo era chica en esa epoca. Lo que se es por mi madre, mis tios y lo que he ido averiguando. Debió ser muy duro para ellos.
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¡Oleeee!
Fiesta, alegría, sonrisas, música y, que nunca falte, comíiiiaaa.
Todo lo que sean celebraciones, bien venidas sean. Que tal y como está el mundo, si no las hay, nos las inventamos.
Felicidades por la parte que te toca, supongo que por los dos lados.
Abrazote.
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Pues si, ¡encantada! de que se haya podido celebrar, de que haya ido tanta gente y que se lo hayan pasado muy divertido.
Gracias por las Felicitaciones, Amigo. Supones bien, lo festejo por los dos lados.
Hace falta un poco de celebración y fiesta (acabo de escribirte una respuesta en la entrada sobre «Flores para una reina, silencio para un joven negro» y quedé Pllaaafffff).
Un abrazo grandotote.
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